Hermanamiento entre ciudades españolas y marroquíes: un vínculo inquebrantable
En España hay diez ciudades hermanadas con otras tantas localidades de Marruecos, bajo el convencimiento de que ambas poblaciones puedan enriquecerse mutualmente. El hermanamiento entre ciudades españolas y marroquíes supone, pues, un vínculo inquebrantable, enriquecido con el paso de los años. Es buscar un punto de encuentro en el pasado y avanzar juntos hacia un futuro en común.

Una demanda social
La dinámica del hermanamiento se inició tras la Segunda Guerra Mundial entre ciudades francesas y alemanas. En los últimos años, tras la hermandad con ciudades latinoamericanas, las localidades españolas han vuelto la vista hacia su entorno más próximo: el norte de África, y de manera más destacada Marruecos.
Habitualmente, la hermandad se produce porque la ciudadanía lo demanda. A veces son las asociaciones de amigos de un país las que piden este acuerdo. En ocasiones es un aspecto cultural que ambas sociedades comparten el que invita al acercamiento. También puede desencadenarse por el interés a la hora de aprender una lengua o el seguimiento masivo a un club de fútbol del otro país. O incluso puede deberse a esa curiosidad que sentimos cuando vemos a una población que, salvando las distancias culturales, se parece en gran medida a la nuestra.
Una vez que ambas localidades han firmado el protocolo del hermanamiento comienza un intercambio enriquecedor de experiencias en múltiples ámbitos, desde el sociocultural al educativo, pasando por cuestiones medioambientales o relacionadas con la cooperación.

Ciudades hermanadas con Marruecos
El hermanamiento de la ciudad de Casablanca y Barcelona se remonta al 2004 y se ha visto reflejado en multitud de actos deportivos conjuntos a lo largo de estos años. Por su parte, Burgos y Settat tienen en común, además de su hermandad, el hecho de que ambas ciudades, que no superan los 200.000 habitantes, hayan sabido reinventarse a sí mismas gracias a una industria floreciente.
Cádiz y Tánger tienen en común su conexión a través del Estrecho. Desde Algeciras salen los barcos a Tánger MED, especialmente los más voluminosos, utilizados para el transporte de mercancías. En cuanto a Córdoba y Fez, ambas tienen en común un pasado que las une en el tiempo. En Fez había una zona poblada a principios del siglo IX por cordobeses que hoy lleva el nombre de barrio de los andalusíes. Merece la pena realizar una escapada a Fez solo para visitarlo.
Elche y Marrakech compartieron historia bajo la soberanía almohade y almorávide, y hoy tienen en común su hermoso palmeral. En un viaje por Marrakech lo podrás observar con calma. Y si de grandes ciudades hablamos, Madrid y Rabat basan su hermanamiento en el hecho de ser las capitales de ambos países.

Purchena y Alhucemas están hermanadas desde 1998. Las dos ciudades realizan intercambios culturales y encuentros de mujeres, y comparten jornadas deportivas y proyectos educativos interculturales. La ciudad almeriense se volcó en ayudar a la marroquí después de que ésta sufriera un desbastador terremoto en 2004.
Vejer y Chaouen se parecen porque dice la leyenda que un emir construyó Chaouen a imagen y semejanza de la ciudad andaluza, donde había nacido su esposa, para lograr que se sintiera como en casa. Se da la circunstancia que Chaouen y Ronda también están hermanadas. Por esta razón, en la localidad marroquí una de sus principales plazas lleva el nombre de la ciudad española. Una escapada a Chaouen siempre es una excelente ocasión para recordar a la localidad andaluza.
Por último, Terrassa y Tetuán están hermanadas desde 2002. A lo largo de estos años, y dentro del programa Terrassa Solidaria, varias ONGs locales catalanas se han desplazado hasta Tetuán para llevar a cabo diversos proyectos de cooperación en virtud de este hermanamiento.
La hermandad entre localidades es, probablemente, el mecanismo más sencillo y eficaz de cooperación entre dos ciudades, ya que permite acercar a dos poblaciones sin recurrir a la diplomacia entre Estados. Es un intercambio cultural que supone una oportunidad única de acercarte a quienes, por una u otra razón, te devuelven tu propia imagen en el espejo de la multiculturalidad.