Refugio Jarjeer: un santuario de descanso para burros y mulas en Marruecos
Cuando uno piensa en un refugio para animales, se imagina un centro de acogida para perros y gatos. Y si pone la vista en un horizonte aún más lejano, en países más remotos existen centros de acogida y recuperación para animales salvajes o en peligro de extinción, como elefantes o tortugas. Sin embargo, en las estribaciones del Atlas, a 24 kilómetros de Marrakech, encontramos Jarjeer Mule and Donkey Refugee, un refugio para burros y mulas a cargo de la asociación benéfica Jarjeer Mule and Donkey Trust.
En las calles de Marruecos
El burro y la mula son animales muy comunes en Marruecos. Con un carácter amable y una gran fortaleza física, juegan un papel fundamental para las familias, que las utilizan como medio de transporte y en los negocios familiares, resultando de gran ayuda en las tareas agrícolas y para cargar mercancías en las medinas.
La mayoría de las granjas locales tienen al menos un burro o una mula como ayuda para realizar el trabajo más pesado. También son importantes en las áreas montañosas, donde el acceso por carretera resulta más complicado. En algunos casos, son utilizados para el porteo de los equipos de los montañeros que acuden a Marruecos para realizar trekkings.

El problema radica cuando los animales cumplen años o se ponen enfermos y dejan de ser útiles, por lo que pasan a ser considerados una carga económica inasumible para los propietarios. La mayoría de los burros y mulas que llegan a las instalaciones han sido maltratados, están enfermos, han sido abandonados o están llegando al final de sus días. Razón de más para que encuentren un descanso y sean cuidados dignamente en una vida llena de sinsabores como la que han llevado.
Fundadores de Jarjeer
El centro fue fundado por el matrimonio británico por Susan Machin y Charles Hantom hace una década, cuando se atendió a una burra avanzado estado de gestión y en pésimas condiciones de salud. No se pudo hacer nada por el animal, pero se consiguió salvar a su cría, Tommy. Tuvo el honor de ser el primer burro de este refugio, que toma su nombre del tipo de hierba que cubría la finca donde hoy se asientan las instalaciones.
Susan es una abogada jubilada con experiencia profesional en Derechos Humanos y Salud Mental. Su objetivo con la creación del centro era impulsar el trabajo local, además de concienciar a los dueños de los animales y al público en general sobre la necesidad de cuidar a los equinos, eliminando las situaciones de maltrato y abuso. Por su parte, Charles es un abogado jubilado de Mánchester, que ha sabido transformar el compromiso con los derechos de los trabajadores que marcaron su carrera laboral en un día a día al cuidado de los animales.

Jarjeer Mule and Donkey Refuge
Hoy, con más de un centenar mulas y burros atendidos, Jarjeer se ha convertido en un santuario para los animales, donde no solo se les proporciona alojamiento y comida, sino también bienestar y cariño. Los animales jóvenes trabajan de una manera ética y controlada, mientras que los equinos heridos o jubilados se dedican a descansar, reciben cuidados paliativos y alivio de los dolores que puedan sufrir. Y todo ello apoyado por población local, quien desde un primer momento se volcó en el proyecto.
De hecho, muchas de las personas que se ocupan de los animales son personas procedentes de pueblos cercanos, como Mohammed Brouhim, gerente de refugio, o Mohammed Simo, quien se encarga de dar de alta a los animales que llegan al centro. Las tareas de construcción que hacen crecer el recinto, la limpieza y la alimentación de los equinos, así como el cuidado de las instalaciones y la labor veterinaria también están a cargo de personal marroquí.
Financiada con fondos privados, el año 2019 supuso un gran avance para el centro, cuya población equina no para de crecer. Se logró comprar un camión propio para trasladar a los animales desde cualquier punto de Marruecos al centro y se pudieron expandir los establos. Además, se construyeron nuevas instalaciones para el cuidado de los animales que llegan heridos o en peores condiciones físicas, que también son atendidos por veterinarios voluntarios.
La ayuda financiera que se recibe a través de donaciones, procedentes de amantes de los animales tanto en Marruecos como a nivel internacional, está dando forma a la creación de más hogares para burros y mulas en Marruecos, ante la creciente necesidad de poner en marcha más centros.

Un refugio abierto a las visitas
El refugio de Jarjeer está abierto a las personas interesadas en visitar el centro y conocer a los animales. Todos ellos llevan un nombre y tienen una historia que los trabajadores del refugio siempre están dispuestos a contar, lo que contribuye a estrechar lazos y encariñarse con ellos. Los visitantes pueden interactuar con los burros y mulas residentes que se encuentran en buen estado de salud, y los niños pueden dar un paseo con ellos en el marco incomparable de las estribaciones del Atlas, siempre que la temperatura no sea muy alta.
Las instalaciones del refugio Jarjeer se encuentran junto al pueblo de Oumnass. Existe un autobús que cubre el trayecto desde Sidi Mimoun a las inmediaciones del centro. Una vez que el interesado se baja en la parada, siguiendo las indicaciones del conductor del autobús, solo tiene que llamar al refugio y al instante alguno de los trabajadores pasa a recogerlo.

Apadrinar un burro o una mula
Las donaciones privadas y altruistas, así como las ventas de la tienda y la cafetería, son las que mantienen activo el centro y hacen posible que siga funcionando. Hoy en día siguen abiertas las campañas de donación de dinero y cada vez son más las personas que deciden apadrinar a un burro o una mula.
Por tan solo 5 libras esterlinas al mes —unos 5,50 euros—, el padrino del animal se encarga de que no le falte un techo, alimentos básicos y atención veterinaria. En este sentido, los responsables van aún más allá, y afirman que incluso una donación de una libra esterlina al mes (1,10 euros) constituye una ayuda muy valiosa para poder seguir desempeñando la acogida de los animales.
Gracias a las donaciones todos los burros y mulas del centro están vacunados contra la rabia y sus cascos están perfectamente cuidados, lo que es necesario para que conserven un buen estado de salud.
El Jarjeer Mule and Donkey Refugee se ha convertido en un santuario para los burros y mulas de Marruecos. Allí pasan sus últimos días o se recuperan de sus heridas o del maltrato recibido. En las estribaciones del Atlas descansan tranquilos y seguros con las donaciones de los amantes de los animales. Una segunda oportunidad que la vida ofrece a los equinos que más lo necesitan.