Riad Assilah en Chaouen
Actualizado el 25/04/2016
Hola a tod@s y bienvenid@s como cada martes a una nueva entrada del blog! Hoy me gustaría empezar la entrada con una reflexión que es más probable que me hayáis escuchado alguna vez, pero que nunca me cansaré de decir: lugares en Marruecos hay para todos los gustos y colores, pero si hay uno en concreto al que nunca me canso de ir, ése es Chaouen.
La cuestión es que, haciendo repaso de entradas, me he dado cuenta de que no publicaba ninguna relacionada desde … ¡el año pasado! … así que, después de unos cuantos llevarme las manos a la cabeza por aquí y algunos aspavientos por allá, he decidido ponerme manos a la obra y actuar de justicia con el encantador pueblo azul.
Concretamente, hablaré sobre el Riad Assilah; y no, no se me han cruzado los cables y he decidido de repente hablar sobre esa ciudad tan especial ahora en verano por sus playas y festival: aunque el nombre se deba a la perla del atlántico, el alojamiento se encuentra en Chaouen, al tratarse del segundo de una iniciativa hostelera cuyo primer riad se encuentra en Assilah, heredando el nombre éste. Por eso, lo más común es denominarlo por Riad Assilah en Chaouen.
Siempre me había rondado la curiosidad sobre este alojamiento ya que es, junto con Casa La Palma, uno de los lugares donde, una vez de vuelta, a todo el mundo se llena la boca hablando maravillas, por lo que, hace ya algún tiempo, decidí pasar junto con mi novio allí un par de días y ver hasta qué punto los comentarios vertidos le hacían justicia.
Características del riad
La forma más común de llegar es pidiendo un taxi que nos lleve hasta la puerta del Hotel Parador, y desde ahí dar un ligero paseo de cinco minutos, puesto que la calle donde está localizado es peatonal. En ningún caso será necesario pedir más indicaciones, ya que en la parada de taxis estará esperando con la mejor de sus sonrisas Fatiha, la encargada del riad y de la que hablaremos en profundidad después pues bien se merece un apartado dedicado.
Al llegar, lo que mas os sorprenderá será su decoración, ya que a la apariencia típica de estos lugares se le suma un mobiliario de corte más minimalista; sin embargo, y a pesar de que al leerlo pueda llegar a chirriar, se trata de una combinación que queda sorprendentemente bien.
Los espacios comunes que os encontraréis al entrar serán una pequeña recepción y un patio interior, donde los sofás rodeando a la chimenea invitan a pasar horas y horas con el resto de los invitados (y si no fuera suficiente excusa, es la zona donde mejor llega el wifi). A éste comunican dos salones: uno pequeño para desayunos y cenas junto a la recepción, y otro más grande justo enfrente que tiene una decoración tipo salón de té, ideal para almorzar.
Finalmente, la planta superior está dedicada a las habitaciones, en total siete. Están decoradas muy al estilo marroquí, con telas mosquiteras sobre la cama para evitar mosquitos y con cerámica antigua como principal elemento del baño. Por poner alguna pega, pueden pecar de ser habitaciones algo pequeñas, aunque con el encanto que destilan no será algo que os preocupe. A continuación pongo un par de fotos para veáis a lo que me refiero:
Fatiha, el alma del Riad Assilah
Siempre he pensado que una empresa no es nada sin su capital humano. En ese sentido, y no exagero, el Riad Assilah es Fatiha y Fatiha es el Riad Assilah. Se trata de una mujer enamorada de su trabajo y cuya vocación es que el viajero se sienta como en su propia casa. Y para ilustrarlo, una pequeña muestra de toda la atención que volcó sobre mí los días que estuve alojada.
Creo que no me equivoco si digo que una de las cosas que más pereza le produce a todo el mundo es realizar el check-in previo a alojarse. Sin embargo, cuando llegué al riad con Fatiha, y después de enseñarme brevemente el salón, me sugirió ir a la habitación para refrescarnos y dejar el equipaje, apuntando desde allí mismo todo lo necesario para realizar el check-in por su cuenta. Teniendo en cuenta que ese día llegábamos de Sevilla (con su consecuente trayecto en ferry más dos horas de carretera hasta Chaouen) agradecí enormemente ese detalle.
Otro aspecto que la caracteriza es lo bien que orienta al viajero para saber cómo moverse y dónde comer. Y, sí, sé que normalmente se suele desconfiar de los marroquíes en ese aspecto por ser las comisiones uno de sus principales ingresos, pero os aseguro que si ella recomienda algún sitio ya sea para comer, tomar un bocadillo o disfrutar de un té, será porque sabe que se le dará un buen trato al cliente y a un precio muy económico.
Sin ir más lejos, el mismo día cuando llegamos comentamos (sólo de pasada), que queríamos cenar fuera. Sin apenas darnos cuenta, y aprovechando que tenía que hacer unos recados, se personó directamente en el restaurante Aladdín para que nos reservaran aquella noche una mesa con la mejor de las vistas: en la planta superior, al lado de la chimenea y mirando directamente a la Plaza Uta el-Hammam. Ni que decir tiene que nos sentimos como reyes.
Por si resultara poco, además es una estupenda cocinera, de las que demuestran experiencia y amor en lo que hacen: por recomendación de otros viajeros, la segunda noche que estuvimos alojados comentamos que queríamos pagar el suplemento para que nos preparara la cena; nuestra intención era, fundamentalmente, disfrutar de una comida casera en compañía de Fatiha, así que dejamos a su elección el menú: cuando nos invitó a ponernos delante de la mesa no podíamos creer lo que teníamos delante: falafel de entrante, una enorme fuente de tajín de limón y aceitunas, y una natilla casera de chocolate y toffee de postre. Si os suena bien, os aseguro que mucho mejor sabía.
Y si lo que os he contado no os termina de convencer, creedme que no exagero si digo que está siempre pendiente del huésped, que inevitablemente termina por convertirse en su amigo, cuestión de la que está profundamente orgullosa. No en vano, siempre muestra como el mejor de sus trofeos la correspondencia digital que mantiene con la mayoría de ellos, interesándose continuamente por ella.
Sin duda, Fatiha es el broche de oro de un alojamiento que me sorprendió muy gratamente y que me ha dejado el listón muy alto para futuros alojamientos. Más que un riad, os sentiréis como en vuestra propia casa; repetiría todas las veces que hiciera falta, aunque sólo fuera para disfrutar de la presencia de Fatiha, tomando un té mientras que me cuenta las anécdotas de su día a día en Chaouen.
¿Algun@ de vosotr@s ha estado allí?
Si quieres saber más sobre la ciudad, visita nuestra guía de turismo en Chaouen.
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lugar muy agradable,y con mucho encanto,fathia es excepcional y el.riad está situado muy cerca de la plaza central un lugar muy recomendable
Hola Antonio, muchas gracias por tu comentario. La verdad es que el Riad es genial!!Yo recomiendo a todo el mundo que lo conozca, que no se arrepentirán!! Un saludo!