Abdelfattah Kilito, el novelista marroquí de legado árabe
Abdelfattah Kilito es uno de los novelistas más destacados de Marruecos y uno de los escritores árabes más reconocidos internacionalmente. Nacido en Rabat en 1945, e hijo de una familia de intelectuales, Kilito creció felizmente en la medina de esta ciudad, combinando la libertad que le proporcionaban las calles con la oportunidad de estudiar que le ofrecía su familia, aprendiendo francés a los seis años y posteriormente alemán.
El joven Kilito muy pronto se interesó por las letras. Una temprana vocación que le hizo estudiar Literatura Francesa en la Universidad Mohammed V de Rabat, para posteriormente continuar sus estudios en Francia, donde profundizó en la Literatura Árabe Clásica, obteniendo un doctorado en la Universidad de París.
A lo largo de su carrera, el autor, que ha trabajado como profesor en la Universidad Mohammed V, ha dado clase también como profesor invitado en prestigiosas instituciones y universidades de todo el mundo, entre ellas la Sorbona, Princeton, Harvard, la Universidad de Ámsterdam, la de California, la de Indiana o el Colegio de Francia.
Dualidad a flor de piel
Abdelfattah Kilito se ha debatido en una dualidad que ha marcado su vida y su obra. Fiel amante de la lengua árabe, también escribía en francés, por lo que se confesaba como un “escritor ambidiestro”, que se sentía igual de cómodo escribiendo en árabe -la lengua histórica del deber, según apuntaba- o en francés -la lengua del placer, según la definía-.
A pesar de bucear en la reflexión sobre las funciones del escritor y el traductor a lo largo de su vida, considerando que “un libro no traducido solo está publicado a medias”, era incapaz de traducir su propia obra, por un terror inaudito a hacer la relectura de cualquiera de sus libros.
Este terror escénico le empujó a contar con la ayuda de grandes traductores profesionales cuando se internacionalizó su carrera, entre los que destacó Marta Cerezales Laforet, encargada de la traducción de sus principales obras al español, especialmente en los últimos veinte años, ya que antes el autor había sido ignorado en el mercado editorial de habla hispana, aunque despuntaba en otros mercados, como el inglés o el italiano.
Como un funambulista de las letras, Kilito aseguraba que era necesario bucear en la literatura más antigua y la poesía preislámica para poder arrojar luz a la literatura moderna actual, más apoyada en la creatividad que en la tradición. De esta manera, algunas de sus obras recuerdan la novela picaresca española, con pequeños relatos que no tienen relación aparente entre sí, pero que están unidos por un hilo conductor casi invisible. Ensayos que parecen fábulas y novelas que se leen como ensayos. “El paraíso debe tener forma de biblioteca”, suele decir el autor.
En defensa la lengua árabe
Detrás de ensayos como El que buscamos vive al lado, La curiosidad prohibida, o El ojo y la aguja se encuentra la impronta que le causó el libro Las mil y una noches, el libro que su admirado Borges definía como “infinito y circular”, y cumbre de la literatura árabe clásica. Fue el primer libro que leyó Kilito, tal y como confesaría ya de adulto, convirtiéndose en una obsesión para el autor, que dedicó gran parte de su vida a su estudio.
De hecho, en El ojo y la aguja, el autor hace alusión a una metáfora que utiliza habitualmente el narrador de Las mil y una noches para destacar que cualquiera buena historia debería merecer escribirse en el rabillo del ojo con una aguja muy fina.
Por otra parte, la defensa de la cultura árabe se ha convertido en un elemento diferenciador y una seña de identidad de Abdelfattah Kilito, quien ha dedicado una gran parte de su vida a explorar temáticas como la identidad, la lengua, la historia y la religión árabe, para después poder empapar sus obras con los resultados de su labor investigadora.
En su haber podemos encontrar novelas, cuentos, ensayos y crítica literaria. Entre sus obras más destacadas encontramos El autor y otros cuentos, Las babuchas de Abu Kasem, No hablarás mi lengua, La lengua de Adán, Hablo todas las lenguas, pero en árabe, y la novela La controversia de las imágenes. En muchas de ellas, Kilito habla de los grandes temas literarios, como el oficio de escritor, el afán lector, la naturaleza de la ficción, la traducción y la literatura como aglomerante de culturas.
Asimismo, en un artículo publicado en 2015 en el New York Times, Kilito escribió sobre la importancia de la literatura en árabe y cómo puede ser un puente entre las culturas árabe y occidental. El autor argumentaba que la literatura en árabe debe ser valorada y promovida para evitar la pérdida de una rica tradición literaria.
Contribución a la cultura
La contribución de Abdelfattah Kilito a la literatura y la cultura, sin embargo, va más allá de sus obras escritas. El infatigable e incansable defensor de la promoción del árabe como lengua literaria ha trabajado activamente a lo largo de su vida para preservar la rica tradición literaria del mundo árabe. Como académico, ha publicado estudios y ensayos sobre la literatura árabe, pero también ha sido un firme defensor de la educación y la investigación en este campo.
De esta manera, el autor ha sido un participante activo en festivales de literatura y cultura en todo el mundo y ha organizado eventos culturales en Marruecos. Además de escribir artículos para revistas como Poétique y Studia Islamica, ha sido un gran crítico constructivo de la política cultural en su país, abogando por una mayor inversión en la educación y la cultura y una mayor apertura a la diversidad cultural.
En reconocimiento a sus logros literarios y culturales, Kilito ha recibido numerosos premios y distinciones a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio de la Academia Francesa de 1996 y el Premio Sultán Al-Owais en 2006. En 2023 recogió en Riad el Premio Rey Faisal de Lengua y Literatura Árabe, que tras 45 ediciones ya ha galardonado con anterioridad a personalidades que después recibieron el Premio Nobel.
“El ingenio del profesor Kilito surgió al interpretar varias obras narrativas árabes a través de un estudio extenso, y al presentar la narrativa árabe al lector promedio de una manera clara y precisa”, señalaron en la ceremonia donde se le concedió el premio. Por su parte, el novelista marroquí salió al escenario para agradecer el premio que, según sus palabras, sería un aliciente para continuar su obra, al tiempo que recordó a los maestros de diferentes nacionalidades que le inspiraron a la hora de sentarse a escribir.
Un autor de valor añadido
La obra de Abdelfattah Kilito habla fronteras entre la realidad y la ficción, pero sobre todo de sorpresas metaliterarias y de escritores, bibliotecas, letras y libros. Y englobando todo ello trata la cultura árabe para hacer un reconocimiento a su literatura, y todo ello sin necesidad de explicar que quizá muchos de sus libros tienen un punto autobiográfico. Como gran paradoja, Kilito suele hacer alusión a que “solo se puede hacer autobiografía cuando se ha sufrido mucho o cuando es necesario autojustificarse”.
Como autor a medio camino entre la ironía y el humor, y gran amante del árabe, hoy se le reconoce tanto dentro como fuera de las fronteras de Marruecos. Kilito se mueve como pez en el agua entre las grandes obras clásicas, especialmente Las mil y una noches, que le sirvió para asentar las bases de una literatura actual, con un género a medio camino entre el ensayo, la ficción y la realidad.
El valor añadido de este autor consiste en presentar la historia árabe de la forma más clara, aunque sus obras son traducidas por otros porque su autocrítica le impide releer su obra con la perspectiva del tiempo. Hombre de cultura, amante de la literatura árabe y de los encuentros culturales, su obra se proyecta desde Marruecos al mundo, recibiendo reconocimientos como el Premio Rey Faisal, que premia su trayectoria literaria, pero también su incansable labor en pro de la cultura árabe, su gran valor añadido.