Arquitectura marroquí contemporánea: una mirada al pasado como impulso hacia el futuro
La última década ha traído consigo nuevos espacios que están dibujando el nuevo panorama arquitectónico del país, con obras que tienen como base la tradición marroquí y que no renuncian a los materiales de construcción típicos de la zona, pero que se abren al futuro a base de líneas sencillas y patrones geométricos.
Edificios para ser admirados visualmente y ser disfrutados arquitectónicamente. Capaces de acoger en cada uno de sus ángulos la historia bereber y las influencias europeas, son un ejemplo de tradición local bajo tintes estéticos. La arquitectura tradicional en su máxima expresión de modernidad, tal y como demuestran diversos edificios construidos por destacados estudios, que ya han comenzado a dibujar el nuevo perfil arquitectónico de Marruecos.

Museo Yves Saint-Lauren, de Marrakech
Este museo de más de 4.000 m2, dedicado al gran diseñador de moda francés Yves Saint-Laurent, refleja el amor que sentía por la ciudad de Marrakech, a través de una puesta en escena diseñada por Christophe Martin.
Aquí se pueden observar, en sus más de 400 m2 de exposición permanente, más de 5.000 prendas de vestir y más de 15.000 accesorios, además de bocetos del diseñador y diversos objetos relacionados con el mundo de la moda. Las instalaciones se completan con espacios para exposiciones temporales, un auditorio para presentaciones, una librería, una biblioteca y una cafetería. En todos los espacios se pueden encontrar referencias al diseñador y guiños a la arquitectura bereber. Su tono rojizo es un recuerdo permanente al amor que el diseñador sentía por la ciudad de Marrakech.

Kenitra Train Station, en Kenitra
Las estaciones de tren son un lugar de paso, pero también un espacio en donde las personas pasan una gran cantidad de tiempo. Teniendo en cuenta que la nueva terminal tenía que ser un espacio público esencial para la vida cotidiana de la ciudad, se diseñó la estación de tren de Kenitra, que pretendía demostrar que la arquitectura tradicional marroquí podía inspirar un diseño moderno en un contexto urbano. La apertura de Marruecos hacia el progreso socieconómico y tecnológico.
Su fachada es una reinterpretación de un moucharabieh urbano: una celosía con 200 metros de largo y 12 de alto, compuesta por 800 bloques y ocho arcos geométricos, inspirada en el patrón triangular de la arquitectura islámica. Una apuesta que permite recrear un interior con un equilibrio perfecto entre luces y sombras, con un patrón que varía a lo largo del día, y que supone un mágico parapeto para proteger a los usuarios de los contrastes climáticos que tiene la ciudad. Por aquí pasan cada día cientos de personas, ya que el edificio en sí sirve, además de como estación, como puente entre los barrios del sur y el distrito histórico, situado al norte.

Volubilis Visitor Center, en Volubilis
Volubilis, Patrimonio Mundial de la UNESCO, es el espacio arqueológico más visitado de Marruecos. Una antigua ciudad colonial romana perfectamente conservada que sorprende a todo el que la visita. Por tanto, cualquier edificio construido en esta área debía cumplir un único condicionante: estar tan integrado en el paisaje que los visitantes ni siquiera apreciaran su presencia.
Una ladera sirvió para colocar este museo y que no molestara a la vista de quien llega a Volubilis, que pretende observar la ciudad tal y como la veían los romanos, sin ningún otro elemento que entorpezca esta primera visión del recinto. Elaborado en madera, el centro de visitantes se funde con el paisaje, cumpliendo así las expectativas del visitante.

Muro del Conocimiento, en El Jadida
A escasos 100 kilómetros de la ciudad de Casablanca se levanta el Muro del Conocimiento, un proyecto de construcción de una escuela secundaria local. El espacio se divide en tres áreas: la dedicada a la enseñanza en el centro, las instalaciones deportivas al norte y en el sur un espacio que probablemente se emplee para expandir las instalaciones de la escuela en un futuro. Las instalaciones se unen por pasillos cubiertos inspirados en los callejones de la medina.
Todo está pensado para caminar lo menos posible y propiciar el encuentro, con una plaza pública a modo de las madrasas o escuelas tradicionales de Marruecos, en la que los alumnos y el personal del centro pueden convivir. El carácter hermético del edificio, con su fachada monumental, es un guiño al pasado portugués de El Jadida. Una protección de la intimidad que también viene marcada por su moucharabieh, que acoge en un alfabeto universal como símbolo de tolerancia.

Escuela de Primaria bio-climática de Ouled Merzoug
La Escuela de Primaria bioclimática de Ouled Merzoug encuentra su inspiración en los materiales y las técnicas de construcción locales, con piedra natural, paredes de adobe con paja y arena, y un techo en el que la madera adquiere un especial protagonismo. El resultado es un edificio que transpira y deja pasar la luz necesaria. Una construcción que sigue el estilo tradicional pero al que se le añade el conocimiento en materia constructiva necesario para hacer un edificio bio-climático y resistente a posibles terremotos.
Como ocurre en las construcciones de la zona, el edificio se protege del sol con árboles, patios y paredes huecas de aislamiento, lo que se traduce en un interior a la temperatura ambiente más adecuada.

Aeropuerto de Guelmin
El aeropuerto de Guelmin tenía como premisa ser simple y eficiente, y el proyecto lo consigue con creces. Consta de dos salas de doble altura, con un mosaico de paneles perforados que juegan con la luz, inspirados en la decoración tradicional del lugar.
Un patio proporciona luz natural y ventilación al edificio, haciéndolo más habitable y eficiente, lo que resulta especialmente interesante como ahorro de energía y a nivel de confortabilidad para el usuario.

Universidad Politécnica Mohammed VI, en Benguerir
Berenguir es un punto estratégico situado a menos de setenta kilómetros de ciudades como Marrakech, Meknès y Fez. Se trata de un espacio cuya estructura y decoración recuerda a la cultura marroquí, pero con una mirada abierta al futuro.
Como en la mayoría de las ciudades que evoca, el recinto cuenta con una plaza central, con colores inspirados en las tonalidades del desierto. Allí se pueden observar árboles importantes para la cultura marroquí, como el olivo y la palmera. Y todo ello rematado por un ingenio arquitectónico digno de admirar, y un criterio ambiental que permite poner la tecnología al servicio del bienestar.

Facultad multidisciplinar de Taroudant
La universidad de Taroudant está inspirada en los paisajes del sur de Marruecos. El recinto se organiza en torno a un riad interior, protegido por un jardín de árboles de argán. De ahí surge un entramado perfecto de pasarelas y pasillos, pensados para optimizar el tiempo de desplazamiento, creando un espacio dinámico.
Los diferentes edificios, unidos por jardines abiertos y semiabiertos, destacan por su tonalidad ocre, tan común en estas tierras, cuya geometría solo es rota por las plantas, que crecen alejadas del patrón geométrico para humanizar el ambiente. El objetivo se cumple: relajar los sentidos, abrir la mente y sentirte parte de la tierra que te vio nacer.
La arquitectura contemporánea marroquí une tradición y costumbres con un futuro deslumbrante, donde la geometría y los guiños locales adquieren un protagonismo inusitado. Edificios arquitectónicamente impecables, que constituyen un puente entre el pasado y la modernidad.