Las 5 mejores cascadas en Marruecos: un paisaje idílico más allá de los tópicos
Cada vez hay más personas que hacen un viaje pensando en espacios naturales más allá de los tópicos que todo el mundo espera encontrar. Preciosas playas, frondosos valles, el más puro ambiente montañero… ¡y también cascadas! Cataratas que no solo deberían ser una parada más de nuestra ruta, sino una visita obligada para quien busca conectar con la naturaleza y relajarse en un paisaje idílico.

Cataratas de Ouzoud
Situadas a 150 kilómetros de Marrakech, las cataratas de Ouzoud son, problablemente, las más conocidas de Marruecos. Un vergel en la provincia de Azilal, enmarcado por las montañas del Atlas, y el mejor descanso cuando el calor aprieta y te apetece llenarte los ojos de agua y dejarte llevar por el frescor de la vegetación.
En los días más cálidos primavera las cataratas son espectaculares y hay quien aprovecha la visita para darse un baño, a pesar de que la temperatura de las pozas es muy fría. El salto de agua, que cae a 110 metros de altura, impresiona por su altura. Para recorrer la zona y ver las cataratas desde diferentes ángulos, nada mejor que hacerlo por la escalera que las rodea. Eso sí, a los más atrevidos les esperan nada menos que mil escalones.

Cascadas de Paradise Valley
A menos de 60 kilómetros de Agadir se encuentran estas exuberantes cataratas, que se encuentran en todo su esplendor a principios de la primavera. En esta época del año nos esperan múltiples saltos de agua y pozas de un precioso verde esmeralda, además de un silencio que permite disfrutar inmensamente del paisaje.
En verano, sin embargo, la zona se llena de niños jugando, jóvenes lanzándose al agua, y familias que han ido a pasar el día a este espacio natural. Un lugar lleno de vida para conectar con la naturaleza y darse uno de los mejores baños de la temporada estival.

Cataratas de Akchour
A una treintena de kilómetros de Chaouen, en el valle del Rif, se encuentran las cascadas de Akchour, pertenecientes al Parque Nacional de Talassemtane. Son, en realidad, varios saltos de agua, que se pueden recorrer al completo en unas seis horas, en una ruta no muy exigente, donde se pueden realizar varias paradas para comer y tomar fotos.
La cascada principal, que aparece ante nuestros ojos tras seis kilómetros de recorrido, se encuentra en un impresionante acantilado de 100 metros de altura. Quien no quiera irse tan lejos también puede disfrutar de cataratas más pequeñas, que caen a pozas de aguas cristalinas y rodeadas de flores, lo que hace aun más idílico el lugar.
Cascada de Oum Rabia
La Cascada de Oum Rabia se encuentra a 140 kilómetros de Fez. Con impresionantes acantilados de un hipnótico color rojizo, impresiona ver esta cascada cuyas aguas van a dar al río que le da nombre, el más grande y uno de los más importantes y caudalosos de Marruecos.
El nacimiento del río es un lugar mágico, con una gran vegetación en medio de las montañas escarpadas. Entre marzo y mayo, aprovechando que lleva mucha agua por el deshielo, se puede hacer piragüismo y kayak por el cañón, aunque los menos aventureros pueden disfrutar simplemente con un reconfortante té o un riquísimo tajine en cualquiera de las tiendas o restaurantes que se encuentran justo al borde del agua.

Cascada del Valle de Ourika
A unos 50 kilómetros de Marrakech, el Atlas alberga la que para muchos es uno de los mejores recorridos con cataratas de Marruecos. Comienza en el pueblo de Setti Fatma, en pleno valle de Ourika, uno de los mejores conservados del país. Nos esperan nada menos que siete cascadas, cada una de ellas más alta que la anterior.
El camino se complica ligeramente a medida que vamos avanzando, con algunos tramos en los que será necesario subir por escaleras de madera o incluso trepar entre las rocas. Pero nada que un buen calzado y un espíritu aventurero no pueda superar.
Marruecos es también vegetación, ríos, valles frondosos y preciosas cascadas. Paisajes únicos que quedan para siempre en nuestra memoria, ideales para darse un baño en verano, para disfrutar del caudal del agua en invierno y disparar cientos de fotografía en primavera o en otoño. Con el bullicio de la gente o la soledad de quien busca los paisajes de agua lejos de la temporada alta. Si vas a Marruecos, no olvides visitar sus cataratas, un paisaje más allá de los tópicos que esperas encontrar.