Los coches que ponen el acelerador de ventas en Marruecos
Las ventas de coches en Marruecos, tras una época de altibajos, parecen estabilizarse, con Dacia como líder año tras año, donde uno de cada tres vehículos que se compran en el país es de esta marca.
En un país donde nueve de cada diez vehículos son diésel y en donde muchos taxistas aún se aferran a sus modelos Mercedes-Benz 240 por su solidez a la hora de hacer frente a más baches de los deseados, Marruecos apuesta por ir transformando su parque hacia los modelos eléctricos o híbridos, y a aumentar su capacidad hasta alcanzar los objetivos de una producción de un millón de vehículos en 2025.

Marcas más vendidas
Dacia, como parte integrante del Grupo Renault, es la marca de coches más vendida de Marruecos, y el Dacia Sandero, desde que se fabrica en Casablanca y Tánger, se ha convertido en el turismo más solicitado, por su precio económico en comparación con otros modelos, lo que constituye el primer argumento de ventas.
Le siguen el Dacia Logan y el Dacia Dokker, como top 3 de ventas, aunque sin perder de vista al Renault Clio, que en los últimos años también ha presentado un gran interés, y a otras marcas como Peugeot y Hyunday, situadas a más distancia, pero que nunca han dejado de estar presentes en el ranking de los coches más vendidos de los últimos años en Marruecos.
El futuro de la industria automovilística
Marruecos apuesta claramente por el sector automovilístico, dispuesto a convertirse en una potencia en la producción de vehículos en el continente africano y uno de los grandes exportadores de turismos a la Unión Europea, aprovechando los acuerdos preferenciales de comercio con el continente europeo y su cercanía.
Con fábricas de Renault y PSA en Casablanca, Tánger y Kenitra, el objetivo de Marruecos es que uno de cada tres vehículos fabricados en los próximos dos años sea eléctrico o híbrido.
Además, Marruecos quiere aumentar las ventas a nivel nacional, teniendo en cuenta que los coches en este país ya se consideran casi un bien de primera necesidad. Aunque los modelos económicos son los más vendidos, para la categoría de los coches de lujo Mercedes-Benz siempre se sitúa a la cabeza, seguida de BMW y de la marca Audi, a una mayor distancia.

Taxis Mercedes-Benz
La historia de amor entre los taxistas y el modelo Mercedes-Benz 240 se ha mantenido inquebrantable en las últimas décadas, lo que le sitúa a esta marca a la cabeza de los vehículos de lujo más utilizados.
Y todo ello a pesar de los incentivos estatales, orientados a que el colectivo de taxistas pudiera renovar sus vehículos. El plan renove se lanzó en el año 2014 y se ha mantenido activo a lo largo de los últimos años, sin que haya dado los resultados esperados. Esto hace que aún puedan verse circulando estos vehículos, con capacidad para siete viajeros, mientras que en muchas otras partes del mundo son piezas de coleccionistas.
Los taxistas, a los que les cuesta hacer el desembolso que supone un coche nuevo a pesar de las ayudas, coinciden en que es un modelo robusto y resistente, que no se suele averiar y perfecto para acometer grandes distancias por carreteras sin asfaltar. A ello se le une el hecho de que las piezas de repuesto son fáciles de conseguir y los talleres de Marruecos son especialistas en las reparaciones.
El Gobierno, sin embargo, hace alusión a la falta de seguridad que supone llevar un modelo de más de 20 años de antigüedad, en el mejor de los casos, que además resulta mucho más contaminante que los modelos actuales.
El Bacha y su taxi de Essaouira
Uno de los ejemplos de la historia de amor entre los taxistas marroquíes y los taxis Mercedes-Benz saltó a la luz con un vídeo de Mohamed El Bacha, taxista en Essaouira, que se volvió viral.
El Bacha hablaba con auténtica devoción de su coche, que llevaba más de 40 años conduciendo y que tenía, según sus cálculos, varios millones de kilómetros, sin que su cuentakilómetros, ya estropeado, pudiera decir si era cierto.
El taxista marroquí, que recorría cada día 500 kilómetros de media y sufría si alguien cerraba la puerta de su taxi dando un portazo, insistía en que su coche no le había dejado tirado nunca. Ya hace tres seis años, soñaba con que su hijo siguiera sus pasos y se pusiera al mando de su incombustible taxi, capaz de sortear las piedras del camino y el calor del desierto sin que su motor diera signos de fatiga.
Su pista se perdió en el tiempo, pero su ejemplo se repite en todos los taxistas de las grandes ciudades que contestan así cuando se les consulta por qué no se acogen a las subvenciones del Gobierno: Y si mi coche funciona, ¿por qué lo voy a cambiar?
Y mientras los viejos dinosaurios disfrazados de taxis siguen circulando por las grandes ciudades, quienes se animan a comprarse un vehículo se decantan por Dacia, por su precio competitivo, en un país que ya ha comenzado el camino para hacer del automóvil uno de sus principales motores económicos.