Excursión a Berkane
Actualizado el 26/02/2016
Hola a tod@s de nuevo! Como mandan las reglas de este blog, vuelve a ser Martes y volvemos a publicar entrada. Sin embargo, tengo que recordaros que esta entrada está relacionada con la del fin de semana en Saïdia que publiqué hace dos semanas.
En concreto, debemos retroceder al sábado de ese fin de semana para situar esta entrada, cuando desde la organización de Luxotour nos dieron tiempo libre para disfrutar la tarde como nos pareciera más idóneo. Y no voy a negar que mi primer pensamiento fue acudir al spa del hotel, teniendo en cuenta que no íbamos a tener más oportunidades.
Sin embargo, y a pesar de las horas de sueño que íbamos acumulando, el espíritu viajero y nuestra pasión por el país nos puso en nuestro sitio a mis amigas y a mí, llegando a la conclusión de que la decisión más acertada era aprovechar para perdernos en las calles de alguna ciudad por explorar, teniendo en cuenta además que hacía tiempo que no iba a Marruecos.
Así que, aprovechando que Wadiâ (un chico de la organización) iba a Berkane, ni cortas ni perezosas le pedimos acompañarle y así realizar una excursión por la zona. Además, no os voy a negar que visitar las ciudades acompañada de un marroquí siempre me ha resultado muy ventajoso: como ejemplo, él regateó con los taxistas, lo que terminó repercutiendo en un mayor ahorro, además de entenderse a las mil maravillas con ellos.
Viajando en taxi hasta Berkane
Para llegar hasta la zona sólo podíamos hacerlo en Grand taxi, pero como al hotel sólo llegaban Petit Taxis, tuvimos que pedir un par de ellos para que nos recogieran en la puerta del Hotel y nos acercaran hasta la parada de taxis de Saïdia.
Fue allí donde Wadiâ explicó nuestra intención a uno de los taxistas, llegando al acuerdo de que por 100 dirhams en total nos acercaría hasta Berkane. Además, pagamos por las cinco plazas disponibles del coche (a pesar de que éramos cuatro) con lo que evitábamos que se subiera nadie más y así ir más cómodas durante el trayecto.
La distancia entre las dos ciudades era de aproximadamente 25 kilómetros y la carretera estaba en bastante buen estado. Al empezar el recorrido, el taxista tuvo el detalle de aminorar la marcha y explicarnos que pasábamos junto a la frontera de Argelia. No niego que siempre me han resultado curiosas este tipo de cuestiones, y que sólo una carretera nos separase del país vecino. En la foto que veréis a continuación podréis observar las banderas de ambos países:
Tengo que reconocer que el camino se me hizo más corto de lo que creía a priori, aunque seguramente ayudara la conversación de cotorras que teníamos organizada entre las tres, haciendo planes sobre las compras que íbamos a hacer una vez que llegáramos a Berkane.
Algo que me llamó poderosamente la atención fue la cantidad de camiones que nos cruzábamos con montones de personas alojadas en la zona de mercancías. Al preguntar al taxista, nos comentó que se trataba de una zona rural, y que volver en los camiones era muy común entre los agricultores que no vivían allí y volvían a sus casas después de la jornada laboral.
De compras por Berkane
Nuestra intención era coger un petit taxi de nuevo para que nos acercara hasta el centro cuando llegáramos a Berkane; sin embargo, el taxista astuto como el sólo, nos propuso llevarnos directamente hasta allí por sólo un poco más de dinero, comprometíendose a quedar un par de horas más tarde en el mismo sitio para llevarnos de vuelta a Saïdia. Con lo cual, nosotros ganábamos en comodidad y el ganaba más del doble del dinero que pensaba en principio.
Una vez cerramos el trato con un buen apretón de manos, como mandan las tradiciones, empezamos la excursión!! En primer lugar, nos dirigimos a una tienda de ropa para ayudar a Wadiâ a comprarse una chilaba y así ir guapo a la fiesta que teníamos por la noche. Fue una pena no haberlo grabado en vídeo, porque dudo bastante que el pobre se hubiera visto en una situación igual: en lugar de escoger tranquilamente su vestimenta, tenía un corro de locas dirigiéndole frases del tipo: “Ése te queda fatal, ¡cámbiatelo!”, “¿No ves lo largo que te queda?”, “Ese otro parece un pijama”… y un largo etcétera.
Casi lo desquiciamos, pero después de un laaargo rato coincidimos los cuatro en una chilaba que le quedaba que ni pintada! Como había que hacerle algún arreglo, le comentó al dueño de la tienda que nos acompañaría pacientemente en nuestro recorrido por el centro mientras que él terminaba.
Lo cierto es que me llamó poderosamente la atención la configuración del centro: tenía la percepción de que hubieran aprovechado los bajos de los edificios para instalar locales, techándolo todo y formando galerías, como si fuera una especie de centro comercial gigante urbano.
Tenían de todo: en primer lugar tropezamos con una pequeña plazoleta donde encontramos artículos de imitación, bolsos, zapatos, música, … un poco de todo. Una vez que entrabas dentro del centro comercial, encontrabas artículos de los más dispares: desde jabón lagarto expuesto en una droguería de toda la vida, hasta televisiones planas de 54 pulgadas, pasando por bolsos, zapatos, ropa, … una suerte de Corte Inglés pero a lo bestia.
Al final del pasadizo nos encontramos con la zona que más me gusto: la artesanía! Fue entonces cuando me volví loca fotografiando todo lo que se cruzaba en mi camino: teteras de todos los tamaños, bolsos (pero los de Marruecos, no de imitación) y una herboristería como debe ser, con las mercancías a granel y el agua de rosas del Valle de las Rosas.
Allí me sentía como una niña que entraba por primera vez en un Imaginarium, extasiada por todo lo que me encontraba alrededor. Además, la casualidad hizo que me topara con una pequeña tienda con artículos de madera en la puerta; entré a cotillear un poco, y encontré las velas que llevaba tanto tiempo buscando (todos aquellos que me seguís por Facebook sabréis que las he buscado más de una vez, pero que me las ofrecían a precios desproporcionados) por tan sólo 1 euro. Total, que me lleve dos!.
Saliendo de la tienda, volví a toparme con otra plazoleta, y a lo lejos observé un puesto ambulante de zumo de naranja. Como el dueño no hablaba español, acudí a Wadiâ para que le preguntara cuánto costaba un vaso grande. Y, al final, y por el módico precio de 6 dirhams por cabeza, disfrutamos de un rato muy agradable bebiendo el mejor zumo de naranja que puedes encontrar en todo Marruecos.
Cuando íbamos de vuelta nos percatamos de lo tarde que se había hecho y que, para más inri, todavía no nos habíamos pasado a recoger la chilaba de Wadiâ, por lo que volvimos lo más rápido que pudimos a la zona donde estaba esperándonos el taxista. Para colmo, tuvo la ocurrencia de aparcar delante de una tienda con cientos de artículos en oferta en la puerta, por lo que empujadas por el consumista compulsivo que las tres albergamos en nuestro interior le preguntamos si le molestaba que entráramos a ojear.
Ahora me gustaría lanzaros una pregunta: ¿Qué creéis que hubiera ocurrido si la misma circunstancia se hubiera producido en España? ¿Cuál pensáis que sería la reacción del taxista, después de que llegábamos tarde, si encima le pidiésemos que esperara un poco más? Como poco, hubiera respondido de forma no muy agradable, y lo más probable es que desde el primer minuto en que llegáramos tarde hubiera puesto en marcha el taxímetro.
Pues en lugar de eso, el taxista nos aseguró que no tenía ningún problema en que perdiéramos algo más de tiempo en aquella tienda, manteniendo la mejor de sus sonrisas y charlando con el resto de los taxistas de los alrededores como si no tuviera nada mejor que hacer. En definitiva, un ejemplo hecho carne de la famosa frase “la prisa mata”. Creo que ésa es la razón principal por la que nunca me cansaré de viajar a Marruecos: te invitan a compartir su ritmo vital, diametralmente opuesto al occidental, obligándote a relajarte y volver con las pilas totalmente cargadas.
Y con esta última reflexión acaba mi excursión a Berkane; espero que os haya gustado y recordad que si vais a Saïdia y queréis hacer algunas compras es el sitio ideal para hacerlo y pasar un día distinto. Un abrazo a tod@s y nos vemos en la siguiente entrada!
Si crees que a alguien le puede interesar … !compártelo!
Twittear