Dar Moha, la nueva cocina marroquí de la mano del chef Moha Fedal
La cocina marroquí tiene el sabor y la solera que le aportan siglos de tradición. Sin embargo, desde hace unos años se ha abierto al mundo, prometiendo a todo aquel que quiera asomarse a sus fogones una experiencia gastronómica única. Moha Fedal es el chef impulsor de la nueva cocina marroquí, que tiene su epicentro en el exquisito restaurante Dar Moha, situado en plena medina de Marrakech.
Tras su formación en la prestigiosa École Hôtelière de Ginebra, y pasar más de una década trabajando en destacados hoteles y restaurantes suizos y estadounidenses, Moha Fedal regresó a Marrakech, su ciudad natal, decidido a elevar la cocina marroquí a la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Un objetivo que le impulsa a trabajar sin desánimo en el restaurante Dar Moha día tras día.

Un restaurante de ensueño
Rodeado de comercios milenarios y acompañado de un suave olor a té, el precioso riad donde se asienta el restaurante fue residencia de Had Idder, señor del Atlas y secretario del pachá Glaoui, administrador del sultán de Marruecos. Siglos después fue comprado por el diseñador de moda francés Pierre Balmain, que disfrutaba de él durante largas temporadas. Tras fallecer Balmain, sus herederos lo pusieron en venta y en 1998 el Chef Moha se enamoró de él.
Fedal transformó el patio central en un precioso jardín con una elegante piscina y colocó alrededor mesas, fuentes y estatuas, para que los comensales pudieran disfrutar de una experiencia gastronómica única en un ambiente íntimo.
El público que cada día visita el restaurante Dar Moha, muchos de ellos aprovechando un fin de semana romántico en Marrakech, comparte espacio con reyes, políticos, cantantes, actores y directores de cine. Todos quieren probar la nueva cocina marroquí que, de la mano de Moha Fedal, ha logrado combinar tradición y modernidad. Innovación en estado puro que fusiona la mejor cocina marroquí con los sabores y texturas de otras partes del mundo.

Una cocina para ser disfrutada
Hasta la llegada de Moha Fedal nadie se había atrevido a experimentar con la cocina marroquí, considerada casi sagrada en un país de arraigadas costumbres. Sin embargo, la genialidad del chef consiguió cambiar el concepto y hacer un guiño a Occidente. El resultado de esta nueva apuesta gastronómica es una cocina de autor con elegantes platos de colores y aromas evocadores.
No faltan versiones revisadas de los platos principales de la cocina marroquí, como el tajín vegetariano estofado o el de lubina y gambas a la chermoula, el cuscús bereber con pollo o el de cordero con siete verduras. Recetas milenarias que comparten espacio en la carta con novedades como los tomates y pimientos ahumados en hoja de olivo, el puré de pimientos rojos y almendras, las cebollas rosas con pasas o los postres de azahar.
Productos de calidad, recogidos en el mercado local o en la propia huerta de Fedal, y servidos por un equipo de casi cincuenta empleados que han sido formados por el propio chef de sus inicios. Y mientras el restaurante Dar Moha triunfa internacionalmente, la fama del mejor embajador de la cocina marroquí no deja de crecer gracias a sus colaboraciones en radio y televisión.
Sus apariciones en el programa Masterchef marroquí han disparado las inscripciones en las escuelas de hostelería del país. Las amas de casa intentan imitar sus platos en medio de la sorpresa familiar. Una actitud unánime e imparable que sugiere que, al igual que ocurre en otras facetas de la cultura, los sabores de diferentes procedencias, exquisitamente mezclados, son siempre más ricos y sugerentes.