Mohamed Katir, el atleta que pulveriza récord tras récord
A Mohamed Katir le encantan los retos. Este atleta español de origen marroquí batió las plusmarcas de España en 1500, 3000 y 5000 metros al aire libre en solo 33 días. Fue el mejor preludio antes de presentarse a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, llegar a la final y acabar con un diploma olímpico y una meritoria octava posición. ¿Su meta? Seguir entrenando y mejorando porque, según afirma él mismo, “esto es solo el principio”.
Infancia en Marruecos
De padre marroquí y madre egipcia, Katir nació en la localidad marroquí de Alcazarquivir, cerca de Larache y a medio camino entre Tánger y Fez. A los cinco años se trasladó a Mula (Murcia), donde ya residía su padre, albañil de profesión. Aunque se siente español, no olvida sus raíces y le encanta disfrutar con sus abuelos de la soledad en el campo. “Soy más de entrenar, comer y dormir que estar por ahí de un lado para otro”, afirma.
Al poco de llegar a España, Katir comenzó a jugar al fútbol, destacando como delantero, aunque no le gustaba demasiado el ambiente opresivo en torno a este deporte. Sin embargo, una sencilla carrera en el colegio cambió su vida. Sin haber pensado nunca en el atletismo, ganó a sus compañeros con una clara ventaja. En el público había un técnico al que le llamó la atención su forma de correr. Fue a hablar con sus padres, insistiendo sobre las capacidades innatas de su hijo para el Atletismo. Al día siguiente ya estaba entrenando por las calles de Murcia.
Katir fue destacando en las carreras juveniles en las que participaba. En 2015 solicitó la nacionalidad española y la obtuvo finalmente en octubre de 2019, lo que le abrió las puertas para competir en la categoría absoluta. En 2020 quedó sexto en la general de la San Silvestre Vallecana y solo un año más tarde la ganó, convirtiéndose en el primer español que lograba este hito desde 2003.
Cita olímpica
En mayo de 2021 batió el récord de España de los 5000 metros, con un tiempo de 12:50:79. En julio lo conseguía también en 1500, cuyo récord estaba en manos de Fermín Cacho. Hizo una marca de 3:28:76. Y unos días después volvía a lograrlo en la carrera de 3000 metros, con una marca de 7:27:64. En solo 33 días había pulverizado tres récords de España, lo que le hizo que todas las miradas se centraran en su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020.
Durante las semanas previas a la cita olímpica, la presión que sentía Katir era muy fuerte. Todo el mundo parecía exigirle llegar a la final y conseguir medalla. El atleta optó por quitarse las redes sociales para poder concentrarse. Finalmente llegó a la final, obteniendo el octavo puesto.
“No me gustó que se me pidiera medalla la primera vez que participé, aunque era comprensible, porque hice muy buenas marcas previas previamente y había mucha confianza en mí. Pero ni siquiera sabía lo que eran unos Juegos: mi sueño solo era ir y correr allí. Nunca me imaginé en una final luchando contra los mejores del mundo. Ese diploma olímpico es un orgullo y me da más confianza para el futuro”, señaló en su momento.
Tras esta incursión en los Juegos Olímpicos Katir ya ha sido señalado como uno de los mejores atletas del mundo. También es uno de los más autoexigentes. Sus amigos le apodan “el monje de Sierra Nevada”, porque este paraje granadino es el preferido por el atleta para someterse a sus duras jornadas de entrenamiento. “Hacer un récord es muy complicado, incluso más que obtener una medalla. Hay que entrenar muchísimo”, afirma.
Su abuelo, su héroe
Durante los últimos años, Katir también ha tenido que lidiar con comentarios xenófobos, incluso procedentes de antiguos atletas que hacían alusión a sus apellidos de origen marroquí. “Yo represento a España, pues soy muleño. Pero mi apellido pertenece a mi abuelo marroquí, una gran persona, mi mayor motivación y un ejemplo a seguir. Ha tenido que trabajar duro desde pequeño. Ha sufrido en la vida y es un honor llevar su apellido”, señaló el atleta.
Si se le pregunta acerca de su futuro, Katir señala que “me veo siendo una leyenda del atletismo”. Y para ello se está preparando duramente, confiando en que, si sigue entrenando como hasta ahora, no tardarán en llegar nuevas marcas. “Me encuentro muy bien y ojalá me respeten las lesiones. Si entreno bien y me cuido, lo demás vendrá solo. Soy muy ambicioso. Siempre he querido retos. Apuesto por mí y necesito que la gente me anime, que esté conmigo, en vez de criticar o juzgar. Hace años que no se veía a un español luchando con africanos. Con motivación saldré a comerme el mundo”, apuntaba Katir en una entrevista.
“Quiero que los españoles se sientan orgullosos de mí. Siempre he tenido una confianza muy fuerte gracias a mis padres, que me han educado en el respeto”, afirma el atleta. Y si dentro de la pista Katir es el más competitivo, fuera es un joven tranquilo. Antes de estar en la élite deportiva mundial se preparaba unas oposiciones a bombero que aún no descarta para un futuro, pero lo que verdaderamente le haría ilusión sería publicar un libro de poesía. “Suelo escribir muchos poemas sobre la naturaleza con frases inspiradoras. Algún día lo publicaré. Estoy seguro”.
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