Asilah en verano
Actualizado el 22/10/2019
Asilah, “La perla del Atlántico”, situada a unos 50 Km de Tánger y a 100 Km de Ceuta, ofrece una armónica superposición de estilos arquitectónicos. Al cobijo de sus murallas portuguesas, se alternan casas tradicionales marroquíes con sus floridos patios y casas de influencia europea con grandes balcones mirando al océano o a sus laberínticas callejuelas.
Asilah es un buen destino turístico en cualquier época del año. Es un tranquilo rincón en sus inviernos de clima suave y en verano es una animada ciudad con una importante oferta cultural y con kilómetros de buenas playas. Además tiene una situación estupenda para usarla como base desde la que realizar excursiones para conocer el norte del país: Tetuán, Tánger, Chefchaouen, Larache y Fez.
Playas de Asilah
Las playas de Asilah son uno de los mayores atractivos durante el verano y un buen complemento tras visitar los principales monumentos de la ciudad. Numerosas playas a lo largo de la costa, muchas de ellas casi vírgenes, nos ofrecen la posibilidad de tomar el sol, bañarnos en sus cálidas aguas, dar paseos casi en solitario y disfrutar de los espectaculares atardeceres.
Hacia el norte, prácticamente hasta el cabo Espartel, transcurren unos 40 km de playas anchas, abiertas al Atlántico y de arena blanca, con un entorno prácticamente sin edificar. Caben destacar Playa Briech, situada a unos 5 minutos en coche de Asilah. Es una playa inmensa, de arena fina y con una hermosa vista de las colinas.
Playa Tahaddart (o de las barcas), se encuentra a unos 10 minutos. Como en todas las playas, en temporada alta se alquilan tumbonas y sombrillas y hay chiringuitos donde tomar pescado fresco a la brasa y platos tradicionales marroquíes. También se pueden alquilar barcas o dar un paseo en camello. La playa es muy segura, el agua está más caliente, hay pocas olas y tiene menos sal, siendo ideal para familias con niños.
No podemos olvidar la propia playa de Asilah; junto a las murallas de la Medina está la cala llamada Playa de los Cañones y hacia el norte, pasando el puerto, se extiende la larga playa de la ciudad, de unos 5 Km, a la que se puede llegar andando. En julio y agosto, la parte más cercana a la ciudad está bastante concurrida, pero al alejarse un poco es mucho más tranquila. Los paseos en camello están disponibles en primavera y verano.
Hacia el sur, la costa presenta un relieve más caprichoso, sucediéndose los acantilados y las calas. La más popular, tanto de día como de noche, es la Playa de las Cuevas, a la que se puede ir en taxi por la carretera hacia Rabat, dando un paseo de una hora aproximadamente bordeando la costa o, lo más pintoresco, sobre todo si vas con niños, en un carro tirado por burros. Es una playa amplia y con zonas de acantilados y cuevas, que la protegen de los vientos. En ella se puede disfrutar de las olas, el sol, deportes al aire libre o de los chiringuitos que montan en temporada alta y, cuando la marea está baja, se puede acceder a las cuevas.
La Playa de Sidi Mugait, a unos 10 Km de Asilah, nos deleita con un impresionante paisaje. Es amplia, arenosa y, probablemente, la más tranquila de la zona.
Festival Cultural Internacional de Asilah
Asilah es un importante foco cultural del norte de Marruecos y se nota al pasear por su medina, donde se suceden los talleres y galerías de arte. Además, muchos artistas e intelectuales, de dentro y fuera del país, han elegido la ciudad como residencia y ese ambiente cultural se percibe en sus calles.
Una vez al año, Asilah es sede de un festival donde se dan cita intelectuales, artistas de todo el mundo, investigadores académicos, periodistas y personajes del mundo de la política. Normalmente se celebra en agosto, pero puede variar en función del mes del Ramadán.
El festival fue creado en 1978 por Mohamed Benaïssa, exministro marroquí de Cultura y Asuntos Exteriores y alcalde de Asilah, y por el pintor marroquí Mohamed Melehi.
Durante el festival, la medina se convierte en una galería de arte al aire libre y pintores venidos de todo el mundo realizan sus murales que quedan expuestos todo el año. Las paredes se vuelven a encalar antes del siguiente festival.
En paralelo hay conciertos de músicos internacionales, conferencias, coloquios, teatro, talleres de arte (escultura, grabados, pintura para niños), entre otras actividades culturales. También suele ser habitual organizar espacios de intercambio entre artistas marroquíes y extranjeros, además de encuentros internacionales y exposiciones en el Centro Hasan II.
Todas estas manifestaciones artísticas, especialmente los grafitis que utilizan las medinas como si de lienzos se trataran, hacen que cada año esta ciudad se convierta por unos días en el foco de atención del país, lo que unido a sus espléndidas playas la convierten en unos de los lugares más icónicos del verano marroquí.
Si quieres saber más, visita nuestra guía con toda la información sobre Asilah.