Impacto del argán en la economía de Marruecos: mucho más que un simple árbol
En los últimos años ha crecido el interés por el aceite de argán, muy apreciado por la industria cosmética y gastronómica de Norteamérica y Europa. Industrias de cosméticos de lujo y los más famosos restaurantes del planeta lo utilizan como ingrediente, lo que ha provocado un desarrollo comercial sin precedentes, que ha tenido un inevitable impacto sobre este árbol y la población local.
Solo las medidas proteccionistas en aras de un desarrollo sostenible están logrando frenar una sobrexplotación que ha llegado a amenazar seriamente a este árbol, al tiempo que consiguen que los casi tres millones de personas que participan en su cultivo y explotación, casi todas ellas procedentes del ámbito rural, puedan beneficiarse del interés que despierta.
Cooperativas de mujeres
Durante la década de 1990, coincidiendo con el creciente interés de la industria cosmética, comenzaron a crearse las primeras cooperativas de mujeres productoras de aceite de argán, lo que les permitía favorecer su comercialización y, al mismo tiempo, aumentar sus ingresos, garantizando así un mejor acceso a la educación y sanidad de sus familias. Paralelamente, industriales marroquíes han instalado pequeñas fabricas equipadas con máquinas de extracción en Casablanca y Marrakech, ofreciendo trabajo a la población local.
Teniendo en cuenta que Marruecos es el productor casi en exclusiva de este aceite, el árbol del argán contribuye a reducir la pobreza en la sociedad marroquí, ya que constituye una fuente de ingresos para las familias de las poblaciones rurales donde se cultiva y, en general, se convierte en una oportunidad de desarrollo para la población local. De hecho, la producción de este a ceite se ha convertido en un impulso para los índices del desarrollo económico del país.

Preservar los árboles
Las toneladas de aceite de argán que se exportan se han multiplicado por diez en la última década, al tiempo que ha aumentado su producción para los zocos locales. Esto ha provocado que se tengan que desarrollar políticas orientadas a la preservación del árbol, ante la previsión de que en 50 años desaparecieran dos tercios de los ejemplares existentes en el país.
A través de campañas de información se está consiguiendo que disminuya la técnica del vareo, que causa un daño significativo en el árbol, y que todos los frutos no sean recolectados al mismo tiempo, para que no se corte el ciclo de reproducción que podría poner en peligro la regeneración del árbol.
También se ha invertido en control de la recolección furtiva, aunque todavía se sigue practicando por parte de las familias más desfavorecidas con el objetivo de obtener ingresos con su venta a los intermediarios, y el fraude de la venta de aceite de argán no certificado y, por tanto, adulterado.
Medidas preventivas
Tres medidas han permitido que la arganería marroquí pueda mantenerse sin una rápida degradación. Por un lado, el hecho de que esta zona marroquí haya sido declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1998. Solo un año después, el Gobierno de Marruecos solicitaba a la UE la protección del aceite de argán como indicación geográfica.
En 2009 se aprobaba esta solicitud, convirtiendo a este aceite en el primer producto agrícola europeo en obtener esta protección, lo que conlleva que pueda mantener su exclusividad, que los agricultores cuenten con la posibilidad de realizar una mejor promoción de sus productos y que los consumidores sepan que están obteniendo un producto auténtico marroquí de la mejor calidad. A todo ello hay que añadirle que, recientemente, la ONU ha proclamado el Día Internacional del Argán el 10 de mayo, por petición de Marruecos, lo que contribuye a mantener su reconocimiento internacional.
La creación de la Agencia Nacional de Desarrollo de las Zonas de los Oasis y de la Arganería (AN-DZOA) también ha contribuido a actuar de manera armónica para garantizar el desarrollo local. El objetivo es preservar los casi 20 millones de árboles a corto plazo para que la arganería marroquí pueda seguir manteniéndose a largo plazo, especialmente teniendo en cuenta que la zona suroeste de Marruecos está seriamente amenazada por la desertización. Solo controlando la explotación para no supere la capacidad de producción se puede lograr un crecimiento económico sostenible y la mejorar la calidad de vida de los pueblos bereberes que viven del argán.

La fórmula del éxito
El hecho de combinar la más moderna tecnología con los conocimientos tradicionales sobre el argán, que descansan en la población de las zonas rurales desde hace siglos, está dando como resultado que haya mejorado la situación económica de las poblaciones locales.
A las mujeres locales les interesa trabajar en las cooperativas, ya que ven aumentados sus ingresos respecto a lo que obtenían cuando cultivaban el argán a nivel particular. El creciente interés de la industria cosmética y alimentaria por este aceite representa una oportunidad de libertad económica y social impensable hace algunos años para las mujeres de las zonas rurales, que a su vez son cada vez más conscientes de la necesidad de utilizar técnicas de producción sostenibles.
Más allá de la conciencia medioambiental, la población local no olvida que este árbol no solo les proporciona una mayor calidad de vida, sino que también les protege de la desertización, constituyendo la mejor protección frente a las consecuencias de un calentamiento global cada vez más palpables.