Escenas míticas de Juego de Tronos rodadas en lugares mágicos de Marruecos
Las películas y series con mayor presupuesto pueden escoger cualquier rincón del mundo para situar en ellos su acción. Marruecos fue elegido en su día para grabar algunas de las secuencias más aplaudidas de la famosa serie Juego de Tronos. Tanto fue su éxito, que muchas personas acuden a Marruecos, incluso años más tarde de haber visto la serie.

El ksar de Aït Ben Haddou
Aït Ben Haddou, situado a unos 200 kilómetros de Marrakech y cerca del Sahara, es una magnífica ciudad fortificada situada en medio de un paisaje desértico, solo pintado de verde por el oasis del río Ounila.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, si contemplas esta ciudad medieval y eres fan de Juego de Tronos enseguida te resultará conocida, porque durante el rodaje de la serie se transformó en Pentos, una de las ciudades libres, y Yunkai, la ciudad amarilla, donde Daenerys Targaryen une sus fuerzas con los mercenarios para ampliar su ejército. Y es que este ksar, en la Ruta de las Kasbahs, parece haberse detenido en el tiempo desde su construcción, que algunos lugareños sitúan en el siglo 8 a.C.

Pasear por las construcciones de adobe, que actuaron a modo de fortaleza para bereberes y como lugar de paso en las rutas de especias y esclavos provenientes de Sudán en dirección a Fez y Meknes, es como retroceder a su pasado bereber. Y supone también comprender de inmediato por qué se eligió este escenario para situar en él a Daenerys de la Tormenta, la bella Khaleesi. Allí, la Madre de Dragones, en un papel protagonizado por la actriz Emilia Clarke, era vendida como esposa a Khal Drogo.
Actualmente, la función defensiva del ksar de Aït Ben Haddou ha sido sustituida por la actividad turística. Aunque todavía hay familias bereberes viviendo en las casas que en su día fueron estratégicamente distribuidas para defenderse del enemigo, el lugar está pensado para hacer un alto en el camino y recordar qué rincones aparecían en la serie, aunque algunas de las escenas también fueron grabadas en los cercanos Atlas Corporation Studios de Ouarzazate.

Essaouira como Astapor
Daenerys protagonizó alguna de las escenas más emblemáticas de la serie Juego de Tronos. Una de ellas tuvo lugar en la tercera temporada, con la toma de Astapor por la Khaleesi. La Madre de Dragones no solo conquista la ciudad, sino que además libera a todos los esclavos y pasa a liderar uno de los ejércitos más grandes del mundo. Un ejército de élite, pero ya formado por hombres libres.
Todo ello fue rodado en Essaouira, la ciudad portuaria que se asoma a la costa atlántica marroquí. Situada a un centenar de kilómetros al oeste de Marrakech, Essaouira es una ciudad tranquila, heredera de todo un legado histórico que fue encrucijada de fenicios, portugueses y franceses, y una profunda actividad comercial que se dilató durante siglos. Desde 2001, también puede presumir de un centro histórico considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Las murallas frente al puerto de Essaouira, que saben combinar a la perfección el blanco de las gaviotas con el azul del cielo y el mar, se convertían en la entrada a la ciudad de Astapor. Allí Daenerys mata a sus gobernantes, apodados Bondadosos Amos, a golpe de dragón, para liberar a su ejército.
Además, este pueblo pesquero, al que hoy también se acercan turistas para realizar surf por sus olas rompiendo con fuerza frente a la costa, aparece también en algunas escenas de Desembarco del Rey.

Escenarios de cine
No es la primera vez que diferentes escenarios marroquíes se convierten en improvisados platós para películas. Su exotismo y belleza han atraído al mundo del cine desde hace décadas.
Aït Ben Haddou es, precisamente, uno de los lugares que más han aparecido en la gran pantalla. De ser una ciudad egipcia en La Momia pasó a ser una montaña asiática en Alejandro Magno, y después un escenario africano en Gladiator. También fue escenario de otras películas míticas, como Lawrence de Arabia, La última tentación de Cristo, Sahara, James Bond 007: Alta tensión o, ya más recientemente, Babel.
Marruecos es un país de contrastes. Su belleza no pasa desapercibida y mucho menos para los localizadores de las grandes producciones de Hollywood y las series de televisión más aclamadas, como Juego de Tronos. Algunos lugares marroquíes, como Aït Ben Haddou o la bella Essaouira han sido inmortalizados para siempre y se han convertido en el destino turístico de todos aquellos que sueñan con visitarlos para sentirse, por unos momentos, como los protagonistas de su película o serie de televisión favorita.