Chebakia
Actualizado el 10/03/2021
6 COMENSALES MEDIA 670 CAL POSTRE 110′ (95′ PREPARACIÓN + 15′ COCCIÓN)
El Ramadán, esa época del año que implica a toda la comunidad musulmana, es un momento de enorme complejidad.
Tanto que incluso ciertos elementos de la gastronomía se convierten en protagonistas indiscutibles, como la chebakia, el dulce por excelencia a la hora de romper el ayuno, en gran parte por su alto poder nutritivo.
Un abrazo a todos los musulmanes, a los que dedico la entrada de hoy, centrada en cocinar este postre tan característico.
¡Empecemos pues!
Ingredientes
1 sobre de levadura Royal
250 gr. de harina
100 gr. de almendras tostadas
75 gr de sésamo tostado (más lo que consideréis para espolvorear)
1 cucharadita de canela
50 ml. de agua de azahar
1 cucharadita de anís en grano
1 huevo
1 cucharada de vinagre
25 gr. de mantequilla
50 ml. de aceite de oliva
100 ml. de agua
Aceite de girasol
500 ml. de miel
Preparación
1 Para preparar los ingredientes de la masa molemos las almendras (que compramos tostadas y sin piel) en una batidora hasta hacerlas puré (o de lo contrario quedarán trozos grandes y luego no podremos estirar bien con el rodillo). También hacemos una pasta con las semillas de sésamo tostadas, echándolas al vaso de la batidora junto con un buen chorreón de aceite y anís en grano.
2 Añadimos en un cuenco las almendras hechas puré, un huevo, canela y una cucharada de vinagre, mezclándolo todo con un tenedor. A continuación agregamos la pasta de sésamo, aceite y agua de azahar (ese último ingrediente valorable si queréis proporcionar matices pero prescindible si no lo tenéis en casa). Removemos todo.
3 Echamos la mezcla en un bol y le incorporamos la levadura y después la harina, bien tamizada y añadiéndola poco a poco mientras que amasamos y nos aseguramos que se integre, o correremos el riesgo de enfrentarnos a una masa llena de grumos con la que no seremos capaces de lidiar.

4 Colocamos la masa en la encimera, agregamos poco a poco el agua y seguimos trabajándola durante al menos 15 minutos. Os advierto que habrá momentos en los que penséis que os está quedando pegajosa pero no os preocupéis: amasando con cariño y paciencia volverá a tener una textura normal.
Sobre este último paso habrá quien tenga la iniciativa de no incorporar agua porque aprecia que la masa ya está bien ligada; si tomáis esa decisión os aseguro, con casi toda probabilidad, que al freír os quedará demasiado crujiente y seca.
5 Una vez lista hacemos una bola con ella y la envolvemos en un film, dejándola reposar al menos 30 minutos a temperatura ambiente.
6 Pasado el tiempo de reposo extendemos bien y dividimos en tres partes para que resulte más cómodo. Nos quedamos con el trozo que vamos a trabajar en primer lugar y lo estiramos con el rodillo (o mejor con una máquina de pasta si la tenéis) hasta dejarlo lo más fina posible.
7 Realizamos rectángulos de unos 6 cm. aprox., y en el interior de cada uno 4 cortes paralelos que no lleguen a los bordes, tal y como ilustra la foto siguiente. Podéis realizar este proceso de forma mucha más cómoda y certera si disponéis de un cortador específico de chebakias.

8 Ahora llega la parte más complicada con diferencia: darle la forma. Es un proceso que necesitará de nuestra paciencia y de decenas de chebakias descartadas (por fortuna la masa se puede reutilizar). Colocamos sobre la palma de nuestra mano el rectángulo, y con el dedo índice separamos las tiras alternativamente (una arriba, otra debajo, etc.). A continuación dejamos las de los laterales fijas y plegamos las interiores hacia adentro, como si fuera un calcetín. Finalmente aplastamos los extremos y abrimos un poco las tiras. La forma final debería ser parecida a la de una rosa.
9 Mientras le damos forma habremos puesto aceite de girasol a fuego fuerte para que se vaya calentando, y en una cacerola miel a fuego medio-fuerte. A medida que las vayamos haciendo las incorporamos a la sartén. Es importante dejarlas el tiempo justo, para que no queden secas o demasiado crujientes, por lo que en cuanto estén doradas las sacaremos y echaremos directamente en la cacerola, dejándolas reposar con la miel caliente al menos cinco minutos.
10 Las colocamos en un plato, espolvoreamos sésamo tostado por encima… ¡y ya estarán listas! Ya sólo quedará optar por guardarlas en un tupper en una estantería bien visible y sucumbir a la tentación, a un ritmo de una chebakia cada quince minutos, o quedarnos con cinco o seis y repartir el resto entre vecinos y amigos. En vuestra conciencia dejo qué decisión tomar.
Algunas recomendaciones
- La miel es importante que no tenga aroma (tomillo, romero, etc.) o alteraremos el sabor final.
- Si no tenéis almendras o queréis probar una variación sustituid los 100gr de almendras por 75gr de piñones. De igual manera, los piñones deben estar tostados previamente a molerlos.
- Si la miel no es de vuestros ingredientes favoritos, siempre podéis rebajarla con algo de agua o sencillamente barnizar por encima en lugar de introducir las chebakias en ésta.
- ¡Están mucho más ricas de un día para otro!
Y con estas últimas recomendaciones finalizo la receta de chebakia; espero que os anime a prepararlas pero, si no fuera el caso, os invito a probarlas cuando vayáis a Marruecos, suele ser el dulce más presente en las pastelerías y el principal responsable de que huelan a miel y sésamo. Un abrazo a tod@s y nos vemos en la siguiente entrada!
Si quieres saber más, visita nuestra página sobre platos típicos marroquíes.
Hola.muchísimas gracias por la receta. Acabo terminar de hacerlas. Tiene una pinta estupenda.hay varias formas de hacerlas. Un abrazo.
Buenas tardes Nataly.
Me alegra mucho que te hayan gustado!!!! Un saludo
Y la mantequilla para que es?
Hola! La Mantequilla la utilicé solo para que la masa no se quedara tan pegada a la hora de removerlo. Es ideal para ponerlo en el bol bien extendida antes de comenzar a echar los ingredientes. Un saludo!
me ha gustado como lo has redactado gracias
De nada Karima! Un saludo