Marruecos con niños: recomendaciones para disfrutar
Viajar con niños a Marruecos es algo que no hay que perderse. No solo porque ellos pueden disfrutar tanto como nosotros de la experiencia de adentrarse en una nueva cultura, sino también porque es una oportunidad única para descubrir el país desde sus ojos, a su ritmo y sin prisas.
Lo primero que se preguntan las familias que se plantean ir a Marruecos con sus hijos es si el país es peligroso. Una vez que se informan y descubren lo seguro que es, y lo agradable que será una estancia en un país siempre acogedor y amable con los niños, el siguiente paso es la planificación. Hay que tener claro qué es lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer.
La magia del desierto
En la elección del destino probablemente resida una gran parte del éxito del viaje. Si escogemos realizar un circuito con largos desplazamientos por carretera, el niño probablemente se aburra y se sienta cansado. Por eso, si se viaja con niños muy pequeños, es mucho más recomendable escoger una única ciudad que visitar y después, si se desea, hacer excursiones a lugares de interés cercanos.
Hay mil posibilidades de disfrutar Marruecos con niños. Una de las actividades que más gustan a los pequeños es pasar una noche en el desierto. Dormir en una jaima, correr por las dunas y contar estrellas al calor de una hoguera es una aventura que no olvidarán.
En Marruecos, esta actividad resulta especialmente interesante para realizarla en familia, ya que no es necesario un desplazamiento de largas horas en carretera, ni alejarse mucho de la civilización para encontrar el desierto, como sucede en otros países.
El desierto de Agafay, a una hora en coche de Marrakech, te da la posibilidad de sumergirte en el desierto, pero a la vez ofrece a los padres la tranquilidad de estar a una corta distancia de una gran ciudad con todo tipo de servicios y comodidades, lo que supone un plus de seguridad y confianza a tener en cuenta. En este desierto, además, las jaimas son de lujo y con todo tipo de comodidades, como baño privado, lo que hace más fácil la logística que suponen los cuidados infantiles.
Muchas familias aprovechan la Navidad para viajar al desierto de Marruecos y hacer la experiencia aún más especial si cabe para los más pequeños. Acudir al desierto de Merzouga ofrece la posibilidad de que los niños puedan encontrarse con los Reyes Magos, que atraviesan cada año el desierto siguiendo la estrella, en una travesía que los llevará a estar presentes la noche del 5 de enero en todos los hogares. El encuentro con los Reyes Magos es una experiencia que los pequeños no van a olvidar y que resulta también muy emocionante para los padres.

Relajarse en la playa
Otras familias, en cambio, prefieren destinos costeros para pasar unos días de relax con sus hijos. Un plan que para muchas personas resulta especialmente interesante realizar en invierno, cuando se huye de las bajas temperaturas de la península.
En localidades como Agadir o Saidia, conocida como Perla Azul, existe la posibilidad de alojarse en un resort con animación al lado del mar. De esta manera, se puede disfrutar tanto de magníficas y tranquilas playas de arena blanca y dorada, como de las instalaciones de un hotel bajo el concepto “Todo Incluido”, con un equipo que asegura la diversión de los más pequeños.
Otra opción es acudir a una ciudad como Marrakech, en la que es posible encontrar un riad con animación o con talleres orientados a los niños, como clases de cerámica o de cocina marroquí. Es una excelente manera de combinar visitas culturales con divertidas actividades pensadas para los pequeños, lo que se convierte en una oportunidad única para que tanto niños como mayores disfruten del viaje.
Inmersiones culturales
También existen familias que cuando deciden ir con sus hijos a Marruecos lo que buscan es una inmersión cultural, conocer lugares exóticos y con costumbres diferentes. Para ello, nada mejor que desplazarse a una ciudad y visitar sus puntos de interés.
Sin embargo, cuando se viaja con niños hay que saber compaginar los lugares culturales con aquellos otros que pueden resultar más atractivos a los pequeños. Por ejemplo, si se acude a Marrakech se puede utilizar la mañana para visitar el Palacio Bahía, la mezquita Kotoubia o la Plaza Jemaa El Fna, siempre que por la tarde se acuda a los Jardines Majorelle o los jardines Anima, donde los niños pueden jugar y correr a su antojo, o bien acudir a un museo que pueda resultarles curioso e interesante, como el Museo del Agua.
Planificar la estancia en una gran ciudad no solo ofrece la tranquilidad de saber que se tiene un rápido acceso a un servicio médico, algo que resulta clave para muchas familias. También conlleva la oportunidad de realizar divertidas actividades con los más pequeños.
Para niños algo más mayores, un paseo en globo, en calesa o en quad, una visita a las cascadas de Ouzoud o descubrir los pueblos de adobe colgados de las laderas del Alto Atlas en una excursión al valle de Ourika se convertirá en una auténtica aventura que disfrutarán por igual tanto niños como mayores.

Cuestiones logísticas
Una duda muy común entre padres de los bebés es saber si resulta más conveniente llevar una mochila o pañuelo de porteo o un carrito de bebé plegable. La respuesta depende de dos variables: qué ciudad vas a conocer y tus propias preferencias.
Las calles de Tánger, por ejemplo, son más estrechas, por lo que te resultará más interesante portear al bebé. En cambio, si te diriges a Asilah o a Marrakech los espacios son más amplios y llevar al bebé en un carro puede ser más cómodo. Si llevas ambas opciones no te equivocarás y podrás recorrer cualquier lugar de la ciudad, desde las amplias avenidas a los lugares más recónditos de la medida, con el simple hecho de plegar el carro cuando lo estimes oportuno. Existen carros plegables que no sobrepasan los seis kilos y que resultan muy convenientes cuando sales de viaje con tu bebé.
Por lo demás, tendrás que echar en la maleta lo que te llevarías en cualquier desplazamiento con un bebé fuera de tu hogar. En cualquier gran ciudad marroquí tendrás posibilidad de comprar cualquier artículo infantil que se te haya olvidado y tendrás a tu disposición servicio médico en caso de que lo necesites.
Viajar a Marruecos con niños supone descubrir el país desde su mirada y te ofrece la posibilidad de disfrutarlo sin prisas. Existe un amplio abanico de opciones apetecibles para las familias, desde el desierto a la playa, pasando por los resorts con animación, o las visitas culturales o de ocio que gustan a niños y mayores. Y todo ello sin grandes y cansados desplazamientos por carretera si centras tu actividad en una sola ciudad. Con la confianza de ir a un país seguro y amante de los niños, donde adentrarte en el exotismo de una nueva cultura y, sobre todo, donde niños y mayores tienen oportunidad de disfrutar. Unas vacaciones, en definitiva, llenas de magia.