Casablanca: una película a medio camino entre el mito y la realidad
El director y los actores principales de Casablanca eran ampliamente conocidos en Hollywood cuando se rodó la película, pero lo cierto es que ninguno de ellos fue consciente de que el film iba a convertirse en todo un clásico. Un cúmulo de casualidades hizo que así fuera, encumbrando una película que evoca a la ciudad marroquí aunque ni una sola de sus escenas fuera rodada en ella.

El argumento de una película mítica
La película es una historia que sabe combinar a la perfección tres de las grandes temáticas del cine: el amor, la guerra y la política. El drama se desarrolla en Casablanca, durante la Segunda Guerra Mundial. La ciudad se ha convertido en lugar de encuentro de todos los que huyen del nazismo y de la que es difícil salir si tu nombre está en la lista de la Gestapo. Es lo que le ocurre a Víctor Laszlo.
La única esperanza para Laszlo es Rick Blaine, el propietario de uno de los más concurridos cafés de la ciudad y ex amante de su esposa Ilsa Lund, quien ofrece a Rick quedarse con él a cambio de un visado para su marido. Rick debe decidir si es fiel al idealismo que siempre ha regido su vida o se queda con la mujer de sus sueños, a la que siempre ha amado.

Sin rastro del café de Rick
Todas las escenas de la película están situadas en la ciudad de Casablanca, aunque por aquella época estaba muy lejos de poseer el glamour con el que aparece en la película. De hecho, muchos piensan que la Casablanca que se describía en el film en realidad se parecía más a Tánger, que por entonces gozada de un status internacional parecido al que se reflejaba en el film.
Son muchos los turistas que acuden a Casablanca con la intención de visitar el café de Rick. Imposible encontrarlo porque la película fue rodada íntegramente en EE.UU. Todas las escenas fueron filmadas en los estudios de la Warner en California, con escenarios en gran parte reciclados de otras películas. La única que se rodó en exteriores fue la del aeropuerto y para ello se utilizó un aeródromo de Los Ángeles. Muchos cinéfilos se sienten desilusionados cuando conocen esta realidad, pero ¿qué sería del cine sin el apoyo de la imaginación?

Anécdotas de un clásico
El hecho de llevar el nombre de Casablanca sin que la película fuera rodada en Marruecos es solo una más de las grandes anécdotas que han contribuido a encumbrar la película. Aunque el film tuvo una buena cogida de público y crítica en su estreno, lo cierto es que vio aumentada su fama cuando la sala de cine The Brattle, en Cambridge (Massachusetts) decidió reprogramarla durante tres semanas al año. Los estudiantes de Harvard comenzaron a asistir a los reestrenos imitando el glamouroso estilo de vestir de los años 40. Los medios locales y nacionales se hacían eco del evento año tras año y la película permanecía siempre en el imaginario colectivo hasta el punto de llegar a ser calificada por Billy Wilder como “la película más amada de la historia”.
Como curiosidad, antes de ofrecer a Bogart el papel de Rick se pensó en Clark Gable y posteriormente en Ronald Reagan, cuyo nombre llegó a aparecer como protagonista en los primeros materiales promocionales que se distribuyeron a la prensa. Por su parte, el papel de Ilsa estaba escrito para Rita Hayworth, aunque posteriormente se pensó en Anna Sheridan o en Hedy Lamarr para el personaje. A pesar de ello, los guionistas consideraron que la sueca Ingrid Bergman tenía la calidez, la ternura y el brillo necesarios para la interpretación del personaje y por este motivo fue finalmente elegida.
La química entre Bogart y Bergman era más que evidente, aunque en todas las escenas en las que aparecen juntos él está subido a un cajón, invisible a los ojos del espectador, ya que el actor era 20 centímetros más bajo que la actriz.

Las frases más famosas del film
Otro de los grandes mitos que se caen cuando analizamos la película pertenece a las frases que la han hecho célebre. En realidad, ni en el film original ni en el doblado se escucha decir “Tócala otra vez, Sam”. Lo que en realidad le dice Ilsa a Sam, el pianista más famoso de la historia del cine, es “Tócala una vez, Sam, en recuerdo de los viejos tiempos”. En cuanto a la famosa frase “Creo que esto es el comienzo de una gran amistad”, se incorporó una vez finalizada la grabación, por deseo de un productor de la Warner.
Realmente la improvisación fue una tónica en la película. El guion iba cambiando a medida que se desarrollaba el rodaje. Ni siquiera los actores sabían si Ilsa finalmente se quedaría con Rick o con Víctor, algo que desorientaba incluso a la propia actriz, que constantemente pedía que alguien le revelara el final para poder interpretar mejor a su personaje.
Casablanca ocupa el tercer puesto de la lista de “Las 100 películas que todo el mundo debería ver” según el Instituto de Cine Estadounidense. Quizá sea por la calidad de los diálogos, la inquietante fotografía del film, la sugerente interpretación de los actores y la brillantez en su dirección, pero lo cierto es que, pese a todas las anécdotas y curiosidades que circulan alrededor de la película, o quizá incluso por ellas, es considerada hoy todo un clásico.