Qué visitar en Marrakech (2ª Parte)
Actualizado el 06/08/2020
Comenzamos el segundo día para descubrir lo más interesante que visitar en Marrakech (para los despistados, debéis leer antes la primera parte).
Hoy amaneceremos siendo distintos. Ya no seremos aquel viajero ingenuo que aterrizó en la ciudad, sino un guerrero curtido en mil batallas: del asombro inicial por el número de motos circulando por la medina habremos pasado a desarrollar un sexto sentido para esquivarlas, y el “no, gracias” primerizo, acompañado de una sonrisa tímida al buscavidas de turno se habrá transformado en un simple “no”, también educado pero rotundo y que no admite más ofertas.
Ahora podremos permitir realizar un itinerario más complejo, en el que el flujo de personas aumentará y las calles se estrecharán y retorcerán. Pero no os preocupéis que con algunas recomendaciones todo irá sobre ruedas.
¡Empecemos pues!
Punto de partida
Iniciamos el recorrido en la Plaza de Jamaa el Fna, tanto por su situación como porque asumo que habréis pernoctado en alguno de los riads que la rodean. No se me ocurre mejor forma de alojaros en la ciudad roja: al infinito número y variedad (con lo que podréis encontrar el que se ajuste exactamente a vuestras necesidades y bolsillo) se suman sus características únicas.

Zocos
Si ayer recorrimos lo situado al sur de la plaza, hoy lo haremos hacia el norte, atravesando los zocos. Se trata de una zona que siempre está abierta y que de hecho bien merece perdernos en ella todo el día, observando, fotografiando y regateando; pero es que además nos servirá de hilo conductor para llegar a tres lugares muy cercanos entre sí.
Siendo honesta, hay posibilidades de que nos perdamos alguna vez, aunque es fácilmente solventable pidiéndole a cualquiera que, previa propina cerrada de 10-20 dírhams, nos reoriente (que no reconduzca a la tienda de su amigo). Pero si tenemos en cuenta que los zocos se distribuyen en una calle principal que más tarde se divide en dos, con un poco de esfuerzo podremos explorar la zona sin acudir a nadie.


La calle inicial, Rue Souk Smarine, se encuentra a las espaldas de la plaza, en el lado contrario al de la Koutubia, justo detrás de una hilera de restaurantes (a título orientativo, a la derecha se sitúa el famoso Café France). Poco después se dividirá en dos: Rue Souk Attarine y Rue Souk El Kebir. Es la segunda la que nos conducirá a los siguientes tres puntos de interés, por lo que una vez lleguemos a la bifurcación tomaremos la Rue Souk Attarine y, ya visitados los zocos que la amparan, volveremos marcha hacia atrás, tomando ahora en el cruce la otra calle.
Ya tendremos otra ocasión para hablar en profundad de esta zona pero, a modo de resumen, deberemos tener siempre referenciadas las calles citadas mientras que nos dejamos sorprender por el espectáculo que se ofrece a todos los sentidos. Eso sí, sin que se nos note demasiado o seremos pasto de los comerciantes.

Madraza de Ben Youssef
Una vez finalizada la Rue Souk El Kebir se nos presentará el conjunto conformado por la Kuba Almorávide, el Museo de Marrakech y la Madraza de Ben Youssef. Recomiendo comenzar en esta última, pues seguramente ya habremos empleado mucho tiempo en los zocos y se empiece a llenar, por lo que como retrasemos aun más la visita perderíamos parte de su solemnidad.
Se conoce por madraza (o medersa) a las escuelas coránicas o, siendo más precisos, internados en los que se impartían algunas clases pero que también se nutrían de las enseñanzas en la mezquita contigua. La de Ben Youseff fue la más importante de todo Marruecos, llegando a alojarse cerca de 900 estudiantes.
En ella destaca el patio central dominado por un estanque y rodeado por arcadas en su zona baja (dando entrada a las zonas comunes) y galerías en la superior (conduciendo a las habitaciones de los estudiantes). Decorada con grabados, mosaicos y madera, es un ejemplo magistral de cómo combinar detalle y elegancia.
Probablemente, junto con la de Bou Inania en Fez, sea las que más interés suscita en todo el país, guardando similitudes en su diseño. Sin embargo, la que visitamos hoy tiene un gran valor añadido, al poder visitarse sin problemas las galerías de estudiantes ubicadas en planta primera.

Museo de Marrakech
Justo a la derecha de la madraza se emplaza el Museo de Marrakech. Con una lámpara colgante de sorprendente diseño y generosas dimensiones en su patio central como protagonista, a su alrededor se exponen toda clase de objetos tradicionales: joyas, trabajos en metal, cerámica, bordados, … conformando un discreto pero no por ello menos interesante catálogo de la cultura marroquí.
También tiene un hammam, sólo con fines expositivos. Además, siempre que estemos de suerte y el síndrome del turista ávido de souvenirs pueda con nosotros, estará instalado un stand donde un artista, previo pago de 20 dírhams, nos dibujará con acuarelas en árabe el nombre que le indiquemos (evidentemente, en mi caso le pedí que pusiera “Siente Marruecos”.

Kubba Almorávide
Antes de abandonar la zona visitaremos la Kubba Almorávide, situada justo enfrente de la mezquita también llamada de Ben Youseff. La razón de esta cercanía es que en su origen facilitaba el espacio para las abluciones previas a la oración, proporcionado asimismo a la ciudad una de las primeras fuentes de agua potable.
No tendremos problemas en visitarla aunque se haga tarde, pues no suele dársele relevancia, además de estar semi-oculta al ir superándola con los años los edificios que la rodean. Razón de más para concerla y sentirnos maravillados con uno de los pocos testimonios de la primera dinastía que reinó en Marrakech, del trabajo realizado en el interior de la cúpula y de su avanzado sistema de fontanería.
Actualización: la kubba se está reformando, por lo que no es posible visitarla.

Jardines de Majorelle
Para concluir la tarde, al igual que ocurrió ayer, tomaremos un Petit taxi o una calesa que nos lleve a unos Jardines de Majorelle, en origen pensados como un espacio privado por el pintor que les da nombre, para después ser abiertos al público y finalmente adquiridos por el famoso diseñador Saint Laurent.
Sus instalaciones albergan un jardín botánico donde toda vegetación tiene cabida, destacando la presencia de palmeras, cactus y bambúes. Sumado a las estanques con nenúfares y la pintura azul intenso, ofrece un diseño exquisito y atemporal en el que todo ha sido estudiado al milímetro.
Además tendréis la posibilidad de visitar, entre otros, un museo, una galería de arte o un café, este último el lugar ideal para hacer una parada en el camino y comentar con un compañero de viaje todo lo descubierto hoy.
Como colofón…
En teoría aquí habría concluido la visita de la ciudad, pero si nuestra inquietud viajera nos lo permite y todavía no nos flaquean (lo suficiente) las piernas, podríamos atrevernos a arrebatarle algunas horas más al día antes de irnos a la cama.

Probablemente nuestro primer pensamiento sería volver a la Plaza de Jamaa el Fna y, aunque admite todas las visitas que queramos, buscando una experiencia más completa experimentaremos la vida nocturna en las zonas del Gueliz y el Hivernage, aprovechando además que nuestra última visita se ha producido en el primero de los barrios citados.
Se trata de una oportunidad única de experimentar un Marruecos distinto, siendo Marrakech una de las mejores ciudades para comprobarlo. De hecho es una de las localidades preferidas para salir de noche no sólo de los marraquechíes, sino también de la mayoría de sus paisanos.
Podremos empezar cenando en algún restaurante de internacional y continuar bailando hasta las tantas en algún club (de hecho, la ciudad dispone de su propio Pachá). Si soy sincera, no es el tipo de lugares que busco cuando viajo al país, pero siempre es interesante ver como los marroquíes se mueven en este tipo de ambientes. Eso sí, ¡preparad vuestra cartera porque la vais a necesitar!
Y con este segundo recorrido diremos con orgullo a nuestra vuelta que hemos conocido lo más importante (que no único) que ofrece Marrakech. Espero que la experiencia os deje con buen sabor de boca y, sobre todo, con ganas de más. Un abrazo a tod@s y nos vemos en la siguiente entrada!
Si quieres saber más sobre la ciudad, visita nuestra guía con toda la información sobre Marrakech.
me encanta como lo cuentas!!!!
Yo voy a ir con una amiga en diciembre, así que me inspiras.
Saludos
Qué bien que te sirva de inspiración! Espero que te sea de utilidad y buen viaje a Marrakech!
Gracias por esta última parte del itinerario, la primera vez que visité la madrasa me quedé enamorada, además pensar que allí dormían y vivían… No sé me parece un sitio especial!
Para el zoco y el regateo cojan fuezas señores… No es precisamente un paseito tranquilo….
La plaza de Gueliz solo la he frecuentado de día (básicamente en busca de H&M y Zara) y es muy agradable, seguro que por la noche se esta genial por la zona!
Un saludo y hasta la próxima!
De nada Idoia. En mi caso la primera vez que visité la madraza fue después de la de Bou Inania en Fez, por lo que fue una sorpresa muy gratificante saber que ahí si que podían visitarse las habitaciones de estudiantes.
Si te tengo que ser honesta, no soy mucho de moverme fuera de las medinas en Marruecos, salvo visitas puntuales. Pero en este caso fue que un amigo marroquí, tangerino para más señas, me comentó que solía ir en coche hasta Marrakech los fines de semana para salir, y me llamó tanto la atención que decidí probar la siguiente vez que visité la ciudad.
Un saludo!