Rodeiras Xuntas por Marrocos: bicis para encarar el futuro a golpe de pedalada
Las bicicletas forman parte del paisaje de pueblos y ciudades españolas. Hay quien las utiliza para desplazarse de una forma sostenible. Los niños las reciben como regalo para pasear los domingos. Y hay quien las utiliza para hacer algo de deporte o mantenerse en forma. Pero en muchas ocasiones, nuestras bicicletas se encuentran olvidadas en trasteros, bien porque ya se le quedó pequeña al niño o porque quien la compró pensando que la utilizaría a diario no encuentra tiempo, ganas o motivación.
Estas bicicletas que tenemos guardadas sin uso son las que “Rodeiras Xuntas por Marrocos” lleva a las montañas del Atlas y el sur de Marruecos, porque allí la bicicleta es un artículo de lujo. Cuando esta organización la entrega a una persona adulta le está regalando en muchos casos una oportunidad laboral, ya que para ellos es una herramienta de trabajo. Y cuando se le da a un niño, en muchas ocasiones le está dando la posibilidad de desplazarse a la escuela. O simplemente, la esperanza de vivir una infancia aún más feliz, si también entregas otra bicicleta a sus amigos.

De Arteixo a Marruecos
La idea parte de la iniciativa de Óscar Palleiro, un vecino de Arteixo, en A Coruña. Palleiro no solamente es miembro de Protección Civil de Cambre, sino que ha estado ligado a varios proyectos solidarios, entre ellos el trabajo con refugiados de Lesbos. Un hombre siempre dispuesto a echar una mano, como demostró recientemente acudiendo a La Palma para ayudar a los vecinos afectados por el volcán.
Rodeiras Xuntas por Marroco, sin embargo, es una iniciativa muy personal que surge en el año 2017 como consecuencia de la multiculturalidad que se vive en Arteixo. Entre los 32.000 vecinos que tiene este municipio hay 54 nacionalidades diferentes y casi 2.000 extranjeros, de los que un 20% son marroquís.
“Nos movemos a favor de la convivencia, la integración, el respeto y la tolerancia sociocultural. Sentimos la necesidad de mostrar el día a día de la sociedad magrebí para dar a conocer toda su riqueza cultural y buscamos mostrar que es más lo que nos acerca que lo que nos aleja. En Arteixo hay una población magrebí importante y es importante crear un vínculo para confraternizar”, señala Óscar.
Con esta idea en la cabeza surge este proyecto, que acerca las bicicletas donadas en España al país vecino y que une, con este sencillo gesto, dos culturas y dos realidades distintas, poniendo en evidencia que lo que se hace en este lado del mundo puede tener un impacto directo en el otro.

Cómo se realizan las donaciones
Las donaciones de bicicletas se realizan, habitualmente, a través de los puntos de recogida que propone la organización, pero incluso es posible que los voluntarios se acerquen a recogerlas a las casas de las personas que las quieren donar si no pueden llevarlas. Una vez en poder de la asociación se hace una valoración para ver el estado en el que se encuentra y, si es necesario, se lleva a arreglar o a que la pongan a punto, ya que entregarla en perfectas condiciones resulta fundamental e innegociable.
Después, solo queda llevarlas a Marruecos y entregarlas a las personas que lo necesitan, tal y como se hizo hasta que llegó la pandemia y hubo que hacer un paréntesis con el cierre de fronteras. Una vez allí, la organización prefiere hacer las entregas personalmente. Los colaboradores locales señalan las personas que las pueden necesitar y en otras ocasiones, cuando la furgoneta va cargada con las donaciones, se entregan bicicletas a quienes se localizan en el camino haciendo autostop para ir a otros pueblos a realizar trabajos esporádicos o a comprar víveres. Y también a los niños que los voluntarios ven andando por la carretera para ir a una escuela cercana.
Lo más gratificante es ver la cara de alegría cuando las personas entienden que la bicicleta que bajan del furgón es un regalo para ellos. “Es una forma de generar de amor entre un continente y otro, y gracias a la colaboración y concienciación de las personas que donan las bicicletas este mundo es un poco mejor”, señala Óscar.

Participación en el proyecto
Existen varias maneras de participar en el proyecto. La primera y más directa, es la donación de esa bicicleta que tenemos olvidada y que puede suponer un inmenso regalo para una persona bereber que vive en las estribaciones del Atlas.
Otra opción es contribuir con ayuda financiera a la puesta en punto de las bicicletas, que tiene un coste medio de 28 euros. Para ello la organización tiene a la venta botellas de agua solidarias. Otra opción es aportar tu tiempo y pasar a recoger las bicicletas donadas, ayudar a repararlas o incluso trasladarlas a Marruecos.
De este modo, Arteixo se hermana con Marruecos a través de la donación de bicicletas con la organización Rodeiras Xuntas por Marrocos. Es una manera de ayudar a los marroquíes que las necesitan y, de paso, una forma de tender puentes, especialmente en una población como Arteixo, donde conviven personas de diferentes países en una mezcla cultural que enriquece al municipio. Y, mientras, en Marruecos, las personas que han recibido el regalo de una bicicleta encaran su futuro a golpe de pedalada.