Curtidores de Fez
Actualizado el 14/12/2020
Cada vez que descubro un nuevo lugar concurrido me gusta ir hasta una posición elevada y observarlo a vista de pájaro. Es curioso como parece adquirir un nuevo significado: los individuos dejan de ser solo individuos para formar parte de algo más grande.
El lugar del que hoy hablaremos posiblemente sea la vista desde las alturas más icónica de todo Marruecos: la curtiduría Chouara. ¡Empecemos pues!
Breve introducción
Como suele pasar en Marruecos, la historia se mezcla con la cultura popular, siendo difícil concretar cuando comenzó el oficio del curtidor: si preguntas a los ciudadanos de Fez, te dirán que desde que existe la ciudad existen los curtidores, allá por el siglo IX. Si nos ceñimos a la documentación histórica, hasta que pasaron 3 siglos el curtido no formaría parte del desarrollo económico de ésta.
De una forma u otra, casi 1000 años han pasado como mínimo y sorprendentemente pocas cosas han cambiado desde entonces, si acaso dos. La primera, su localización: si en origen era uno más de los sectores artesanales que conformaban el núcleo de la medina, a posteriori se decidió trasladarlo a la periferia para evitar que sus olores formaran parte de la vida cotidiana.

La segunda es su estructura. Si en origen eran sencillamente artesanos individuales que cooperaban entre si, pero con el suficiente prestigio como para realizar exportaciones por todo el globo, las tres curtidurías que siguen activas, Sidi Moussa, Ain Azliten y la protagonista de este artículo Dar Dbagh al-Chouara (en español, la casa del curtido) funcionan actualmente como grandes cooperativas con su propia administración.
Y pese a que mantienen la tradición de subastar las pieles en un mercado de la medina, como si de una lonja se tratase, la infraestructura actual también les permite pactar acuerdos con grandes empresas. La próxima vez que compréis algún producto de piel de alguna marca internacional mirad su etiquetado, a lo mejor os sorprende.
Un modelo de negocio con un fuerte arraigo en la tradición, pero que ha sabido evolucionar para sobrevivir al paso del tiempo, dando trabajo actualmente a más de 300 familias. Cuestión que sorprende, pues como podréis comprobar en este artículo ni es una profesión agradable ni bien remunerada (un curtidor puede cobrar lo que cualquier trabajador sin cualificación en Marruecos, aproximadamente 2500 dírhams al mes).
Probablemente uno decida ser curtidor principalmente porque su padre lo es, lo que le permitirá comenzar un oficio en una empresa en la que habitualmente solo entra por recomendación y ganarse la vida con unos ingresos no muy altos, pero constantes.

Cómo llegar
Hay dos formas de llegar a la curtiduría Chouara, una más directa y otra que implica mayor tiempo de recorrido pero más recomendable si empleamos la misma jornada para conocer el resto de la medina, que suele ser lo habitual.
Para el primer caso tomaremos un taxi que nos deje justo enfrente y que no debería costarnos más de 25 dírhams, incluso aunque nos alojemos a las afueras. No tiene pérdida, pues se sitúa en el extremo de la medina, en una zona de fácil acceso para vehículos. Otras formas alternativas de indicar la dirección al taxista para que no haya género de duda son los aparcamientos frente al río o cercanos a la Plaza Lalla Yedounna.
Si optamos por la opción más larga pero también más gratificante, lo habitual es acceder a la medina desde su extremo Oeste, atravesando la famosa Puerta Azul, recorrerla utilizando la calle Tala’a Kbira como guía y terminar en el extremo Este, con la curtiduría Chouara como colofón. En nuestro artículo sobre qué ver en Fez tenéis información más detallada.
Por otro lado, si bien el olfato nos alertará de la cercanía, la vista no acompañará, pues toda la curtiduría está rodeada de edificios comerciales estrechos de 3 y 4 plantas donde se venden productos de cuero.

Afortunadamente los alrededores están poblados por comerciales que se acercarán para guiarnos y a los que no habrá que darles propina, pues será el responsable de uno de los bazares que rodean a la curtiduría el que les pagará por conducirnos hasta allí. Este último sí que tendrá un mayor interés en nuestra cartera, pues no sólo deberá rentabilizar la propina del comercial sino la tasa que paga mensualmente a la cooperativa por utilizarla como reclamo.
Una vez entremos nos proporcionarán una rama de hierbabuena, que no debemos tirar pues se convertirá en nuestra aliada. A continuación subiremos las dos, tres o cuatro plantas que correspondan, pasando por una serie de pasillos estrechos, hasta acceder a una tienda con balcones y vistas a la curtiduría.
Entonces se nos ofrecerá una panorámica que se quedará marcada en la retina de por vida y un bombardeo de sensaciones contradictorias: escalofríos por las condiciones de trabajo, fascinación por el espectáculo de luz y color y que supone y la vertiginosa percepción de haber viajado en el tiempo.

Proceso de curtido de la piel
Nuestros sentidos estarán dominados, además de por el fuerte olor, por la visión de un grupo de cubetas enormes, agrupadas como si de un panel de abejas se tratara, en las que veremos a trabajadores semidesnudos, trabajando con la piel frotándola y enjuagándola.
Distinguiremos las cubetas en dos grupos: las que su interior es blanquecino, y las que ofrecen toda una paleta de colores. Además, apreciaremos pieles arremolinadas alrededor de entradas en torno al perímetro, así como algunas tendidas en las terrazas que lo rodean.
La primera parte del proceso de curtido, que no forma parte de la vista que tendremos delante, tiene lugar a la hora de obtener las pieles. Éstas pertenecen a animales que, una vez sacrificados, despellejados y puestos en remojo, se limpian superficialmente. A continuación se le aplican grandes cantidades de sal gorda y se dejan en tejados, a fin de perder gran parte del exceso de agua que se le ha añadido previamente.
Posteriormente se avisa a un carromato para que las recoja y las lleve directamente a la curtiduría; si transitáis por la medina os resultará reconocible la imagen de un burro tirando un carromato con pieles apiladas.

A continuación se elimina la mayoría del sobrante y se le da firmeza a la piel. Para ello se sumerge en cubas llenas de líquido blanquecino compuesto por cal, excrementos de paloma, cenizas y orines de vaca. Como habréis deducido, ésta es la principal razón del fuerte olor que caracteriza a este lugar.
Posteriormente se repasan las pieles, retirando minuciosamente todo resto de carne o pelo que todavía pueda quedar adherido. Este parte del proceso, más minuciosa pero menos sacrificada, la suelen realizar los trabajadores más mayores en pequeños cuartos situados en el perímetro.
Pero antes se debe extraer el líquido blanquecino que todavía pudieran contener, y ésta es una de las pocas ocasiones en el que el trabajo deja de ser estrictamente manual, ayudándose los trabajadores de enormes barriles centrifugadores.

Una vez limpiadas por completo se les proporcionará color y propiedades adicionales. Para ello se sumergirá en otras cubas en las que se utilizan materiales como tintes naturales y pasta de higo y aceites para darle suavidad y curtirlas.
Por último se realiza el secado, que se produce en los tejados de alrededor de la curtiduría. Una vez finalizado todo el proceso (aproximadamente 48 horas) se retiran y se venden a grandes empresas o se subastan.
Comprar en los bazares que rodean a la curtiduría
Es habitual (y natural) que aprovechemos la visita para llevarnos un recuerdo. Para discutir sobre su conveniencia, me vais a permitir relataros lo que ocurrió la primera vez que acompañé a un grupo de viajeros a la curtidura:
En primer lugar, se habló previamente de la buena oportunidad que se presentaba, pues la mayoría coincidíamos en que en Marruecos los productos de cuero son de buena calidad y baratos.

Una vez allí, varios viajeros adquirieron productos (no sin antes olfatearlos y comprobar su elasticidad), la mayoría de bajo coste, como babuchas o bolsos. Un par de ellos invirtieron más dinero en una bolsa de viaje y una cartera de trabajo.
En el camino de vuelta, una vez pasado un tiempo fuera de la curtiduría y ahora que nuestros olfatos habían recuperado su sensibilidad, nos dimos cuenta de que los productos sí olían, aunque no fuéramos capaces de detectarlo in situ.
Entonces todos los viajeros aportaron soluciones, desde simplemente dejarlos airear hasta aplicar bicarbonato, pasando por métodos más creativos como meterlos en bolsa herméticas con granos de café.
Después de finalizar el viaje seguimos en contacto, y me reconocieron que ninguna de las propuestas logró los resultados esperados y que no tuvieron más remedio que tirarlos a la basura.

Después de aquella experiencia, en mis innumerables veces que he acompañado a un grupo de viajeros he desaconsejado adquirir productos sin éxito, pues todas las veces ocurre exactamente lo mismo. No hay vez que visita la curtiduría con otros viajeros que no me invada una enorme sensación de déjà vu.
Por favor, no adquiráis productos de cuero en los bazares que rodean a la curtiduría, sobre todo si son de un coste elevado o de un cierto tamaño (cuanto más grandes más huelen), pues no tendréis ninguna garantía.
Entiendo que por la localización se puede intuir cierta calidad, pero nada más lejos de la realidad. Los bazares no tienen ninguna vinculación con la curtiduría, y el olor que domina en el ambiente se utiliza para enmascarar el olor de productos de piel adquirida a un menor coste y de peor calidad.
Además, no hay remedio casero que valga, pues cuando una piel huele mal suele ser porque se ha entregado a la curtiduría una vez ha comenzado su proceso de descomposición.
Si queréis adquirir un buen producto de piel en Marruecos, adquirirlo en cualquier tienda de la medina. Evitaréis que os den gato por liebre.

Concluyendo
Probablemente la mayoría os estaréis haciendo la misma pregunta: ¿merece la pena visitar la curtiduría?
Desde luego no deja indiferente a nadie. Pensad que si ya implica una cierto esfuerzo observarlo a tres plantas de distancia, cómo debe ser trabajar incluso en verano y en las horas de mayor calor, cuando el líquido de las cubas fermenta con mayor intensidad, desprendiendo todavía más olor.
Además y pese a que habitualmente el trabajo se realiza mediante palos y a mano, sentándose o apoyándose el curtidor en el borde superior de la tinaja, hay veces que las pieles se precipitan al fondo, por lo que para trabajarlas es necesario, literalmente, introducirse dentro de ésta.
A pesar de estar convencida de que os provocará sensaciones incómodas, creo todo amante de la cultura marroquí debería vivir la experiencia al menos una vez. No sólo porque creo firmemente que un viaje es también un momento en el que uno debe hacer cosas que le sacudan por dentro, sino porque, en cierta forma, esa vista que parece sacada de otra época y su estética nada cuidada es precisamente lo que define a la medina de Fez. Así que no visitarla sería renunciar a conocer una parte fundamental de la ciudad.
Espero que con este artículo os haya despejado todas las dudas que tuvierais sobre este lugar. ¡Un abrazo a tod@s y hasta la próxima!
Localización: 34°06′N -4°97′O (ver mapa)
Extensión: 1000 m² aprox si sólo tenemos en cuenta el espacio abierto. Sumando tanto los espacios aledaños de almacén y secado de las pieles como las zonas administrativas, la superficie sería el doble.
Fecha de construcción: Si bien se sabe con certeza que las curtidurías en Fez existen desde el siglo XII, según la tradición oral comenzaron con la fundación de la ciudad, es decir, en el siglo IX.
Horario: De 08.00 a 19.00 (todos los días). Se recomienda ir en las horas más frías para evitar el mal olor.
Coste de la entrada: Gratuito, siempre que se vea en altura, accediendo desde los distintos bazares que la rodean. Si se visita a pie de calle se debe abonar al responsable de la curtiduría una propina no mayor a 50 dírhams. En este último caso se aconseja llevar zapato con suela de goma, pues el suelo es muy resbaladizo.
Si quieres saber más sobre la ciudad, visita nuestra guía de turismo en Fez.
HOLA! NO ENTIENDO BIEN COMO LLEGAR A LA CURTIDURIA Y SOBRETODO QUE HAY QUE HACER O DONDE HAY QUE ACERCARSE PARA QUE TE LLEVEN A ESAS TERRAZAS PARA VERLO? POR NUESTRA CUENTA NO ESTA PERMITIDO? Y CUANTO HAY Q PAGARLES?
Hola! Todas las terrazas que rodean la plaza, pertenecen a tiendas que trabajan el cuero. Tendrás que dirigirte a alguna de ellas, donde te explicarán bien el proceso pero luego a cambio te harán un tour por las cuatro plantas de la tienda. Un saludo!
Hola mariluz me llamo paola y ire a conocer fez y quisiera ver si conocias a alguien que haga guias turisticas no caras debido que no tengo mucho presupuesto y relamente quisiera conocer muy bien eso de los cortidores muchas gracias de antemano un saludo
Hola Paola, soy Mª Luz. Claro que tenemos guías de confianza en Fez, además no llevan a tiendas, se limitan a realizar visitas culturales por la ciudad y ver todo lo que esconde su medina. Si deseas que te envíe las tarifas, envíanos un correo a info@sientemarruecos.viajes con la fecha en la que quieres realizar la visita y las personas que son. Un saludo!
Hola Mariluz nos encanto tu comentario, en abril quisieramos ir con mi esposa desde Cadiz a conocer Marruecos Fez pero no sabemos si solo ir a Tanger o llegar a FEZ, vimos que el tren llega a las 10hs y necesitariamos dos noches minimo o solo con una alcanzaria para la plaza de los curtidores y la MedinA ??? gracias por orientarnos¡
Hola Carlos, si solo tienes tres días te recomiendo quedarte únicamente en Tánger y moverte por los alrededores. Desde Tánger hasta Fez hay buena comunicación en tren, pero para conocer la medina necesitarías un mínimo de 3 días, puesto que se llegaría de esa forma sobre las 15.00hrs a Fez (con el retraso, seguramente llegará más tarde), y para ver la medina lo ideal es llegar por la mañana, ya que por la tarde tiene algo menos de vida (además que se trata de un lugar que bien merece la pena emplear en el la mañana y parte de la tarde). Espero haberte ayudado. un saludo!!
La Medina de Fez en general y la Plaza de los Curtidores en particular es posiblemente el lugar más impactante que haya visto en mi vida.Fue hace muchos años así que espero poder volver algún día.Muy buen artículo ¡Enhorabuena!
Lo cierto es que a mí tambíen me impactó sobremanera: no sabía si sorprenderme positivamente por el espectáculo o negativamente por las condiciones laborales que suponían. Tan de una forma u otra, es imposible que te deje indeferente.
¡Me alegro que te haya gustado!