Directores de cine marroquíes: una generación con nombre propio
Los nuevos directores de cine marroquíes han pasado a formar parte de una generación de cineastas que tienen claro su objetivo y luchan por conseguirlo. Ni siquiera la pandemia, que ha golpeado fuerte a la industria cinematográfica marroquí, ha logrado detenerlos. El resultado es que los nombres de los principales directores ya resuenan a nivel internacional, con logros hasta ahora inimaginables.

En el Festival de Cannes
La película Casablanca Beats, del director de origen marroquí Nabil Ayouch, fue elegida como una de las aspirantes a la Palma de Oro del Festival de Cannes 2021. El film es el primero de origen marroquí que se proyecta en el festival desde 1962, y cuenta la historia de un grupo de jóvenes que siente la necesidad de comunicarse a través del hip-hop en el barrio de Sidi Moumen, en Casablanca.
Ayouch, nacido en París, ha tenido siempre presente sus orígenes marroquíes, que su padre se encargó de transmitirle. Casado con la actriz y cineasta marroquí Maryam Touzani, su obra ha recibido el respaldo internacional tras haber competido en festivales tan prestigiosos como de Montreal y posteriormente el de Cannes. “La elección de la película para los festivales supone un reconocimiento al gran esfuerzo de los actores y del resto equipo por hacer justicia al cine marroquí”, señala.
Dirigiendo a Batgirl
Otros dos directores marroquíes cuyos nombres resuenan a nivel internacional son Adil El Arbi y Bilall Fallah, que se denominan a sí mismos como Adil & Bilall. Con una prolífera trayectoria a sus espaldas, los directores se encargarán de dirigir la película Batgirl, que se ha convertido en una prioridad para Warner y DC Films.
La película, que probablemente se estrenará en HBO Max, lleva tomando forma varios años y finalmente se va a rodar a las órdenes de estos dos cineastas, que se conocieron en la escuela de cine hace más de una década. Su éxito llegó cuando dirigieron algunos episodios de la serie Ms. Marvel de Marvel Sutdios para la plataforma Disney+, y Bad Boys for Life, la tercera película de la saga Bad Boys.
Conocidos por la energía que desprenden en los rodajes, es probable que su pasión por el cine los convirtieran en los elegidos para dirigir la adaptación de los comics de DC. Los amantes de la superheroína de Gotham esperan con entusiasmo una película que llevará el sello de los directores marroquíes.
Por amor al cine
Entre los directores de cine marroquíes que también triunfan en la industria destacan nombres como Mohamed El Badaoui, nacido en el pueblo bereber de Alhucemas, en el Rif. Allí pasó su infancia hasta que se trasladó a vivir a Europa.
Mohamed El Badaoui regresó a su localidad natal para grabar su primer largometraje, Solei-man, que compitió con gran éxito en el Festival Internacional de Cine de El Cairo en 2012. Se trataba de la primera película en la lengua tarifit, el dialecto del norte de Marruecos, y destacaba por utilizar el lenguaje visual como vehículo de comunicación con el espectador.
En 2018, el director de cine regresó a Alhucemas a rodar Lalla Aïcha, una coproducción marroquí-española que sabía combinar a la perfección la comercialidad necesaria para que una película se proyecte en las salas con la belleza cinematográfica de quien tiene una historia interesante que contar.
Este director de cine marroquí, que vive a caballo entre España y Marruecos, es reconocido, además, por su firme compromiso con la industria cinematográfica y su gran amor por el cine. En sus rodajes mantiene las puertas abiertas para que directores y estudiantes de cine locales puedan tener la experiencia de ver en primera línea cómo se realiza el trabajo.
Un país de tradición cinematográfica
El cine en Marruecos tiene sus orígenes con Le chevrier marocain, la primera película rodada en el país. En 1895, el equipo de Louis Lumière, uno de los padres del cine, se desplazó a Marruecos para rodar diferentes secuencias en vídeo que formarían parte de una serie documental. Desde entonces y hasta los años 40 del siglo XX, Marruecos se convirtió en el plató de numerosas películas de éxito internacional, la mayoría rodadas en Ouarzazate.
En 1944 se creó el Centro Cinematográfico Marroquí (CCM), órgano regulador del séptimo arte en el país, y se inauguraron algunos estudios de cine en Rabat. Fue el impulso que se necesitaba para la creación de los festivales de cine del país, entre ellos el Festival de Cine Mediterráneo, primero en Tánger y posteriormente en Tetuán; el festival Nacional de Cine de Rabat y el Festival Internacional de Cine de Marrakech.
Mujeres cineastas
Desde mediados de los años 90, algunas mujeres procedentes del mundo árabe se han sumado a la industria cinematográfica como directoras de cine. Las primeras, como Aziza Amir o Assia Dagher, contaban con una formación autodidacta y tuvieron que enfrentarse a un mundo tradicionalmente masculino.
Hoy en día, las directoras de cine tienen estudios universitarios y tratan de mostrar lo que ocurre en sus países de origen, con especial interés en el universo femenino. Cosmopolitas, bilingües y con experiencia, sus nombres cada vez tienen más peso en la industria. Es el caso de Meryem Benm’Barek y su primer largometraje, Sofía, que en 2018 se hizo con el premio al Mejor Guion en la sección Un Certain Regard de Cannes.
Industria y pandemia
La pandemia del COVID-19 ha supuesto un paréntesis forzado en la industria cinematográfica marroquí, ya perjudicada por el pirateo de películas y creciente popularidad de las plataformas de pago. En 2020, un total de 25 películas habían terminado su rodaje y estaban pendientes de ser estrenadas en las sanas de cine, pero solo algunas de ellas consiguieron ser preestrenadas en el transcurso de la última edición del Festival de Cine de Tánger, que tuvo lugar entre el 28 de febrero y el 7 de marzo de 2020, justo antes del estado de emergencia que cerraría las salas. Muchos de los films todavía siguen pendientes de fecha de estreno.
Durante el confinamiento, el director del Centro Cinematográfico Marroquí, Sarim Fassi Fihri, decidió proyectar alrededor de 50 películas marroquíes de forma gratuita en la web del CCM para compensar a los amantes del cine el cierre de las 27 salas que tiene Marruecos.
A pesar de las dificultades, algunos directores de cine marroquíes tienen ya una trayectoria internacional consolidada y otros comienzan a hacerse hueco en la industria de un país con una gran tradición cinematográfica. Su pasión por el séptimo arte es su mejor sello de presentación y lo que reconoce cualquier espectador que se instala ante la pantalla para dejarse llevar por la magia del cine.