Festival de la Cultura Sufí de Fez: un viaje al centro de lo trascendente
El Festival de la Cultura Sufí de Fez es uno de los más importantes que se celebran en Marruecos y la mejor oportunidad para conectarse con uno mismo. Definido por muchos como “un viaje espiritual”, durante una semana Fez se convierte en la sufí, recibiendo a filósofos, antropólogos, pensadores y artistas de medio mundo, y personas interesadas en descubrir —o redescubrir— una cultura ligada a la tradición, la tolerancia, el diálogo y el respeto.
La arista más mística del Islam
Para entender la trascendencia de este festival de Fez, es necesario detenerse en la importancia de la cultura sufí, la parte más mística y probablemente desconocida del Islam. Millones de musulmanes en todo el mundo viven de acuerdo con su filosofía, utilizando la belleza de la expresión artística para acercarse a Dios.
Unidos en cofradías, con dirigentes descendientes del profeta Mahoma convertidos en auténticos símbolos de tolerancia y elevación espiritual, muchos sufíes son capaces de entrar en un trance de hasta seis horas a través de la música, a la que consideran una de las mejores herramientas para lograr un vínculo directo entre la persona y la divinidad. Esa conexión se manifiesta de forma diferente en cada país, y en Marruecos una de sus expresiones es la cultura gnawa.
Para el sufismo, Dios ama cualquier forma en que se exprese la belleza, lo que tiene una traducción inmediata en la poesía, el arte, la caligrafía, la música, el cine, la arquitectura o la literatura. Por tanto, a través de las artes se inicia una vía espiritual, un cambio iniciático de transformación interior que culmina en el conocimiento del otro y de Dios. Y el Festival de Fez se convierte así en la posibilidad de acercarse a una herencia espiritual que se remonta a más de diez siglos.
En la búsqueda de lo trascendente
El Festival de la Cultura Sufí de Fez se fundó en 2007 con el objetivo de que marroquíes y visitantes pudieran sumergirse en una fuente inagotable de riqueza espiritual y artística. Durante una semana, sufíes procedentes de diferentes países se dan cita en esta ciudad para compartir la filosofía y el arte ligado al sufismo a través de interesantes veladas que tienen como protagonistas a destacados miembros de la comunidad internacional.
En escenarios como la Madrasa Bou Inania, el paradisiaco Jardín Jnan Sbil o diferentes riads de la ciudad, tienen lugar mesas redondas, coloquios, recitales poéticos, sesiones de meditación, conciertos y espectáculos de danza, sesiones de lectura, exposiciones o proyecciones de cine, que muestran cómo la cultura sufí es el caldo de cultivo para la transmisión de valores universales, que se enriquecen con un diálogo intercultural que tiende un puente entre Oriente y Occidente.
De esta manera, se ofrece una imagen positiva del Islam a través de un lenguaje aperturista, al tiempo que se refuerza el papel de Marruecos en el diálogo intercultural, y se dan a conocer los artistas que encuentran inspiración en el proceso espiritual que propone el sufismo, convirtiéndose el festival en su mejor plataforma de expresión.
El éxtasis de lo trascendente
El antropólogo Faouzi Skali, creador del festival, señala que este encuentro entre culturas sirve para mirar dentro de uno mismo y descubrir la cultura sufí desde diferentes ángulos, que se encuentran todos en la espiritualidad y la tolerancia.
Skali, nacido en Fez en 1953, es una persona de gran carisma, que consigue reunir, año tras año, a interesantes personalidades del mundo artístico y cultural de diferentes países en torno a la mesa del patrimonio sufí. Considerado en 2001 por las Naciones Unidas como una de las doce personalidades internacionales que más han contribuido al diálogo entre civilizaciones, Skali desarrolló un gran interés por el sufismo desde que era niño, lo que le llevó a realizar estudios de Antropología, Etnología y Ciencias Religiosas en la Universidad de la Sorbona, y a ser condecorado en 2014 como Caballero de la Legión de Honor en Francia.
Convencido de que el sufismo puede contribuir al desarrollo de un diálogo entre religiones y culturas, Skali reivindica esta corriente espiritual como el corazón del Islam y la mejor manera de desprenderse del ego para sumergirse en el éxtasis de lo trascedente, que entiende el arte como una forma de meditación activa.
Es un pensamiento que comparte con artistas como la pintora franco-marroquí Najia Mehayi, cuyos cuadros de fondo negro y pinceladas, habitualmente blancas o rojas, revelan el sentido trascnedente de la danza giratoria de los derviches. “Es la metáfora de un ritmo, de una escritura interior, de la luz sublimada que encontramos en el sufismo, donde la belleza es omnipresente”, señala.
A través de la pantalla
Las dos últimas ediciones del Festival de la Cultura Sufí de Fez, correspondientes a 2020 y 2021, han tenido que celebrarse online como consecuencia de la pandemia. Sin embargo, las ediciones virtuales se han convertido en todo un éxito, descubriendo al mundo que las nuevas herramientas digitales también pueden convertirse en una forma de acercarse a la cultura sufí.
La plataforma digital Patrimonio Sufí organiza ciclos de conferencias online y diferentes actividades para dar a conocer la herencia sufí al mundo. En las últimas ediciones, conciertos, mesas redondas y exposiciones han demostrado que especialistas de diferentes especialidades de todo el mundo siguen interesados en transmitir esta cultura universal, su patrimonio y sus valores.
Y mientras, ya se comienza a preparar el Festival de la Cultura Sufí de Fez 2022, que promete todo un viaje espiritual hacia el interior de la propia existencia y la mejor manera de entender cómo Dios se manifiesta en la belleza de las manifestaciones artísticas. La cultura sufí es símbolo de respeto y de diálogo intercultural, y probablemente el lado más místico y desconocido del Islam.