El Valle de las Rosas
Actualizado el 25/05/2016
A los pies de las montañas del Alto Atlas que se acercan a las del Sahara, nos encontramos un lugar inesperado, el Valle de las Rosas donde, en primavera, toda la zona se viste de color rosa y se respira un olor maravilloso. Es un deleite tanto para la vista como para el olfato.
En la ruta de las kasbahs, a unos 90 kilómetros de Ouarzazate, en pleno valle del Dades, se encuentra un pueblo fortificado conocido por el nombre de Kelaat M’Gouna, principal acceso a este hermoso valle y uno de los últimos oasis que hay en el sur antes de llegar a la arena infinita del Sáhara. Si bien este pueblo es punto de partida para rutas de senderismo y excursiones, es, sobre todo, la capital marroquí de la rosa.
El valle se extiende desde Kelaat M’Gouna, hasta Bou Tharar, lo que supone unos 30 kilómetros ininterrumpidos de cultivo de rosas. La rosa que se encuentra en este valle, llamada rosa damascena, es resistente al frío y a la sequía, y una de las especies más perfumadas y cotizadas del mundo. Según cuenta la leyenda, fue introducida por casualidad en alguna de las caravanas de peregrinos que volvía de La Meca hace unos 300 años.
Recolección
El periodo de floración de las rosas es, en función de las condiciones climáticas, desde mediados de abril hasta mediados de mayo. Al amanecer, las mujeres recogen una a una estas preciosas flores, tarea que no es difícil, pero sí agotadora. Se llevan a las kasbahs para una primera selección y, según el destino final, los pétalos se dejan secar durante unos días o bien se llevan a las destilerías para comenzar el proceso industrial. Para que os hagáis una idea de la tarea que supone la recolección, se tarda más de una hora en cosechar un kilo de rosas y se necesita una tonelada de pétalos para producir un kilo de esencia de rosas. En condiciones meteorológicas favorables, se pueden cosechar hasta unas cuatro mil toneladas de rosas al año.
En Bou Tharar, desde el magnífico e imponente Ksar de Bou Thrar, que domina el bonito oasis, podéis admirar el espectáculo de la recolección durante la mañana.
Los pétalos de rosa se utilizan principalmente para fabricar agua de rosas, jabones y cosméticos. Gran parte de este agua se vende a compañías de perfumes extranjeras. En Kelaat M’Gouna hay tiendas dedicadas a su producción y venta y, si lo pedimos, también nos explican el proceso de destilación. Visitar las destilerías y adquirir agua de rosas u otros productos, es posible en cualquier época del año.
La fiesta de las Rosas
Finalizada la cosecha, normalmente el segundo fin de semana de mayo, se celebra una de las fiestas más populares de Marruecos, la “Fiesta de las Rosas”. Durante tres días, desde el viernes por la noche hasta el domingo, visitantes llegados de los pueblos vecino y multitud de turistas, se dan cita en Kelaat M’Gouna para disfrutar de la música y el colorido: balcones, terrazas, jardines y calles se inundan de flores.
La fiesta incluye espectáculos y conciertos de grupos bereberes al aire libre, exposiciones de productos agrícolas y artesanales, principalmente joyas y alfombras, y competiciones. También se elige a la Reina de las Rosas para lo cual, las mujeres más hermosas de la zona bailan en las calles vestidas con sus mejores caftanes y adornadas con pétalos.
Climatología
El valle tiene un clima perfecto para que la rosa damascena crezca y florezca. Debido a la altitud media del valle, 1.650 metros en el pueblo de Hadida, el ambiente es seco y fresco con escasez de lluvias. La primavera y el otoño son estupendos, aunque puede hacer un poco de fresco por las noches. Los inviernos son fríos, pero los días soleados hacen que las temperaturas no resulten desagradables. El verano es más caluroso pero, debido a la altitud, no es sofocante, y los baños en el río que riega el valle refrescan bastante. Dicho esto, aunque, indiscutiblemente, la primavera es el mejor momento para visitarlo, el encanto de este valle se mantiene todo el año.
Alojamiento en el Valle de las Rosas
Muchas de las kasbahs del valle han sido reformadas y se han convertido en bonitos alojamientos, decorados al estilo marroquí, donde pasar unos días tranquilos y relajantes disfrutando de la belleza del entorno.
A la salida del pueblo de Kelaat, están, por ejemplo, Kasbah Itran, con una vistas espectaculares sobre el valle y Kasbah Ait Moussa que dispone de piscina, hammam y vistas panorámicas a las montañas del Atlas.
A unos 7 kilómetros se encuentra Kasbah La Perle De M’Goun, a orillas del río M’Goun y rodeada por un bonito jardín. Desde el aparcamiento hay que caminar unos diez minutos hasta la kasbah. Por el equipaje no hay que preocuparse, un burro se encargará de ello.
En la aldea de Agoulzi, a unos 9 km, Kasbah Dar Timitar está situada en la cima de un acantilado con vistas a las montañas del Atlas a lo lejos, las colinas rocosas en primer plano y el oasis verde del valle de Roses abajo. ¡Ojo!, es de difícil localización y acceso.
Kasbah de las Rosas, a unos 17 kilómetros, se halla en pleno valle, en Hadida. Dispone de hammam, terraza, jardín y zona de barbacoa.
En la aldea de Bou Tharar se encuentra Kasbah Chems, que ofrece fácil acceso a las visitas obligadas de la ciudad .Y cómo no, también sus vistas son estupendas.
Y estos son sólo algunos ejemplos, hay muchos más.
Pues hasta aquí la entrada de hoy. No quiero terminar sin deciros que el Valle de las Rosas ofrece multitud de posibilidades para hacer senderismo y trekking, algunas de las cuales son recomendables hacerlas con guía.
Imágenes publicadas bajo licencia Creative Commons 2.0
Autor de la imagen superior: Benh LIEU SONG
Autora de la tercera y cuarta imagen: Carme Bosch
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