Las carreteras de Marruecos más bonitas: paisajes que merecen la pena
Estas son algunas de las carreteras más bonitas de Marruecos. Recorridos fascinantes que dejan huella en el corazón de quien se atreve a introducirse en el paisaje y dejarse llevar por su belleza.

Las palmeras del valle del Ziz
El valle del Ziz, esculpido por el río del mismo nombre, conforma un paisaje único, especialmente donde el río dibuja una icónica hoz que obliga a sacar la cámara a cualquier viajero. Este valle es una auténtica encrucijada de caminos. Por él pasan quienes se dirigen al desierto de Merzouga, o quienes hacen el recorrido de Fez a Erfoud en cualquiera de sus direcciones.
La carretera atraviesa un auténtico vergel de palmeras. En cualquier recodo del camino se puede dejar el vehículo y pararse a escuchar los pájaros, disfrutando del paisaje, siempre verde, a la sombra de las palmeras.

La serpenteante garganta del Dades
La carretera serpenteante que atraviesa la garganta del Dades se abre paso a través de acantilados de más de 300 metros de altura. Todo un espectáculo de la naturaleza que convierte a la ruta en una experiencia inolvidable.
A lo largo de 25 kilómetros las kasbahs se funden con un paisaje áspero. El culmen de esta carretera es la zona en la que la arenisca roja dibuja formas caprichosas conocidas como “Dedos del Mono”. La vista desde la cumbre merece el tramo de pronunciadas curvas no apto para personas proclives a marearse.

El peligroso puerto de Tizi n’Tichka
El puerto de montaña de Tizi n’Tichka atraviesa la cordillera del Atlas alcanzando los 2.260 metros de altura sobre el nivel del mar. Es un paso que fue construido por el ejército francés en 1936 y fue pensado en su origen para uso militar.
Tizi n’Tichka es punto de paso por quienes se desplazan entre Marrakech y las primeras dunas del Sahara, y está considerado como una de las carreteras más peligrosas del mundo, especialmente en época de verano, cuando aumenta el trasiego de lugareños y turistas, o en invierno, ya que la nieve puede entorpecer el paso. En cualquier caso, merece la pena disfrutar del puerto de montaña más alto del norte del continente africano por sus inconmensurables vistas.

Hacia el desierto de Erg Chebbi
Si quieres vivir de cerca el desierto del Sáhara y no puedes recorrerlo en 4×4, la zona más accesible es la carretera que une Merzouga con Erg Chebbi, cercano a la frontera con Argelia.
El desierto de Erg Chebbi mide unos 22 kilómetros de largo por cinco de ancho, y esconde alguna de las dunas más importantes de Marruecos, de hasta 150 metros de altura. Disfrutar del desierto al atardecer es una experiencia inolvidable. Para ello puedes quedarte en un alojamiento cerca de las dunas o en un campamento instalado en el mismo desierto.

El misterio de la Ruta de las Mil Kasbahs
La conocida como Ruta de las Mil Kasbahs conecta la cordillera del Atlas y sus cumbres nevadas gran parte del año con el desierto del Sáhara. En su transcurrir podrás encontrar valles dominados por kasbahs, una de las construcciones arquitectónicas más características de Marruecos.
En la Ruta de las Kasbahs, el ksar de Ait Ben Haddou es un alto en el camino que no hay que perderse. Este pueblo amurallado y construido en adobe, flanqueado por torres de vigilancia, se alza inalterable al paso del tiempo, rodeado de los interminables valles de la comarca que han servido de escenario a numerosas películas como Lawrence de Arabia, Gladiator, La Momia o Babel.

De Agadir a Essaouira con olor a mar
Para conocer la costa marroquí nada mejor que desplazarse desde Agadir a Essaouira por la carretera que bordea el mar. No hay que perderse la playa de Taghazout, donde disfrutar del más puro ambiente surfero y de ambiente pescador que aún se respira en el pueblo.
Desde Taghazout a Tamri la carretera no se despega del mar y detrás de cada curva tienes la oportunidad de encontrarte con una preciosa playa que te invitará a hacer un alto en el camino. Debes calcular que la ruta te llevará más tiempo del que supones porque es muy difícil pasar por alto la tentación.
Si recorres Marruecos de Norte a Sur encontrarás más de una sorpresa. El camino más monótono se puede convertir de pronto en un maravilloso paisaje al otro lado de la ventanilla. Más allá del volante se abre un mundo mágico por descubrir.