Royal Mansour Marrakech: la oportunidad de comer como un rey
El hotel Royal Mansour Marrakech, propiedad de Mohammed VI, es un oasis palaciego en medio de la vibrante ciudad de Marrakech. Una medina dentro de la medina y el lugar donde zambullirse en el lujo más refinado, no solo por sus 53 riads privados, sino también por sus restaurantes dirigidos por chefs de estrellas Michelin, donde se puede comer como un rey.
Su proyecto gastronómico se ha ido consolidando a lo largo de los años con exquisitas propuestas de cocina árabe e internacional, donde no falta un guiño a la mejor gastronomía italiana y mediterránea, convirtiendo al Royal Mansour en una imprescindible cita para quien quiera disfrutar de una experiencia sensorial única, esté o no alojado en el hotel.
Entre los restaurantes, ubicados a ambos lados del precioso Patio Bleu y de los jardines del establecimiento, se encuentra Sesamo, inaugurado en 2019. El restaurante, creado por Massimiliano Alajmo, propietario del Caffè Stern de París y de once restaurantes más en Italia, y el chef más joven del planeta en haber sido galardonado con tres estrellas Michelin, ofrece la tradicional cocina italiana en combinación con los condimentos locales.
El resultado son menús elaborados, pero con una apariencia tradicional, en un marco de reminiscencias venecianas que recrean un ambiente mágico. Para lograrlo se ha contado con Fabrice Bourg y Nicolas Papamiltiadès, los fundadores de la agencia 3BIS. El resultado pasa por espléndidas y majestuosas estancias, con una combinación de mármol y ónix en techos y suelos, y en donde la modernidad y la tradición se turnan para ofrecer un resultado íntimo y acogedor.

Un restaurante con acento italiano
Cuando a Massimiliano le propusieron poner en marcha un restaurante italiano en el hotel más lujoso de Marrakech fue a visitarlo junto con su hermano Raffaele. Nada más atravesar sus muros se enamoraron del trabajo artesanal que luce la propiedad y el servicio que ofrece, que al igual que ocurre en sus fogones, pone el mimo en el detalle. Conscientes de que era importante poner el acento en el producto, decidieron plantar en el huerto distintas variedades de frutas y verduras procedentes de Italia. Es así como los platos se aderezan con brócoli romanesco, cardos de Nizza Monferrato, tomates romanos, col rizada toscana o alcachofas púrpura venecianas.
Entre las propuestas de Sesamo se encuentra la pizzeta ahumada con atún crudo, salsa de algas y calamar al sésamo; la pizza Margarita al vapor; el rodaballo braseado con alcachofas y bergamota; la pasta mardi; los involtini de langostinos fritos con salsa de lechuga; el capuccino majorelle con puré de patata, tinta de calamar y espirulina azul; los ravioli de burrata con salsa guazzetto de pescado y tomate fileteado, o la anguila con perejil italiano y remolacha en sorbete. Auténticas exquisiteces para el paladar.

Los amantes de la carne no pueden perderse el carpaccio de res ahumada con setas y salsa de ventresca de atún, o la ternera piamontesa picada a mano con trufa blanca y risotto crujiente con azafrán. Y de postre, la deliciosa esfera de turrón con sésamo, sorbete de almendra, mandarina y azafrán, un postre con fusión de sabores que ya se ha convertido en un emblema de la casa.
Y si Sesamo es el restaurante de moda en Marrakech, no lo son menos los otros dos restaurantes comandados por el chef de tres estrellas Yannick Allèno, de Allèno Paris. En Le Jardin, situado junto a la bucólica piscina, se ofrece una cocina de influencia asiática que tiene su inspiración en las aventuras de Ibn Battuta, el eterno viajero. Es la mejor opción para comer sushi y delicias a la parrilla. A la sombra de delicadas pérgolas se pueden degustar también carnes a la brasa, ricas ensaladas, ceviches asiáticos y exquisiteces japonesas.

Y quien quiera vivir una experiencia diferente puede disfrutar de The Nest, que ofrece una cena entre las copas de los árboles, en un espacio privado para un máximo de ocho personas, con un ambiente diseñado por el interiorista español Luis Vallejo, que se convierte en una experiencia inolvidable.
Propuestas de inspiración marroquí
Otra posibilidad es acudir a La Grande Table Marocaine, donde se ofrece la posibilidad cocina marroquí tradicional combinada con maestría con la modernidad de las técnicas actuales.

El resultado es un menú que refleja la riqueza gastronómica de las diferentes regiones marroquíes, y cuyos platos van cambiando periódicamente para ofrecer al público la oportunidad de conocer las más importantes recetas tradicionales del país, pero reinventadas. Muchos comensales vienen únicamente para degustar la pastela de frutos de mar, una auténtica delicia de la carta.

En los bares de Royal Mansour, una atmósfera íntima invita a relajarse con un té gourmet de inspiración marroquí o inglesa en la mano, al calor de la madera de cedro que arde en la chimenea en los meses más fríos.
Por un precio medio de entre 70 y 150 euros uno puede degustar la excelencia en cada uno de los restaurantes y salir con la sensación de haber vivido una experiencia gastronómica única. El extraordinario y refinado ambiente del Royan Mansour y su personal, siempre sonriente y dispuesto a agradar al cliente, hacen el resto.