El Gran Teatro de Rabat, el nuevo icono arquitectónico y cultural de Marruecos
Las dimensiones y las formas del Gran Teatro de Rabat son inconmensurables e impactantes. Este edificio vanguardista de aspecto sinuoso, situado en el Valle de Bouregreg, en la ciudad de Rabat, está llamado a convertirse en el icono arquitectónico y cultural de Marruecos.
Con una superficie de 27.000 m2, en un complejo de 47.000 m2, el Gran Teatro de Rabat está conformado por un teatro de 1.800 asientos que acogerá representaciones teatrales y espectáculos de ópera, un anfiteatro al aire libre de 7.000 asientos para festivales y actividades culturales y artísticas, y otro teatro más pequeño con 520 butacas. Las tres estructuras confluyen en el vestíbulo principal, con una gran escalera principal, y el conjunto se completa con aparcamientos externos, espacios verdes con lagos, tiendas, cafeterías, librería y un restaurante con excelentes vistas al valle de Bouregreg y a la Qasbah de los Udayas.

Tradiciones futuristas
Este enorme proyecto arquitectónico comenzó a soñarse en 2006 y a construirse en el margen izquierdo del río Bouregreg en 2010. Es uno de los últimos trabajos de arquitecta anglo-iraní Zaha Hadid, quien falleció en 2016 sin ver terminada su obra. Tras su muerte la dirección pasó a manos del arquitecto marroquí Omar Alaoui, quien siempre se ha mostrado respetuoso con el diseño original de la ganadora del premio Pritzker.
Este sinuoso complejo, situado a escasos metros del Mausoleo de Mohammed V y de la Torre Hassan, establece un diálogo con el río Bouregreg y los teatros antiguos de estilo italiano, pero con un inconfundible sello moderno. El edificio parece que nace directamente del suelo, arqueándose hacia el cielo con sus curvas imposibles, para después fundirse de nuevo en el paisaje. Un diseño pensado para mejorar la acústica y el flujo de las personas, y para resultar realmente impactante a la vista de quien admira la obra arquitectónica en el exterior.

click para ampliar
El mayor teatro de África y el mundo árabe
Las dimensiones del Gran Teatro de Rabat, con un presupuesto de 120 millones de euros, le convierten en el mayor teatro del mundo árabe y de África. Su objetivo es situar a Marruecos en los grandes circuitos artísticos internacionales. En una de sus apariciones públicas Zaha Hadid señalaba que “Marruecos posee una riquísima tradición musical y cultural, y su trabajo en las artes escénicas es reconocido en todo el mundo. Me siento honrada de ser parte del desarrollo cultural de la capital del país”.

Sus líneas onduladas recuerdan las curvas de la caligrafía árabe y el auditorio principal presenta una geometría inspirada en las muqarnas marroquíes, las tradicionales bóvedas de la arquitectura islámica, con la luz como protagonista. El edificio está concebido para fomentar todas las formas de expresión creativa, en cualquiera de las artes, y para facilitar la visión del público, que se sitúa literalmente encima del escenario en su escenario principal interior.


Su silueta parece frágil, pero en realidad está diseñado para garantizar la seguridad ante una posible amenaza sísmica. Su revestimiento reforzado en acero que tuvo que realizarse con modelos en 3D antes de ser construido ante su enorme complejidad arquitectónica.
La gran apuesta cultural marroquí
El Gran Teatro de Rabat se une a la apuesta cultural surgida tras la inauguración del Teatro Mohammed VI en 2014 en Oujda, y que se completa con el Gran Teatro de Casablanca y los complejos culturales de las ciudades de Fez y Tánger.
El fallecimiento repentino de Hadid en 2016 impidió que pudiera contemplar en persona su sueño arquitectónico, el primero que hacía en África y que hoy se encuentra terminado. Quienes la conocen aseguran que se encontraría complacida al ver cómo su legado ha conseguido ver la luz, convirtiéndose en icono cultural y arquitectónico de Marruecos, y pronto en un referente a nivel internacional.