Bayt Dakira abre sus puertas como Museo de la Memoria Judía de Essaouira
La religión musulmana y judía han coexistido en Marruecos desde tiempos inmemoriales. Precisamente para preservar la memoria judeo-marroquí ha abierto sus puertas en la ciudad de Essaouira, Bayt Dakira, también conocido como el Museo de la Memoria Judía.
Este espacio cultural y espiritual, situado en el barrio judío de la ciudad, refleja la estrecha relación que ha habido entre ambas comunidades religiosas en Marruecos a lo largo de los siglos. Una coexistencia que se ha mantenido estable incluso cuando las condiciones históricas eran proclives a provocar fisuras, como fue la consolidación del régimen nazi en Alemania.
La monarquía marroquí siempre ha protegido a la comunidad hebrea y hoy se encuentra decidida a mantener su legado, con espacios como este Museo de la Memoria Judía, que ha sido levantado con la colaboración del Ministerio de Cultura de Marruecos y que fue inaugurado recientemente por el Rey de Marruecos, Mohammed VI.

El legado de una historia común
Actualmente se calcula que hay unos 14 millones y medio de judíos en el mundo. Unos seis millones y medio, viven en Israel, mientras que en Marruecos viven unos 2.000 actualmente, frente a los más de 250.000 que llegó a haber en los años sesenta.
La inauguración de Bayt Dakira se une a diferentes programas puestos en marcha en los últimos años que tienen como objetivo restaurar los lugares históricos judíos existentes en Marruecos. Sin embargo, Bayt Dakira no pretende ser un museo al uso con un programa concreto, sino un espacio orgánico que vaya creciendo en función de las aportaciones, y que ayude a entender las tangencialidades entre la cultura judía y musulmana . Lo demuestran los anagramas situados a la entrada, que fusionan los tradicionales saludos en ambas lenguas entremezclando sus palabras. “Salam Lekoulam” y “Shalom Alayjoum” dan la bienvenida al visitante.

Un espacio pedagógico y espiritual
El Museo de la Memoria Judía está situado en una antigua casa, hoy rehabilitada, propiedad de una familia de comerciantes judíos. El patriarca murió en Londres y su mujer, al no poder repatriar el cuerpo, decidió rehabilitar la sinagoga Slat Attia, situada en el inmueble y que hoy forma parte del conjunto.
Además de este espacio destinado a la oración, en Bayt Dakira se pueden contemplar diferentes objetos y antigüedades relacionadas con la religión hebrea, como una antigua torah, o curiosidades relacionadas con las tradiciones judías, como una silla de circuncisión. También documentos históricos y fotografías antiguas, que contribuyen a recrear la memoria histórica de la religión hebrea.
En otro apartado del museo se pueden encontrar paneles informativos que muestran información acerca de importantes personajes judíos con orígenes marroquíes que han tenido su lugar en la Historia, como el primer senador judío en EE.UU., e información sobre cómo ha influido en Essaouira la cultura judía.

Donaciones y biblioteca
Paralelamente, el edificio acoge también el centro internacional Haim y Celia Zafrani de investigaciones sobre la historia de las relaciones entre el judaísmo y el islam. Además, desde su inauguración no han dejado de llegar donaciones de judíos diseminados por el país, lo que ha provocado que, gracias a la gran cantidad de libros recogidos, pueda hacerse una biblioteca que estará situada en la segunda planta del edificio y que será inaugurada en los próximos meses.
La Byat Dakira se ha convertido en sus escasas semanas de vida en uno de los lugares de imprescindible visita en cualquier excursión a Essaouira. Un lugar donde preservar la memoria hebrea y un recordatorio de que las religiones islámica y judía siempre han sabido convivir en el país marroquí. Este Museo de la Memoria Histórica es la evidencia de una convivencia en la que cultura, religión, tradiciones e historia se dan la mano.