Marruecos en tren: sin prisas y con mucho encanto
El tren es uno de los medios de transporte favoritos de quienes quieren viajar con calma, disfrutando de un paisaje siempre cambiante a través de la ventanilla. El ferrocarril es un medio de transporte para románticos empedernidos, pero también para quienes buscan desplazarse en menos tiempo y de la manera más barata y cómoda.
El sistema ferroviario marroquí es uno de los más modernos de África. Existen más de 4.000 kilómetros de una vía ferroviaria que conecta algunas de las principales ciudades del país, como Tánger, Fez, Marrakech, Casablanca y Rabat.
Operadas por la ONCF, con la pandemia se suspendieron los trenes nocturnos, pero aumentó la frecuencia diurna, con varias salidas diarias y unos precios muy ajustados, mucho más económicos que los que se pueden encontrar en Europa.
Existen dos categorías: la primera y la segunda clase. Resulta recomendable comprar un billete en primera clase, ya que, por un precio ligeramente superior, te aseguras un asiento y aire acondicionado, además de ser más cómodo si viajas con maletas o mochilas. Y si tenemos que ir al baño, no nos encontraremos con la sorpresa de que otro viajero ha ocupado nuestro asiento, algo que suele suceder en la segunda clase, en la que parte de los pasajeros van de pie.
Ventajas de viajar en tren
A diferencia de lo que ocurre en la alta velocidad, los trenes regionales marroquíes no suelen ser puntuales, pero esta circunstancia, para quien viaja sin prisas, no resulta un auténtico problema. A cambio, te ofrecen la oportunidad de conversar con los compañeros de vagón.
El marroquí es charlatán por naturaleza, por lo que es muy habitual que en el tren surjan conversaciones espontáneas entre desconocidos. Si a ello se le suma la presencia de una persona extranjera, estará casi asegurado el interés por interactuar, aunque no se hable el mismo idioma. Seguramente no falten las preguntas curiosas y las risas, lo que convierte el tren en una inmejorable manera de realizar una inmersión cultural, en una situación alejada del turismo convencional que resulta muy gratificante para muchos viajeros.
El tren es, por tanto, una excelente opción para personas a las que no les gusta viajar en avión, o para quienes quieren ahorrarse la incomodidad de tener que hacer muchos kilómetros por carretera. Es, además, una opción más económica que un desplazamiento en avión o el recorrido de grandes distancias en taxi.
La apuesta por la alta velocidad
La alta velocidad llegó al país en 2018 y convirtió a Marruecos en el primer país africano en contar con esta opción de transporte. Los 323 kilómetros que separan Tánger de Casablanca ahora se realizan en hora y media, cuando el trayecto, anteriormente, no bajaba de las 5 horas. De igual manera, la unión entre Tánger y Marrakech, que antes se realizaba en 12 horas, ahora se hace en aproximadamente en la mitad de tiempo, unas 7 horas.
Los trenes de esta línea de alta velocidad, inaugurada por Mohamed, han sido construidos por la misma empresa encargada de fabricar la alta velocidad en Francia. La línea, conocida como Al-Boraq, en referencia a la criatura mitológica que transportó a los profetas islámicos, es la más avanzada de todo el norte de África y solo los trenes egipcios la hacen sombra. Un paso más de Marruecos en busca de la modernidad, lo que engloba también la rehabilitación de algunas de las estaciones de tren, auténticas obras de ingeniería con wifi gratuito para hacer más llevaderas las esperas de los pasajeros.
Ya se está planificando un nuevo tramo viario de alta velocidad que recorrerá un total de 1.300 kilómetros, uniendo a 43 ciudades, 14 puertos marítimos y 10 aeropuertos. El objetivo es que cada vez más pasajeros marroquíes y turistas extranjeros utilicen esta línea. Una apuesta medioambiental que reducirá la contaminación y la huella de carbono, permitiendo a Marruecos avanzar hacia la sostenibilidad.
Destinos a tu alcance
La ruta entre Casablanca y Tánger se estructura en dos tramos. De Tánger a Kenitra, los trenes alcanzan una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora, mientras que de Kenitra a Casablanca avanzan a 220 kilómetros por hora. En algo más de dos horas las dos ciudades quedan conectadas.
Una opción para viajar y desplazarse por Marruecos de una manera barata y cómoda desde España es coger un vuelo económico a Fez o Casablanca, y desde cualquiera de estas ciudades tomar un tren hasta Marrakech. De esta manera, te ahorras kilómetros en coche o desplazamientos en avión. Además, te permite introducirte rápidamente en el país, acercarte a la gente local y comenzar a ser testigo de los increíbles contrastes de los paisajes de Marruecos.
Una vez en Marrakech, existe la posibilidad de alquilar un vehículo y realizar circuitos a otras ciudades, o bien excursiones para conocer la zona, pudiendo acercarte hasta el desierto, Essaouira, Ouarzazate, Ouzoud o el valle de Ourika de una manera cómoda y rápida.
Para sacar los billetes para desplazarte en tren por Marruecos la ONCF ha habilitado una nueva página web en la que se pueden comprar de manera online. Aunque a veces no está operativa, supone un claro avance a tener que comprar los billetes físicamente o de manera online con una tarjeta marroquí, como ocurría anteriormente. Ahora se pueden adquirir los billetes de manera telemática con una tarjeta extranjera y, de esta manera, asegurarte tu asiento, lo que facilita mucho la posibilidad de que los extranjeros puedan viajar en tren por Marruecos.
Viajar en tren tiene un punto de romanticismo. No solo supone viajar de manera más cómoda y más barata que por carretera o avión, sino también posibilita enriquecerte culturalmente a través de esas deliciosas conversaciones que siempre surgen entre quienes comparten traqueteo. Y mientras el paisaje cambia tras la ventanilla y tú te desplazas con la calma de un tren regional, o a más de 200 kilómetros por hora si has optado por la alta velocidad, sabes que te esperan unos días intensos por vivir y mucho por descubrir, en un país que ha visto en el tren la oportunidad de conjugar turismo, comodidad y sostenibilidad.