Patrimonio de la Humanidad en Marruecos: tradiciones y lugares protegidos por la UNESCO
Marruecos es un país rico en tradiciones, cultura y monumentos. Viajar a este país es entrar en contacto con un rico patrimonio, tanto material como intangible, que merece la pena ser conservado para que generaciones venideras puedan disfrutar de él.
La UNESCO ha incluido a nueve lugares marroquíes en su lista de Patrimonio de la Humanidad y a cinco bienes intangibles propios del país como Patrimonio Cultural. Cualquier viaje a Marruecos debería incluir la visita a alguno de estos escenarios y el acercamiento a alguna de estas costumbres y tradiciones típicamente marroquíes.
Lugares Patrimonio de la Humanidad

La Medina de Fez (incluida en 1981): Fez esconde múltiples tesoros, pero sin duda uno de los más importantes es su medina. Considerada la más grande del mundo, posee más de 3.000 callejones, donde conviene pasear con tiempo. Organizada por gremios, dentro podremos encontrar curtidurías, madrazas y un impresionante zoco donde tiene cabida cualquier producto que una persona se atreva a imaginar.

Medina de Marrakech (1985): Marrakech es uno de los destinos más visitados de Marruecos. A la mezquita Koutoubia y la plaza de Jemaa el Fna se le une la medina de Marrakech, el auténtico corazón de la ciudad, con sus zocos siempre llenos de vida. Pasear por ella es entrar en un universo de olores y colores, e inmediatamente se convierte en una experiencia inolvidable.

Ksar de Ait Ben Hadu (1987): este ksar, situado a unos 30 kilómetros de Ouarzazate, probablemente es el más representativo y conocido de Marruecos. La ciudad fortificada destaca por el color ocre, al estar construido con arcilla. Cuando le da el sol, es todo un espectáculo. ¡Imperdonable olvidarse la cámara fotográfica!

Ciudad histórica de Meknes (1996): situada en las laderas del Atlas Medio, Meknes fue construida por los almorávides en el siglo XI. Comparada con otras las otras ciudades imperiales, Fez, Rabat y Marrakech, es la que menos turistas recibe, pero sin duda merece la pena. La madraza Bou Inania, el museo Dar Jamaï, la plaza el-Hedim o el mausoleo de Mulay Ismail son algunos de los lugares más destacados.

Medina de Tetuán (1997): la medina de la ciudad se ha mantenido casi intacta con el paso de los años. No es de las mayores de Marruecos, pero en cualquier viaje a Tetuán resulta obligado recorrer sus calles laberínticas y sus plazoletas empedradas para descubrir todos los rincones que esconde. Es, además, un inmejorable lugar para comer o para tomar un té con la gente del lugar.

Sitio arqueológico de Volubilis (1997): Volubilis tuvo una función militar en el imperio romano y hoy muestra al mundo ruinas muy bien conservadas de sus casi diez siglos de ocupación. Es perfecta para visitar en una excursión, especialmente quien se encuentre en Meknes, o incluso en Fez, ya que ambos destinos no están demasiado alejados. Si se puede elegir una época del año para acudir a Volubilis, mejor evitar el verano, ya que es una zona donde hace mucho calor y no posee demasiadas sombras

Medina de Essaouira (2004): la medina de la ciudad es una de las más tranquilas de Marruecos. Asomada al océano, que ya se intuye desde la plaza Moulay Hassan, lo mejor es recorrerla pausadamente, disfrutando de casa rincón. El mejor plan que puedes hacer desde el momento en que atraviesas una de las múltiples puertas que permiten el acceso. Muchos de sus rincones nos recordarán a Andalucía. Encontrar parecidos es solo una de las muchas razones para visitarla si hacemos una excursión a Essaouira.

Ciudadela portuguesa de Mazagán, El Jadida (2004): la ciudadela de Mazagán forma parte de la ciudad de El Jadida, a menos de cien kilómetros de Casablanca. Esta fortaleza fue levantada por los portugueses en el siglo XVI para defender la ciudad de los piratas y es especialmente interesante por sus tesoros arquitectónicos, entre ellos la iglesia de la Asunción y su siempre enigmática cisterna, inquebrantable al paso de los siglos. Una impresionante mezcla de las culturas marroquí y europea, capaz de reflejar lo mejor de cada una de ellas.

Rabat, ciudad histórica (2012): Rabat, fundada en el siglo XII, es la capital política y administrativa de Marruecos. Hasta aquí se dirigieron gran parte de los musulmanes que fueron expulsados de España, haciendo de esta ciudad su hogar. Actualmente, es un lugar donde tradición y modernidad se dan la mano, y quizá sea éste el motivo que la hace tan especial.
Tradiciones Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

El Musem de Tan-Tan (declarado en 2008): más de treinta tribus nómadas del Sáhara se reúnen cada año al Sur de Marruecos. Lo que antiguamente era un encuentro entre agricultores, hoy constituye toda una expresión cultural, donde no falta la música, la danza y otras tradiciones locales. El moussem de Tan-Tan es la mejor manera para entender cómo se vive en el desierto, y cómo el hombre puede adaptarse a vivir en un territorio tan hostil manteniendo su identidad.

El espacio cultural de la plaza de Yemaa el Fna (2008): a la caída del sol, la plaza de Yemaa el Fna se transforma. Aguadores, vendedores de zumo, músicos, cuentacuentos, encantadores de serpientes y hasta dentistas improvisados se dan cita en esta plaza, creando una atmósfera casi irreal. En ningún viaje a Marrakech debe faltar un paseo por esta plaza. Un buen plan es cenar en uno de sus múltiples puestos.

Fiesta de las cerezas de Sefrú (2012): próximo a Fez se encuentra Sefrú, donde en el mes de junio los vecinos celebran un festival que tiene como protagonista la cereza. Toda la población se desvive para que la fiesta salga bien. En el acto más importante de la fiesta la Reina reparte cerezas locales entre el público en un ambiente festivo, donde la gente no deja de bailar al son de la música.

Conocimientos, técnicas y prácticas vinculadas al aceite de argán (2014): el aceite de argán se consigue del fruto del árbol de argán. Su extracción, si se hace al estilo tradicional, es tan laborioso como minucioso, ya que una mala manipulación puede llegar a afectar a su calidad. En Marruecos se puede encontrar árboles de argán al Sur del país. El producto es utilizado principalmente en cosmética, aunque también se emplea en alimentación.

Música negra “Gnawa” (2019): el pasado mes de diciembre se declaraba a la música negra de Marruecos Patrimonio de la Humanidad, siendo el último bien intangible en ser incorporado a la lista de la UNESCO. Procedente de los antiguos esclavos esta música, frecuentemente acompañada de instrumentos de cuerda, resulta hipnótica por sus marcados ritmos y las letras que invocan a los espíritus de los antepasados en una especie de ritual mágico.
El patrimonio cultural de Marruecos es amplísimo. En cada región marroquí encontraremos lugares que merece la pena visitar y tradiciones dignas de conocer. Solo hay que tener los ojos bien abiertos para darnos cuenta de la riqueza de un país que se siente orgulloso de mostrar tanto lo que se ve con los ojos como lo que solo puede llegar a sentirse con el corazón.