Zellige, azulejo artesanal marroquí: del pasado al presente
El zellige, también conocido como zilij o zelij, es un azulejo cerámico elaborado en Marruecos desde hace siglos. Su amplia gama cromática y el gusto actual por la fabricación artesanal lo han convertido en fuente de inspiración para la decoración y el diseño occidental.
Quizá sea por las opciones que ofrece su amplio abanico de colores, por el encanto de su imperfección, o por el efecto hipnótico que produce ver los azulejos zellige con sus múltiples posibilidades de composiciones, formas y tamaños, pero lo cierto es que los más importantes diseñadores, decoradores e interioristas no dejan de alabar las virtudes de esta tradición marroquí que cada vez presenta más seguidores. El resultado son espacios decorativos en hoteles y restaurantes, y también en viviendas particulares, que convierten el exotismo de los azulejos en calidez.
Orígenes de los azulejos zellige
El zellige es un tipo de mosaico ornamental hecho a base de azulejos de colores a modo de teselas, elaboradas con terracota y posteriormente esmaltadas. Probablemente inspirados en los mosaicos romanos y bizantinos, estos azulejos aparecieron en Marruecos en el siglo X, en tonalidades blancas y marrones, aunque a partir del siglo XIV se introdujeron otros colores, como el amarillo, el verde y el azul, y un siglo más tarde el rojo.
Para conseguir estas tonalidades se añadían diferentes elementos naturales a la arcilla. Calcina para conformar el blanco y estaño para conseguir que fuera aún más deslumbrante. Hierro y manganeso para el marrón, estibina para el amarillo y óxido de cobre para el verde. El rojo y el naranja, en cambio, proceden de pigmentos sintéticos importados de otros países.
En Marruecos, estos azulejos, elaborados con productos de la tierra y esmaltados con tintes naturales, han servido para decorar fuentes, paredes y suelos, constituyéndose como un elemento decorativo más de la tradición árabe-andaluza. El zellije se puede observar en lugares tan emblemáticos como la Medrasa Bou Inania de Fez, o la Medrasa Mansour y la plaza El Hedine, de Meknès.
La fabricación tradicional del zellige conlleva triturar los bloques de arcilla, tradicionalmente originarios de Fez, y ponerlos a remojo posteriormente, para pasar a amasarse a mano con el fin de crear una masa llamada bejmat que, a continuación, se extiende para secarse y endurecerse al sol. Una vez hecha la primera cocción llega el momento del esmalte y posteriormente entra en juego el dibujo de la forma deseada con un pincel, conformando una estrella, un triángulo, un diamante o un cuadrado, como patrones más utilizados.
El artesano es el encargado del corte manual utilizando el menqach, un martillo afilado. Finalmente tiene lugar el biselado de los bordes, con un martillo de tamaño más pequeño. Todo este proceso hace que cada azulejo zellige sea único y esté listo para que el maalem, o maestro, ensamble las composiciones geométricas que, tras sus correspondientes cálculos matemáticos, pasen a recubrir muros y pavimentos a modo de decoración. Para muchos, una muestra, en sus infinitas combinaciones, de la grandeza infinita de Dios.
El valor de la imperfección
La palabra zellige proviene del término árabe al zulaycha, que significa “pequeña piedra pulida”. Hoy en día, la decoración contemporánea se ha rendido al encanto del zellige, convirtiendo cada imperfección en un valor añadido para cada proyecto de diseño o decoración.
Y es que, precisamente, el azulejo zellige es valorado por el encanto de ser único. Cada pieza varía en tonalidad y color respecto a sus compañeras. A veces aparece la terracota entre el esmaltado, en una superficie que adquiere irregularidades y propone juntas desiguales, con grosores aproximados. Y sin embargo, el conjunto deslumbra por su belleza.
Este plus que confiere la irregularidad y la imperfección, con su variedad de matices y texturas, y la versatilidad de su infinita composición de formas y composiciones, es lo que atrae al mundo occidental y convierte al azulejo zellige en el protagonista de la decoración de cocinas y baños, y en general espacios interiores o exteriores.
Dicen los expertos en decoración, diseño e interiorismo que las composiciones de zellige aúnan calidez y exotismo, aportando un toque de elegancia y personalidad a los diferentes espacios que los exponen.
La tendencia es utilizar una misma gama cromática con diferentes tonos, aunque hay personas que prefieren combinar tonalidades. Se pueden utilizar para decorar toda una estancia, a media pared o con la pared totalmente cubierta. Y hay quienes utilizan los azulejos zellige para resaltar zonas concretas, como la pared donde se instalan los fogones en una cocina, la zona de la ducha, o el muro que sustenta el espejo principal de la estancia.
Algunos diseñadores prefieren combinar el colorido del azulejo con el minimalismo del cemento. Y hay particulares que lo utilizan para personalizar un rincón de lectura o descanso, o bien una chimenea. Animados por el escaso mantenimiento que necesitan, en hoteles, restaurantes y centros públicos suelen colocarse en zonas muy transitadas, como el mostrador de recepción, o bien sirven para decorar zócalos, terrazas o patios. Las combinaciones son infinitas, también en espacios interiores como exteriores.

Otras inspiraciones de diseño
Pero no solo se utiliza el azulejo elaborado de forma artesanal para decorar. También hay diseñadores que se inspiran en la armonía de las composiciones tradicionales de zellige para realizar diseños que nos trasladan a Marruecos sin tener que desembolsar el alto coste económico de las piezas de terracota.
En los últimos tiempos se han comenzado a comercializar con éxito vinilos y papeles pintados con motivos de zellige, para ofrecer a estancias como dormitorios el efecto oriental que se suele buscar con esta decoración.
La moda Zellige ha llegado incluso al diseño textil. Adidas ha sido una de las firmas que ha sucumbido a sus encantos, diseñando unas camisetas deportivas para la selección de Argelia inspiradas en los patrones de diseño Zellige.
Sin embargo, la firma atribuyó los azulejos del diseño al palacio El Mechouar, de la ciudad argelina de Tlemcen. Esta apreciación se convirtió en un conflicto diplomático cuando el Gobierno de Marruecos lo consideró un robo de su patrimonio cultural y pidió a la firma la retirada del mercado de las prendas deportivas.
Tras las oportunas conversaciones, el asunto se cerró con un comunicado de Adidas en el que se expresaba su profundo respeto a los artesanos de Marruecos y sus disculpas ante la controversia que había levantado el caso, fiel reflejo de lo orgulloso que se siente Marruecos de su artesanía y el legado de una tradición artesana capaz de traspasar fronteras.
Y aunque la mejor forma de maravillarse con las composiciones únicas del azulejo zellige es acercarse a Marruecos para contemplarlas in situ o maravillarse con el trabajo de sus artesanos locales, hoy también podemos disfrutar del encanto de la artesanía tradicional marroquí en nuestros hogares. El azulejo zellige, en su imperfección única, ha conquistado el mundo para recordarnos que, quizá, lo más grande se encuentra en los detalles más pequeños.