Tanjazz, el festival con el que Tánger rezuma jazz
Nadie creyó en el proyecto. Corría el año 2000 y por entonces Tánger había perdido el encanto que en su día tuvo como ciudad internacional. “Cuando empecé a hablar de jazz en Marruecos todos me decían que estaba loco, que era imposible hacer un festival de jazz en esta ciudad. Pero cuando alguien me habla de imposibles, allá voy”, apunta Lorin.
La primera edición fue un éxito y ya nadie volvió a plantearse si el festival tenía cabida en Tánger, que cayó rendida a sus encantos hasta el punto de que Tanjazz se convirtió en el más importante encuentro de jazz del país y uno de los más destacados a nivel internacional.

Conciertos y entretenimiento
Tanjazz, también conocido como Festival de Música Jazz de Tánger, se celebra cada año, a finales de septiembre, aunque las ediciones de 2020 y 2021 tuvieron que ser suspendidas por la pandemia del coronavirus.
Durante los días que dura el festival, Tánger se llena de música, tanto en los conciertos que se celebran en los distintos escenarios dispuestos por la ciudad, algunos gratuitos y otros de pago, como en los distintos actos que tienen lugar por sus calles. Locales y visitantes procedentes principalmente de Casablanca y Rabat, pero también de España, Francia y EE.UU, disfrutan al unísono de todos los actos que tienen lugar.

Palacio del Sultán Mulay Hafid
El nombre de Tanjazz procede de un ingenioso juego de palabras que combina el vocablo tanja (ciudad en árabe) con jazz. Durante los días que dura el evento, toda la ciudad se vuelca en su celebración y se convierte en un gigantesco escenario que tiene su epicentro en el Palacio de las Instituciones Italianas o Palacio del Sultán Mulay Hafid.
Philipe Lorin insistió en recuperar este palacio, que se encontraba medio en ruinas, para el festival. Construido entre 1912 y 1914 por el sultán de Tánger, y hoy reconvertido en la sede principal de Tanjazz, por la noche se pueden ver conciertos en diferentes salas con un cóctel en la mano, ya que en este festival está permitida la venta de alcohol. El ambiente bohemio, intimista y desenfadado, recuerda a cuando Tánger era ciudad internacional y en sus cafés se daban cita contrabandistas, literatos, espías y diplomáticos.
El ambiente en este palacio, una joya arquitectónica donde se rodó parte de la película de “Entre costuras”, es único. Personas procedentes de diferentes países disfrutan de la música, con eclécticas conversaciones en donde es posible escuchar desde dariya a árabe, pasando por francés, inglés o español. Un ambiente refinado y con unos precios más elevados, que se contrarrestan con los conciertos gratuitos que tienen lugar en diversos puntos de la ciudad.

Escenarios llenos de música
Durante los días que dura Tanjazz se puede escuchar música en el jardín del Museo Kasbah, los jardines de la Mendoubia, la estación del tren de alta velocidad, el centro comercial Tanger City, el espacio de entretenimiento Tabadoul, los hoteles Barceló y el famoso hotel Continental. Y también en el Tanja Marina Bay, el modernísimo puerto deportivo. A ello hay que añadirle los pasacalles de los zocos y las batucadas en la Plaza de Francia, que se unen a diferentes eventos en librerías, terrazas y riads. La ciudad renace cada año y se abre al mundo, con su aire decadente pero rebosante de modernidad.
En el festival Tanjazz, el más longevo del norte de África, el exotismo árabe se mezcla con los sonidos del jazz, aunque también se tiene espacio para el eclecticismo de los ritmos del gnawa marroquí, el blues, el swing, el funky, el rock o el soul. Son bandas emergentes y consagradas, y artistas de reconocido prestigio internacional, procedentes no solo de Europa, sino de también países como India, Senegal, Líbano, Japón, EE.UU, Argentina o Cuba, entre otros. Así, han pasado por Tánger artistas como Cécile McLorin Salvant, Circular Time, los Embajadores del Swing, Craig Sutton o la mallorquina de padres guineanos Concha Buika.

El prestigio de antaño
Con Tanjazz, la ciudad vuelve a recuperar el prestigio de una época en la que se acogía a estrellas de Hollywood y millonarios en las terrazas con vistas al Estrecho. La ciudad sigue enamorando a los amantes de la buena música, como en su día encandiló a The Rolling Stones. Se calcula que en los 20 años que lleva activo el festival ha creado 10.000 empleos directos o indirectos, y generado beneficios por valor de más de 200 millones de euros.
Durante unos días, Tanjazz hace que la ciudad se mueva al ritmo del jazz, ya sea tomando un brunch al sol mientras se escucha un concierto, disfrutando de una puesta de sol en una terraza con el ritmo de fondo, o degustando un exquisito cóctel en el Palacio de las Instituciones Italianas al compás de las estrellas.
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