Adam, una película marroquí sobre mujeres valientes
Cuando la mayoría de los cines se cerraban en plena pandemia y las distribuidoras cancelaban sus estrenos, Adam, una película marroquí escrita, dirigida y protagonizada por mujeres, decidía dar un paso adelante, estrenándose en las salas. No era de extrañar, conociendo la determinación de Maryam Touzani, su directora, capaz de llevar su opera prima a Cannes y a Seminci, y conseguir que fuera elegida como película representante de Marruecos en los Oscar.
Adam es una película que habla de los sentimientos de dos mujeres marroquíes marcadas por su género y su destino. Un largometraje que descubre al espectador las caras de la maternidad y el encorsetamiento de unas tradiciones que todavía limitan a las mujeres.

Dos mujeres atrapadas
El film cuenta la historia Abla, interpretada por Lubna Azabal, una mujer viuda que trabaja de sol a sol para sacar adelante la pastelería que regenta en la medina de Casablanca, donde vive con su hija. Un día, el destino hace que se encuentra con Samia (Nisrin Erradi), una joven soltera que huye del estigma social de estar embarazada sin estar casada.
Son mujeres marcadas por su condición. Una atrapada por la muerte de su marido y la otra a expensas de un hijo por nacer y que, sin quererlo, hace que se despierte su instinto maternal. Ninguna de las dos lo tiene fácil en una sociedad patriarcal, pero ambas consiguen encontrarse y apoyarse en la dureza de su día a día.

Una historia real
Cuenta Maryam Touzani, la directora de esta coproducción entre Marruecos, Francia y Bélgica, que sintió necesidad de escribirla tras haber sido madre. Un hecho que despertó en ella los recuerdos de una historia real vivida en su adolescencia.
Maryam pasó su infancia y adolescencia en Tánger. Un día, una joven llamó a la puerta de la casa familiar. Estaba embarazada del hombre que le había prometido amor eterno para desaparecer después de su vida sin dejar rastro. Había ocultado su embarazo durante meses a sus amigos y familiares, y solo deseaba dar a luz lejos de su casa, entregar al niño en adopción y recuperar su vida.
Los padres de Maryam acogieron a la joven y lo que iban a ser unos días en su casa se transformaron en semanas. No solo le dieron alimento y comida, sino que además movieron todo lo que estuvo en sus manos para que pudiera quedarse con el bebé si así lo decidía. Finalmente, la joven decidió entregar a su hijo en adopción y regresar a la casa familiar. “Teníamos que respetar su elección y procurar que todo saliera bien”, señala la directora.

Lección de dignidad
La entereza de esta joven madre quedó grabada a fuego en la memoria de la directora. Observar cómo la mujer pasó del rechazo inicial al instinto maternal que iba surgiendo poco a poco, y lo duro que fue tomar la decisión final, le sirvieron de inspiración para crear el personaje de Samia.
“Ella amaba a ese bebé en contra de su voluntad, con un inquebrantable amor de madre, sabiendo que su tiempo con él se iba agotando. El día que se marchó para entregarlo, quería mostrarse fuerte y digna. Entendí que su gesto era terriblemente valiente. Yo, en el fondo, tenía la esperanza de que se quedara con su hijo, que plantara cara a la sociedad, a sus padres y a su familia. No tenía ni idea entonces de la cantidad de años que llevaría a esta mujer y su historia conmigo”, señaló Touzani a los periodistas el día del estreno de la película.
La prometedora carrera de Touzani
Después de vivir la experiencia que inspiró la película, Maryam Touzani se fue a Londres para estudiar Periodismo y regresó a Marruecos para graduarse como periodista cultural, con especialidad en el cine del Magreb. Tras la realización de varios documentales, decidió dar un paso al frente y ponerse delante de la cámara.
Touzani coescribió e interpretó uno de los papeles de la película Razzia, en 2017. Dos años después decidió ponerse detrás de la cámara y hacer Adam, su primera película, uniéndose así a una generación de mujeres marroquíes directoras de cine, como Meryem Benm’Barek, directora de Sofía, que ganó el premio al mejor guion en una de las secciones de Cannes.
Cine marroquí hecho por mujeres
Adam es, pues, una muestra más del gran cine que se está haciendo en Marruecos.
Además, es una película que ha aportado su grano de arena en los debates sobre la libertad de la mujer, y que ha tenido una gran visibilidad entre las mujeres marroquíes que luchan por sus derechos.
Tras su estreno, las excelentes críticas de Adam no se hicieron esperar. De ella se ha escrito que es una película “de detalles de inteligencia cinematográfica” y “personajes retratados con una emocionalidad intensa”. El aplauso del público terminó de consolidar el éxito de esta película, que hoy se puede ver en plataformas como Filmin.
Adam es la historia de dos mujeres al margen de la sociedad; cuenta su lucha diaria y habla de sororidad. Una película aplaudida dentro y fuera de Marruecos, y dirigida por una mujer que ya ha pasado a formar parte de ese universo de cineastas marroquíes femeninas dispuestas a contar a través de su cámara cómo la sororidad es necesaria para poder salir adelante.