Ifrit y yinn, los genios que atemorizan y fascinan a Marruecos
Los marroquíes viven a medio camino entre la realidad que les envuelve y la magia que habita en las leyendas que han escuchado desde niños, plagada de seres sobrenaturales. Las alusiones que se hacen en determinados fragmentos coránicos avalan la existencia de estas criaturas y justifican el empleo de amuleto y talismanes para hacer frente a una concepción de magia que, como ocurre en Occidente, se polariza entre el bien y el mal.
Dentro de la amplia profusión de seres mitológicos que abunda en las pesadillas marroquíes se pueden encontrar desde las criaturas más benévolas, que solo cometen pequeñas travesuras sin importancia, a las realmente dañinas, asociados a Iblís, el diablo.
Los genios de la tradición musulmana
En general, los marroquíes aprenden a diferenciar tres grandes grupos sobrenaturales: los ángeles que habitan en el Paraíso, los demonios que viven en los infiernos y los genios, que permanecen en el plano terrenal, compartiendo su día a día con los humanos y esperando el Juicio Final, en el que, como los hombres, serán juzgados.
Todos los genios proceden del fuego y son invisibles al ojo humano. Los ángeles fueron creados a partir de su luz, los demonios tienen como antecedente el humo y los genios proceden de la llama. Además, tienen el poder de tomar el aspecto de cualquier ser humano, y pueden convertirse en animales acuáticos o terrestres, en seres monstruosos mitad humano y mitad animal, e incluso en fenómenos atmosféricos, como vientos, nubes o tormentas.
Los genios pueden morir y pueden reproducirse, también con humanos. En ocasiones pueden ser amistosos con el hombre, aunque nunca dejan de mostrar un carácter difícil. Los marroquíes saben que, en cualquier caso, lo mejor es mantenerse alejados de ellos, por eso cuelgan de los umbrales de sus casas amuletos que impiden su presencia. Dentro de la vivienda, en cambio, queman incienso. Porque un genio que consiga atravesar los muros quedará encantado con su olor y no les hará daño.
El yinn en la cultura popular
El yinn es considerado el genio por excelencia. A medio camino entre el hombre y el ángel, este ser sobrenatural tiene una gran presencia en el mundo islámico, pudiendo adoptar cualquier forma imaginable.
El vocablo “yinn” proviene de “yanna”, que en lengua árabe se traduce como “oculto” o “misterioso”. Para algunos historiadores, su origen puede encontrarse en los antiguos dioses paganos anteriores al Islam, que fueron incluidos en la religión islámica adoptando el rol de genios.
En cualquier caso, los marroquíes creen que viven en el desierto del Sáhara o en los pozos, las fuentes o los árboles, por donde afloran a la superficie desde un universo paralelo que se encuentra bajo tierra. Jerarquizados en clanes y tribus, poseen una gran inteligencia. Beben leche y comen estiércol, orina, huesos y habas. Y pueden ser heridos o muertos a manos de los hombres, con quienes en ocasiones tienen descendencia. Su libre albedrío ha servido para justificar desde hace varios siglos los embarazos no deseados en las aldeas más remotas.
Dentro de las casas suelen tomar la forma de una serpiente, que saldrá sigilosamente de noche para cometer sus fechorías. Los marroquíes creen que, si oyen un ruido extraño cuando están durmiendo, es probable que se trata de un yinn que ha invadido su casa. Esto puede llegar a asustarles mucho, bajo la creencia de que son capaces de transmitir todo tipo de enfermedades, y conducirles a una pérdida de memoria, asfixia, desorientación, epilepsia o esterilidad.
Los yinn son capaces de hechizar tanto a niños como a adultos, y a veces abducen a un poeta manifestándose a través de su palabra y convirtiéndole en un maynún, o loco, dejándole abandonados a su suerte en un estado de permanente melancolía.
El ifrit de las leyendas
El ifrit es una figura que tiene sus orígenes en la demonología mesopotámica. Según la tradición, fueron los primeros en ser creados y se consideran superiores porque los hombres fueron creados con arcilla y ellos con el vaho de Alá.
Los ifrit pueden volar. Y cuando adquieren forma humana lo hacen bajo la presencia de un bellísimo joven. Además, pueden pasar de ser invisibles a convertirse de pronto en un remolino de viento o agua, o en una llamarada de fuego.
El ifrit es portador de enfermedades y se cree que puede raptar a las personas. En ocasiones, cuando una joven desaparece se cree que ha sido secuestrada por un ifrit, aunque las leyendas también describen casos en los que se ha establecido una relación de amistad entre un ifrit y un humano.
Algunas personas refieren que han visto, en lugares de difícil acceso, una figura de leona, con orejas de burro, senos al descubierto, uñas largas, pies de pájaro y pelo en completo desorden. Y es que los marroquíes aseguran que estos seres viven de una manera un tanto solitaria. A veces en cuevas y otras en palacios alejados de cualquier lugar habitado, en castillos sobre montañas, en islas o grutas subterráneas.
El genio de la lámpara
En el mundo occidental asociamos la figura del ifrit al genio de la lámpara de Aladino. Ello es debido a que, en Las mil y una noches, Sulaymán castigó a los ifrit que se negaron a seguir la religión de Alá encerrándoles en una lámpara mágica con un sello de plomo. Esta es la razón por la que el genio se convertirá en esclavo de aquel humano que consiga una de estas lámparas, ya que de él depende su libertad.
El genio es más poderoso que cualquier mago, brujo, hechicero o hada. Son las únicas criaturas mágicas que pueden conceder a una persona tres deseos, pero solo lo harán cuando estén encerrados en una lámpara. Es por ello que estos recipientes permanecen en lugares de difícil acceso, prácticamente inaccesibles. En cualquier caso, solo hay una posibilidad de que el genio vuelva a ser libre de nuevo: que el dueño de la lámpara pida ese deseo de corazón. Si esto ocurre, el genio será libre y se convertirá en un fiel amigo del hombre. Conservará su poder, pero no podrá concederle más deseos.
Los genios han trascendido la cultura marroquí llegando a Occidente a través del cine, el mundo de la televisión, el anime y los videojuegos. Así, en la película de Disney de Aladdín, aparece un yinn como genio de la lámpara, mientras que la figura del ifrit es su adversario, el hechicero Jafar.
También aparecen genios sobrenaturales en la serie de televisión American Gods, en el anime Bastard, o en los videojuegos de la saga Final Fantasy, Wizard101, The Sims o League of Legends. El misticismo de Marruecos se vuelve, así, universal.
Los marroquíes, especialmente quienes viven en aldeas remotas, creen en leyendas habitadas por genios. El ifrit y el yinn son seres sobrenaturales que les aterrorizan y fascinan a partes iguales. Bondadosos a veces y perversos en otras ocasiones, la relación con los hombres se pierde en una historia a medio camino entre la tradición, las escrituras coránicas y un pasado pagano que nunca ha dejado de ser trascendente en la literatura popular.