Tánger: mito, musa e inspiración de la literatura española
La fascinación que produce la ciudad de Tánger se ha dejado sentir en la literatura española. Numerosos autores la han convertido en el escenario de sus novelas, reflejando sus calles, haciéndose eco de su ambiente cosmopolita, tan rico en matices, y dejando entrever su lado más luminoso y también el más oscuro.
Tánger es una ciudad irrepetible y con una personalidad tan arrolladora que ocupa un lugar destacado en la acción literaria, invitando al lector a descubrirla a través de las páginas de un libro, que actúan como germen de un futuro viaje a una ciudad cuyo mito parece no tener fin.
Bajo múltiples ópticas
Por su situación geográfica junto al Estrecho de Gibraltar, esta ciudad, considerada “la puerta de África”, siempre ha sido un enclave estratégico. Punto de encuentro de las culturas árabe, judía y cristiana, y convertida en ciudad internacional en el siglo XX, gozó en los años treinta y cuarenta de un estatus especial.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, aventureros, espías y refugiados de diferentes nacionalidades la convirtieron en su hogar, dotándola de ese aire mítico que tienen las ciudades que por cualquier razón son diferentes a las demás. Un lugar vivo, epicentro de un florecimiento cultural y artístico insólito cuyas reminiscencias llegan hasta la literatura actual.
Tánger y su pasado como ciudad internacional. Rompeolas entre la cultura marroquí y la española. Escenario de mafias, espionaje o contrabando. Una ciudad que ofrece, en definitiva, múltiples excusas para utilizarla como el escenario perfecto de una novela, lo que ha hecho que se convierta en fetiche de los escritores que, ya sea por haber nacido, residido o recalado en ella en algún momento de su vida, se han sentido cautivados por su encanto.
Dicen quienes la aman que Tánger siempre ofrece un pretexto para escribir acerca de la soledad, de la memoria, de la pasión o de la libertad. Y aunque no se puede hablar de una generación como tal de escritores enamorados de la ciudad, todos ellos tienen en común, más allá de las modas literarias, un punto de melancolía que siempre aflora en las novelas que tienen a Tánger como escenario protagonista.
Tangerinos y españoles
A la hora de hablar de Tánger en la literatura española, cabe distinguir a tres tipos de autores. Por un lado, los tangerinos que, herederos de la influencia española, eligieron esta lengua como propia en su obra, a pesar de que el español fue perdiendo fuerza con la incorporación de Tánger a Marruecos.
Por otro lado, se encuentran los autores tangerinos pero de ascendencia española. Son escritores, como Rubén Buenaventura y Ángel Vázquez, que buscan reflejar la esencia de Tánger en sus obras. Hijos de un ambiente cosmopolita e híbrido, que recrean la ciudad a partir de sus recuerdos, haciendo que quede para siempre congelada en los libros, como una fotografía hecha a base de letras.
Y por último, contamos con las obras de aquellos escritores españoles enamorados de la ciudad. Habitualmente autores que se han sentido atraídos por su historia o que han recorrido sus calles, a través de estancias más o menos prolongadas en la ciudad, con la seguridad que da saber que el escenario de tu próxima novela no puede ser otro que el lugar que estás descubriendo.
El resultado del magnetismo de Tánger con los autores a lo largo de los años, en gran parte debido a la estrecha relación histórica y cultural entre Marruecos y España, ha dado como resultado una gran cantidad de obras que están ambientadas en esta ciudad que ya enamoró a autores españoles como Benito Pérez Galdós y Pío Baroja, fascinados por su encanto oriental, o a autores norteamericanos como Paul Bowles, Truman Capote o William Burroughs, que permanecieron en la ciudad en algunas épocas de su vida.
Entre los autores que han hecho de Tánger el centro de sus obras cabe destacar especialmente a Ángel Vázquez, quien en sus novelas y cuentos refleja a la perfección una ciudad poliédrica, para culminar en “La vida perra de Juanita Narboni”, considerada una novela de culto y una de las obras maestras de la literatura española del siglo XX.
Ramón Buenaventura con “NWTY”; Juan Goytisolo con “Reivindicación del conde Don Julián”; Javier Valenzuela con “Limones Negros” o “Tangerina”; Antonio Lozano con “Un largo sueño en Tánger”, o más recientemente Arturo Pérez Reverte con “Eva”; Cristina López Barrio con “Niebla en Tánger” y María Dueñas con “El tiempo entre costuras” son algunos autores que han conseguido que cientos de personas hagan las maletas para recorrer los escenarios de Tánger en los que se ambientan sus novelas favoritas.
Tánger inspira
Especialistas como Randa Jebrouni, autora del libro “La letra y la ciudad: Tánger en las literaturas españolas y marroquíes actuales” y profesora en la Universidad de Tetuán, afirma que Tánger es una ciudad fetiche tanto en la literatura marroquí como en la española. Para esta experta, “el viaje a Tánger invita la literatura y viceversa”.
Jebrouni defiende que todos los autores que hablan de Tánger lo hacen desde la nostalgia. Nostalgia por la memoria del Tánger español y sus mitos. Un sentimiento que nace de ser testigos de la evolución de la ciudad en los últimos años y que está condicionada por las experiencias personales, tanto de las personas que han nacido en Marruecos como quienes eligieron la ciudad para residir una temporada.
Se trata de una emoción compartida por tangerinos y españoles que tienden a mitificar la ciudad, recordando un pasado común como lugar de encuentro entre Marruecos y España, o bien liberándolo de su europeización, pero con el trasfondo una identidad compartida, en cualquier caso.
Tánger inspira. Sus calles, su arquitectura, su paseo marítimo y sus gentes, sus barrios, su multiculturalidad y su idiosincrasia. Tánger como ciudad emblemática del norte de Marruecos, y ciudad de espías y artistas, con un ambiente cosmopolita que la hizo musa de todos esos autores que la reflejaron en sus obras, convirtiéndola en una protagonista más de sus novelas. Es inevitable sucumbir a su encanto, su exotismo, su vocación de libertad y al elemento común que la une con España. Imposible no caer en la nostalgia al ver cómo evoluciona, tras un pasado que la ha convertido en mito, musa e inspiración de la literatura española.