Qué ver en Essaouira
Actualizado el 10/12/2019
Bañada por el océano Atlántico, a unos 170 kilómetros de Marrakech, frente a las islas Púrpuras, se encuentra Essaouira, también conocida por la antigua denominación portuguesa de Mogador. Alejada del agobio de las grandes urbes, es una de las ciudades más tranquilas y coquetas de Marruecos. Su medina fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001.
Tras Essaouira hay una agitada historia; por aquí pasaron fenicios, griegos, cartaginenses y romanos. Fue ciudad portuguesa en el siglo XV y reconquistada por Sidi Mohamed Ben Abadallah en el siglo XVIII quién encargó a un arquitecto francés su reconstrucción, diseñándola con un trazado lógico, rectilíneo y con amplias calles para facilitar su defensa en caso necesario. Se convirtió en el principal puerto de Marruecos en el siglo XIX, asentándose en ella comunidades cristianas y judías.
Su economía está basada en la pesca, la artesanía y, en los últimos años, gracias al azote continuo de los vientos alisios, tan perseguidos por los amantes de los deportes acuáticos, el turismo se han convertido en una fuente importante de ingresos para la ciudad.
A pesar de no tener grandes monumentos de interés, es una ciudad que transmite: su gente sencilla y amable con los visitantes, la tranquilidad, su cálida luz, el color, el continuo graznido de las gaviotas, el olor marinero, el aire que se respira… Probablemente, todo esto, unido al bonito decorado natural de la ciudad, hizo que Orson Wells la eligiera para rodar algunas escenas de la película Otelo, que comienza con una magnífica toma panorámica de las murallas. En agradecimiento, una plaza con su nombre y una estatua recuerdan la memoria del director.
Posteriormente se convirtió, por así decirlo, en el paraíso de los hippies, en fuente de inspiración para artistas y destino de moda para estrellas del pop y del rock como Jimi Hendrix, Frank Zappa o Cat Stevens, ahora Yusuf Islam. Sobra decir, por tanto, que Essaouira fue, y sigue siendo, una ciudad bastante cosmopolita y bohemia.
Lo imprescindible
La ciudad amurallada tiene tres partes: la mellah, la medina y la kasbah, y se puede acceder a ella por tres puertas, al norte Bab Dukala, al este Bab Marrakech y junto al paseo marítimo Bab Sebaa.
La Medina de Essaouira, por su trazado ordenado y rectilíneo y sus cruces perpendiculares (aunque también existe el típico entramado de callejuelas), es diferente a cualquier otra de Marruecos, y permite al visitante orientarse y pasear tranquilamente sin miedo a perderse. Lo primero que llama la atención es el blanco de sus casas encaladas y el azul de puertas y ventanas. Además, no hay vehículos de motor, todo se transporta en carretas.
Por las calles adyacentes a la muralla se concentran numerosos pintores y talleres de ebanistería. Desde aquí se puede acceder a las Skala de la Kasbah, una plataforma almenada de unos 200 metros de longitud, con una considerable colección de cañones europeos, que fue construida para la defensa de la ciudad. Con unas estupendas vistas al mar, es el único lugar por donde se puede pasear por encima de las murallas y desde donde puede contemplarse el fuerte oleaje del mar Atlántico.
En la plaza de Moulay Hassan hay muchos restaurantes y cafeterías siendo un buen lugar para comer o tomar un té a la menta viendo las idas y venidas de los transeúntes. Para comer…, lo mejor es pedir pescado ya que el que se ofrece está fresco y es de calidad.
La puerta de La Marina nos conduce al ajetreado puerto. Es interesante una visita a la Skala del Puerto, bastión defensivo que protege las instalaciones portuarias (cuesta unos 10 Dh), que cuenta con piezas de artillería originales, casi todas de España y Portugal. Pero lo mejor son las estupendas vistas de las murallas, del puerto y de las islas Púrpuras.
Su puerto pesquero, actualmente uno de los más importantes del sur del país, fue fortificado por los portugueses para su defensa y puede enorgullecerse de tener una actividad tan agitada que sorprende al visitante. Es uno de los lugares más animados de la ciudad y, lógicamente, su visita es obligada. Está repleto de barcas de pesca y numerosos puestos de pescado en los que puedes elegir lo que quieras que te preparen para comer. Eso sí, estamos en Marruecos y es importante negociar primero el precio.
Otro de los encantos de la ciudad es, sin duda, su playa que se encuentra situada a la izquierda de la puerta de la marina. Extensa, de arena fina y con vistas a la bahía, es un lugar muy frecuentado por los lugareños, tanto por deportistas haciendo footing, o jugando al fútbol o al voleibol, como por familias.
Los vientos fuertes y constantes y su bahía protegida de las olas del Atlántico han hecho de Essaouira un paraíso para los aficionados al windsurf y kitesurf. A lo largo de la bahía existen algunas escuelas y tiendas donde alquilar material para la práctica de estos deportes. Para el resto, es posible pasear en dromedarios por las dunas o navegar en un barco turístico alrededor de las islas Púrpuras, que albergan una reserva ornitológica protegida de halcón eleonora. Y cuando los alisios no permiten estar tranquilamente en la playa, hay cafés con vista al mar en los alrededores que están resguardados del viento.
Artesanía y cultura de Essaouira
Una de las ciudades marroquíes con más tradición en ebanistería es Essaouira. Son famosas las piezas talladas en madera de tuya, a veces con incrustaciones de madera de limonero, de nácar o de ébano, como cajas, joyeros, cofres, figuras o bandejas entre otras. Las joyas de plata de Essaouira son conocidas por su calidad y finura, y deben su desarrollo y notoriedad a los orfebres judíos del siglo XVIII. Hay que destacar también los maestros artesanos en la fabricación de instrumentos musicales de cuerda como el laúd o el gumbri. Babuchas y bolsos de rafia, a veces combinados con cuero, gorros de lana y lámparas de piel tintadas forman parte también de la artesanía más autóctona de Essaouira.
No podemos olvidarnos de la pintura. Essaouira siempre ha atraído a artistas de todo el mundo, pero son muchos los artistas locales. Existen diferentes galerías de arte repartidas por la ciudad donde podrás comprar o simplemente mirarlos.
Essaouira es también conocida internacionalmente por su Festival Gnaoua y Músicas del Mundo, que se celebra anualmente en el mes de junio y atrae a miles de visitantes.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Creo que sobra deciros que Essaouira y alrededores, ofrece una oferta interesante tanto para turistas como para deportistas y amantes de la cultura. Siendo, además, una combinación estupenda durante un viaje a Marrakech.
¡Nos vemos en la siguiente entrada! ¡No os olvidéis de comentar si queréis añadir algo!
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…La próxima semana estaremos por sus calles. Interesante artículo
Seguro que lo disfrutáis, Pilar. Gracias por comentar y me alegra que te guste!
Gracias por la información tan clara
Gracias a ti por comentar, Irg!
Interesante,no habia oido hablar de esta ciudad,la visitaré cuando pueda.
Gracias, me alegro de que te haya gustado el artículo y que te anime a visitar Essaouira!