Escenas de Essaouira y alrededores
Actualizado el 13/05/2019
Hoy visita el blog José M. Piasentini, quien desde hace más de 10 años se dedica a capturar momentos como actividad esencial de su espíritu viajero. A su fiel cámara hay que añadirle una segunda herramienta, una Sprinter 4×4 camperizada, indispensable para explorar con libertad el mayor número de rincones posibles.
En el año 2007 fui por primera vez a Marruecos y desde entonces he vuelto en 6 oportunidades, pudiendo afirmar que “Marruecos enamora”. Con paisajes de ensueño y una riqueza cultural abrumadora, Marruecos es un país a un paso de Europa que debería estar en la lista de deseos de cualquier viajero.
La primera vez que fuimos teníamos ganas de ir en nuestro 4×4, pero por desconocimiento y prejuicios de quienes no conocen el país y los miedos que te trasmiten, optamos por ir en un tour organizado. El viaje fue magnífico y nos animó a volver en coche unas cuantas veces más, pues pudimos comprobar de primera mano que es un país precioso, amigable y seguro.
Tuve la oportunidad de coordinar dos grupos que en sus propios 4×4 participaban en una caravana solidaria llegando hasta casi la frontera con Argelia. A la vuelta la mayoría señalaba haber tenido algo de miedo o incertidumbre antes de partir, y que los miedos habían desaparecido rápidamente tras pisar el país.
Lo cierto es que Marruecos es seguro. En ciudades grandes hay que tener sentido común y algo más de cuidado, pero no más que en cualquier ciudad grande de cualquier país del mundo. Un viaje a Marruecos es una experiencia maravillosa: sus olores, gentes, costumbres y gastronomía no te dejan indiferente.
Puedes viajar a Marruecos de muchas maneras, solo, en grupo, en tu propio 4×4, en coche de alquiler, visitar solo grandes ciudades, el desierto o combinar ambos. Solo tus gustos harán que escojas una u otra manera de disfrutarlo sin impedimentos.
A nosotros nos gusta la libertad que te da ir por tu cuenta y en tu propio vehículo. Si es 4×4 mejor, pues Marruecos es el paraíso para quienes disfrutamos de conducir fuera de la carretera.
Nuestros viajes, después del primero, fueron en 4×4, hasta que años después decidimos un cambio de filosofía y nos compramos una furgoneta. La búsqueda fue ardua porque la queríamos 4×4 y no hay en el mercado de segunda mano una gran oferta. Una vez que la encontramos y camperizamos, elegimos Marruecos para probarla.
Lo hicimos en una aventura que nos llevó desde Nador a Tan Tan en el sur de la costa Atlántica, pasando por el desierto. Un viaje de 5200 kilómetros ida y vuelta. Condujimos hacia el sur por el interior hasta llegar al Erg Chebbi. ¿El objetivo? Dormir a pie de las dunas, disfrutar de los magníficos atardeceres en el desierto y la hospitalidad de los bereberes.
A continuación seguimos la carretera N12, visitando Zagora y Tissint con destino final Tan Tan, que fue lo más al sur que llegamos. Pasamos unas noches en el Ksar Tafnidilt, que usamos como base para descubrir la zona.
En otra ocasión tomamos rumbo norte, esta vez por la costa. La Costa Atlántica Marroquí tiene un gran atractivo. Siguiendo la ruta de la costa, visitamos Sidi Ifini, Mirleft y Leghizra en 4 días.
Agadir lo pasamos de largo, pues la habíamos visto en un viaje anterior y queríamos visitar Imouzzer Ida ou Tanane y desde allí ir a Essaouira. Este pueblo bereber está ubicado en la región del Anti Atlas, donde se cultiva el argán con el que se hace el aceite tan famoso en la actualidad.
Nuestra próxima parada fue Essaouira. Ubicada en la costa atlántica es uno de los destinos imprescindibles de Marruecos. Essaouira es una hermosa ciudad portuaria que cuenta con una medina amurallada, y que por su valor histórico y su belleza fue declarada patrimonio de la UNESCO en 2001.
De visita obligada, en la medina podrás perder horas paseando, fotografiando, haciendo compras o, simplemente, tomando un té en algunos de los muchos riads que encontraras dentro. No puedes dejar de degustar un buen plato de marisco o pescado frescos, recién sacados del mar. Pasear por sus callejuelas es un viaje al pasado, descubriendo los antiguos oficios que parecen olvidados en Europa.
Fuera del casco antiguo amurallado, encontrarás una larguísima playa donde poder tumbarte al sol, caminar, dar un paseo en dromedario o sencillamente disfrutar de una maravillosa puesta de sol. Además, por los vientos que azotan Essaouira, ésta es una famosa localización para practicar surf, windsurf y kitesurf.
Si decides refugiarte unos días en Essaouira escapando del calor del desierto, te recomiendo visitar cualquier miércoles el Mercado bereber de Ida Ougourd, un típico mercado a 20 minutos de la ciudad.
Alojarse en Essaouira no tiene misterio, hay una oferta de alojamientos para todos los gustos y bolsillos, pudiendo estar dentro de la medina o frente a la playa. ¡Marruecos enamora y difícilmente no quieres regresar para seguir descubriéndola una y otra vez!
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Excelente artículo y fotos. La próxima vez que viaje a Essaouira visitaré Ida Ougourd
Gracias David, sin lugar a dudas no te arrepentirás si visitas el mercado bereber de Ida Ougourd. Junto con el de Rissani, uno de los mercados que más me ha gustado.
Qué fotos más bonitas Jose. Me has hecho descubrir rincones de Essaouira que desconocía. Un saludo.
Muchas gracias Francisco por visitar #sientemarruecos y me alegro te hayan gustado las fotos!
Saludos, Jose